Capitulo 17

220 24 0
                                    

- Señor Oruko, se le acusa de fraude y lavado de dinero, su empresa queda en manos del gobierno, declarandole una condena de veinte años, se cierra la sesión.

Todos en el juicio se pusieron de pie para despedir al juez, dos guardias tomaron al antiguo empresario para llevarlo a la prisión que se le fue asignada. La tortuga de antifaz azul veía como se llevaban a su padre con los ojos ardiendo debido a las lagrimas que contenía, se sentía tan triste y furioso de todo lo que pasaba, los daños legales que causo Saki no se la librarían tan fácil, ni siquiera con el mejor abogado.

Rafa: Vamonos, cariño —Tomo la mano de su esposo.— 

Leo: ¿Que haremos ahora, Rafa? —Seguía con la mirada puesta en la dirección por la que su padre se fue.— ¿Nos quitaran todo? No lo entiendo

Rafa: Amor, mírame —Con su otra mano tomo la mejilla ajena para que así lo viera.— Todo saldrá bien, hablare con mi padre y veras que tu y yo estaremos bien 

Leo: En verdad lo lamento —Cerro sus ojos con fuerza e hizo una mueca.—

Rafa: Nonono, no llores, nada de esto es tu culpa —Ahora tomo ambas mejillas del menor y le seco sus lagrimas.— Por favor, no te eches la culpa, todo saldrá bien

Leo le regalo una media sonrisa y detuvo su llanto, ambas tortugas se levantaron y salieron del estrado para proseguir a irse de ahí a buscar una solución a su nuevo problema, por desgracia para Leonardo, había una multitud de empleados esperándolo afuera que en cuanto lo vieron se acercaron y todos comenzaron a gritar con desespero.

Empleado1: ¡Joven Oruko! ¡Por favor! ¡No puede despedirnos! —Imploro el hombre.—

Empleado2: ¿¡Sabe cuanto tardare en conseguir empleo!? ¿¡Que sera de mi y mi familia!? —La voz de este estaba llena de coraje.—

Empleado3: ¡Esto es demasiado injusto! ¡Apenas iba a obtener mis vacaciones! —Se quejo con fastidio.—

Rafa había puesto a Leo detrás suyo, intentando explicar pero las quejas y reclamos de los empleados lo interrumpía hasta que el sonido de un fuerte claxon llamo la atención de todos, notando la presencia de la tortuga esbelta, Donatello al sonar el claxon, se cruzo de brazos y camino hacia donde estaban todos.

Donnie: Todos ustedes son una bola de desconsiderados —Frunció su ceño con molestia, colocándose a un lado de la tortuga de cinta roja.— ¿Que acaso han olvidado algo? El señor Oruko acaba de ser arrestado y por muy injusto que sea su despido, Leonardo no puede hacer nada

Empleado4: ¡Pero necesitamos trabajo! —Declaro con enojo.—

Donnie: Entonces muevan el trasero que las solicitudes de trabajo no se hacen solas —Su rostro inexpresivo era intimidante.—

La multitud se quedo callada, a Donnie le importo muy poco la presencia de Rafael y solo tomo al oji-zafiro de la mano para así alejarlo e ir directo al auto mientras que la tortuga de rojo un poco desconcertado los siguió unos pasos atrás ya que se habían adelantado. Sin esperar mas, la tortuga esbelta abrió la puerta de atrás de su auto y subió a Leonardo para luego abrir la puerta del copiloto donde dejo subir a Rafael, una vez los tres arriba, arranco y se fueron de ahí.

Un silencio inundaba el auto, Leo miraba a su regazo con los ojos entrecerrados sintiendo como las miradas de ambos mayores estaban posadas sobre él, levanto la mirada hacia los de adelante quienes enderezaron sus miradas rápidamente, acto que lo hizo sonreír un poco y ahora dirigir su mirada a la ventana. 

Rafa: Gracias por sacarnos de ahí, Donnie  —Hablo después de otros minutos en silencio.—

Donnie: No a sido nada, era lo menos que podía hacer —Miro de nuevo por el retrovisor al menor, chocando miradas con el mismo pero rápido se enderezaron.— Lamento lo ocurrido, Leo

Leo: Yo también —Dijo en voz baja.—

Rafa: Mmm, no esta bien —Le dijo al esbelto con voz preocupante.— 

Donnie: Lo noto —Hizo una mueca.— ¿Les quitaran algo mas?

Rafa: No creímos que el daño de Saki fuera tan grande, le quitaran tanto su casa como la empresa —Resumió, cruzando se de brazos.— 

Donnie: ¿Entonces ambos se han quedado sin trabajo? —Los miro a ambos por breves segundos.— Es decir, ambos dependían de esa empresa

Rafa: Haz acertado, incluso mi- —Abrió sus ojos mas de lo normal al entender.— Oh no, ¡Donnie, acelera a mi casa! 

Donnie: ¿Que? ¿Porque? —Hizo una expresión de desconcierto.—

Leo: ¿Que pasa, Rafi? —Se inclino para poder ver al mencionado.—

Rafa: ¡Solo acelera y Leo, amor, tu siéntate bien! —Se removió incomodo en su asiento.—

Las tortugas mencionadas obedecieron  a lo dicho por el de piel mas oscura, Donnie acelero lo mas rápido que pudo hasta llegar a la casa de su copiloto quien como rayo bajo del auto yendo directo a la entrada de su casa. Al abrir la puerta y entrar, todo estaba a oscuras, subió hasta la habitación de sus padres donde una gran ira le recorrió el cuerpo pues el armario estaba vació, no estaban las cosas del tocador de su madre, no había nada, sus padres se habían ido. 

Se acerco a la cama donde había un sobre, lo tomo sacando así una carta escrita por su padre, la leyó con cuidado y el coraje era lo que mas sentía, arrojo la carta al suelo y destrozo el tocador de su madre para calmarse, sin embargo, su acción fue detenida al escuchar los sollozos reconocidos para sus oídos en la habitación, se dio la vuelta mirando a su amado de azul sosteniendo la carta, la cual decía.

Lo lamentamos hijo, este fue el plan desde un principio. Tu al casarte con Leonardo nos dio la oportunidad, a tu madre y a mi, de tomar dinero de Oruko, fue fácil llevar las pruebas de lo malo que era ese hombre a la policía. No nos busques, no nos vas a encontrar, ahora todo este problema es tuyo y de Leonardo. Buena suerte.

Rafa: Leo, amor, por favor escúchame, te juro que yo no sabia —Se acerco al mencionado pero se detuvo en cuanto este se alejo.—

Leo: Tus padres metieron a mi padre a la cárcel —Mantenia la mirada baja, aun mirando la carta.— Y ellos escaparon, todo esto...Ellos lo planearon, ellos...

Rafa: No puedes...Ahg, escucha Leo, tu padre como mis padres hicieron cosas malas y realmente lamento lo que mis padres le hicieron al tuyo pero por favor, no le eches la culpa solo a mis padres —Junto sus manos a manera de ruego.—

Leo: Quiero estar solo —Hizo caso omiso a lo dicho por el contrario.—

Rafa: ¿Leito? —Acerco una mano al menor.—

Leo: No —Volvió a retroceder y se abrazo así mismo.— Vete Rafa, por favor, déjenme solo

La tortuga esbelta había estado observando todo lo ocurrido y al escuchar lo dicho por el menor, asintió para luego retirarse, escuchando las pisadas del oji-verde tras él. Una vez solo, Leo se dejo caer de rodillas al suelo y cubrió su rostro con ambas manos soltándose en un fuerte llanto, la desesperación atormentaba su mente, miro la carta nuevamente pero esta vez la hizo añicos, destrozando la hoja y volver a soltarse a llorar. Valla patada que le estaba acomodando la vida, patada que no solo iba para él. 


Continuara...


Espero poder acabar esta historia hoy para poder ir a terminar otra historia que falte. Espero les haya gustado este capitulo, gracias a los que vallan a leer esto 

Esperen una ola de actualización mis querid@s lector@s :3

𝑻𝑴𝑵𝑻 ➼『 𝐋𝐨𝐬 𝐈𝐧𝐟𝐢𝐞𝐥𝐞𝐬 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora