Capítulo 15

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Apenas habían pasado cuatro días, Donatello estaba en la solitaria casa de sus padres, sentado en la silla de la oficina de su padre perdido en sus pensamientos. Observó la computadora que aún tenía la noticia en la pantalla, la noticia que ahora lo ponía a cargo de la empresa.

Splinter Hamato Yoshi y su esposa Taw Shen Hamato, los dueños de la más próspera empresa de la ciudad han fallecido ante el accidente que ocurrió en su barco la mañana del día de hoy, el barco fue testigo de una fuerte tormenta antes de poder llegar a su destino, este se hundió y no quedaron sobrevivientes.

Esa noticia era la que se presenciaba en todas partes, la joven tortuga soltó un suspiro, había estado sólo las últimas horas bebiendo un whisky y viendo la misma noticia. El ardor en su pecho le oprimía la garganta y sus ojos amenazaban con dejar escapar lagrimas, quería gritar, romper cosas, dejar que su pena saliera pero no se lo iba a permitir. Al menos no por ahora.

Las horas pasaron, su teléfono había sonado incontables veces mostrando el nombre de su hermana, Miguel Angel y de Leonardo principalmente en la pantalla. Sin contar las veces que varios empleados fueron a tocar a la puerta avisando de que algunos abogados y contadores habían llegado pero solo dijo que se fueran.

Karai: ¡¡Déjenme pasar maldita sea!! —Azoto la puerta de la oficina una vez estuvo dentro.— ¡Donatello! 

Donnie: No es necesario gritar, estamos de luto, lo olvidas —La miro de reojo a la par que daba otro sorbo a su copa de vino.— 

Karai: ¿Estas ebrio? —Cuestiono con molestia, acercándose hasta el escritorio donde ya se veían varias botellas vacías.—

Donnie: Aun no lo suficiente —Se encogió de hombros y se incorporo un poco de su asiento.— ¿Que es lo que quieres? Habla antes de que te obligue a irte 

Karai: Nuestros padres acaban de morir....¿Que crees que quiero? —Le fue inevitable que su voz no se escuchara ligeramente quebrada.—

Un silencio doloroso inundo el lugar, Karai sorbió su nariz e intento no romperse frente a su hermano ya que al ver la situación sabia que estaba mas devastado que ella. Donnie carraspeo y se sentó correctamente en la silla, miro por unos segundos a su hermana y volvió a bajar la mirada. 

Donnie: Haremos un pequeño funeral —Se sirvió mas vino y dio un trago.— Ya me estuve encargando de los preparativos, todo se hará mañana 

Karai: ¿Que? ¿Porque no- —No continuo tras el golpe que dio su hermano en el escritorio.—

Donnie: Mañana, a las seis de la tarde en punto, no llegues tarde —Dijo con seriedad y mirando a su hermana del mismo modo.—

Karai: —Hizo una mueca y dio unos pasos mas hacia el escritorio.— ¿No quieres un abrazo?

Sus miradas se cruzaron, en ambos se notaba lo dolidos que estaban, perdieron a sus padres y parecía que en esos momentos el dolor los unía mas que nunca, sin embargo, Donatello negó y se giro en la silla, cubriendo su boca para que su hermana no pudiera escucharlo y para tratar de no dejar salir el dolor. Karai por su parte, soltó un suspiro triste y sin decir mas se retiro del lugar.

El tono de llamada volvió a escucharse en el teléfono del joven de cinta morada, dio una bocanada de aire y respondió a la llamada de su prometido. 

Donnie: ¿Hola?

Mikey: ¡Cielo! Ho-Hola...Yo-Mmmm...¿Quieres que valla?

Donnie: No...Ahora no, Mikey, quiero estar solo

Mikey: De verdad...De verdad lamento lo que paso...

Donnie: Se hará un funeral mañana a las seis

Mikey: Ahí estaré

Donnie: Hasta luego, Mikey

Mikey: Te amo

Donnie:.........Y yo a ti, adiós

Mikey: Adiós...

La llamada finalizo, el silencio volvió a inundar la oficina y Donnie se sentía mas solo de lo normal. Una batalla se desataba en su mente sobre el y sus padres, su relación con ellos se había deteriorado desde hace años y cuando le dijeron lo del matrimonio sin duda estaba molesto, y ahora ellos ya no estaban. Los toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

Mayordomo: ¿Joven? Tiene otra visita —Anuncio suavemente tras haber tocado la puerta.— 

Donnie: No quiero a nadie aquí —Respondió secamente, recargado en el respaldo de la silla y moviéndose ligeramente.—

Leo: Perdona que eso no me interese justo ahora —Dijo una vez entro a la oficina y cerro la puerta tras de si.— Donnie, cielo...

Donnie: Ahora no, Leonardo —Dijo seco, dándole una corta mirada al menor.

Leo hizo una expresión triste, sabia que no era intención de Donnie hablarle así y lo que le dolía ver era a su Donnie en ese estado con un aura de tristeza. No menciono otra palabra y se dirigió al escritorio. El de cinta morada lo seguía con la mirada e hizo una expresión de sorpresa cuando el de ojos zafiro lo rodeo con sus brazos y recargo su cabeza en su pecho logrando escuchar sus latidos. Una de las manos del mas bajito acariciaba su nuca de una forma cariñosa y relajante.

Leo: Tranquilo, estoy aquí contigo —Susurro con suavidad y dejo un beso en la cabeza del esbelto.—

Solo esas palabras bastaron para que Donnie rompiera en llanto, sus brazos rodearon la cintura del contrario y dejo salir todo lo que se había estado guardando. Leo siempre le contradecía y en ese momento le alegro tanto que lo hiciera, que se quedara con él. Era un día gris y frió para el joven tortuga de ojos rojizos pero pudo sentir algo de calidez con la simple presencia del menor.

Como le hubiera gustado que sus padres supieran eso. Que su hermoso ángel de ojos zafiro era lo que mas anhelaba y que lo aceptaran.


Continuara...

𝑻𝑴𝑵𝑻 ➼『 𝐋𝐨𝐬 𝐈𝐧𝐟𝐢𝐞𝐥𝐞𝐬 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora