Sentada al borde de la cama y con un cojín entre las piernas, T/N fue deslizando la yema de sus dedos por encima de las primeras páginas del expediente de Michael. El sonido de la televisora en bajo volumen inundaba las cuatro paredes del cuarto; un hábito que se había vuelto muy común desde que sus padres se mudaron a otro sitio y le dejaron la casa a su nombre.
La vida de adulto no era nada fácil. Maldijo de manera interna las cientas de veces en las que deseó alcanzar la mayoria de edad y ser su propia dueña, puesto que en la actualidad ni ella misma sabía cómo gobernarse de manera responsable. Esto último conllevaría a evitar todo tipo de malos hábitos y tendencias autodestructivas. Es decir, ¡vamos! Era una enfermera, ¡se supone que debería poner el ejemplo!
La salud física, mental y social formaban una de las partes más fundamentales dentro del desarrollo del ser humano. Tres de las cuales, eran sumamente necesarias para establecer un buen equilibrio y que pueda relacionarse con su entorno.
Pero, ¿cómo dominar algo que se hallaba fuera de su control?Los ojos de la chica yacían clavados en las crudas fotografías del homicidio de Judith Myers; aquella jovencita que había sido brutalmente asesinada por Michael con un cuchillo de cocina. Las heridas de arma blanca fueron profundas, y las manchas de sangre coagulada floreciendo en su pecho y abdomen acompañadas de contusiones post-mortem eran poco tranquilizadoras.
Su garganta se anudó ante el sólo hecho de imaginarse los llantos y las súplicas que emanaron los labios de Judith, rogándole a su hermano menor que por favor se detuviera, así como las marcas en sus manos mientras intentaba defenderse. Tenía una vida por delante, y se la arrebataron de la peor forma posible.
"Michael, ¿por qué? ..." pensó, reuniendo aquellas imágenes para levantarse y acomodarlas en la mesa que se hallaba a un costado de su cama.
Sacudiendo la cabeza, comenzó a analizar todas y cada una de las palabras que emergieron de los labios del Dr. Loomis. Si no era capaz de cumplir los lineamientos que este le demandaba, la reemplazarían por otra enfermera que si estuviera lo suficientemente capacitada para hacerse cargo.
No iba a permitirlo.
Unos golpes provenientes al otro lado de la puerta principal lograron hacerla salir de su trance, obligándola a incorporarse de las sabanas hasta bajar las escaleras y girar la perilla. Se trataba de James, un chico de intendencia que también trabajaba en Smith's Grove y del cual se había hecho amigo durante los primeros días que la contrataron. Llevaba una enorme bolsa de frituras, sonriendole calidamente a la vez que se aproximó para abrazarla.
— T/N, ¡hola! — dijo, abriéndose paso al interior de la morada.
— Hey. — respondío la chica, tomando asiento en uno de los sofás más cercanos mientras cruzaba su pierna sobre la otra.
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❝Sick❞ © | Michael Myers x Lectora
De TodoUna mañana como cualquiera, T/N acude al sanatorio Smith's Grove; aquél prestigioso establecimiento para criminales dementes en el que ejerce sus servicios como enfermera general. Sin embargo, su jornada laboral daría un giro de 180° cuando debe ha...