Capítulo 3 - Un simple beta

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THROW IT

Toda la servidumbre del rey estaba en pánico , corriendo por todos lados ; llevando las cosas al barco y alistando los alimentos. Cuándo todo estuvo listo, zarparon y navegaron toda la noche para llegar en la mañana a Forever Rain.

Kim Seokjin, cocinero, carpintero y médico se encontraba en la proa, mirando el firmamento y sintiendo la brisa del mar golpear contra él, despejándolo.

Estaba molesto porque escuchaba la pelea de los reyes debido a que Young no quería follar en el camarote, porque no era correcto. Incluso el hijo de los reyes, Jae Hwan, se había quedado en el reino porqué no deseaba viajar con esos dos.

Jin bufó y rodó los ojos, si el bombón del Rey Dong-Yul le pedía follar en el camarote, Seokjin no se lo habría pensado dos veces. Excepto que algo así no sucedería porque Jin era un beta. Los betas eran utilizados para trabajar, ensuciarse las manos y morir si era necesario para salvar a los omegas.

Omegas… Seokjin los odiaba, siempre viéndose bonitos con sus trajes y su patética debilidad, incluso eran bendecidos con sus cuerpos de infarto que acaparaban la atención de los alfas.

Sí, Seokjin los odiaba desde niño, porque siempre que se enamoraba de un alfa esté lo dejaba por un omega, porque los omegas delicados debían ser consentidos.

Pura mierda

Seokjin no se consideraba feo, de hecho era bastante bonito a su parecer, sin embargo, no tenía un cuerpo pequeño, delicado y delgado. No. Seokjin era alto, fuerte, con hombros anchos, con cicatrices por trabajar, pelear, reparar y curar.

A Seokjin le gustaba explorar, aprender muchas cosas, ser útil, desenfundar su espada si era necesario y luchar, no quedarse hecho una bolita llorando.

La naturaleza beta formaba grandes ayudantes para las necesidades de alfas y omegas, incluso Jin no solo sabía trabajar, sino también  luchar perfectamente.

Por otro lado, el olor de los betas no era dulce y exótico. Sus olores eran singulares y no tan llamativos o únicos.

Seokjin olía al mar. A su brisa y su agua salada. Un omega en cambio, tenía un aroma a exóticas flores mezcladas con vainilla, durazno, rosas y mucho más. Parecían licuados andantes con tantos olores en uno. Olían como a cinco cosas diferentes los malditos. Atraían a los alfas como abejas a la miel.

De hecho, Seeokjin había amado al Rey Dong-Yul. Le había servido desde que se presentó como alfa, habían sido amigos, confidentes, y más. Pero… jamás podría ser suyo. Después de verlo desposar a Young Soo, el omega más hermoso que había visto, Seokjin decidió que jamás buscaría el amor, rechazaría a los alfas siempre, no volverían a limpiar el suelo con él, jamás. No volvería a tener idiotas ideas de alfas quedándose con betas.

Aunque en el fondo, deseaba que alguien lo quisiera y peleará por él.

—"¿Seokjin?"—La voz de Dong-Yul lo regresó a la realidad. Ladeo la cabeza y lo vió a su lado, con sus ojos grises brillantes mirándolo fijamente. Tenía un traje hermoso color rojo con cinturones abrochados y cadenas. Sobre sus hombros tenía un enorme abrigo y en su cabeza brillaba la corona de oro cubierta de joyas. Cuándo el olor a Romero de Dong inundo sus fosas nasales, regresó la vista al mar.

—"¿Desea algo, mi rey?’"

Dong-Yul suspiró —"Extraño el olor de las azucenas"

Seokjin ladeo la cabeza y lo observó —"Ese olor desapareció hace mucho tiempo del Rey Young-Soo"

—"Probablemente Namjoon fue él último en respirar su esquisito olor" — Se lamentó el Rey con amargura

Seokjin suspiró. El Rey se había enterado de la aventura del príncipe con aquel muchacho que ahora era un pirata temido y peligroso

Un beta Impertinente - [Namjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora