Capítulo 7 - ¡No lo beses!

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Kim Seokjin se encontraba al día siguiente en la punta de la proa arreglando las partes astilladas de la madera.

El sol estaba en su punto más alto y su calidez ardía como un látigo en su espalda. Sin embargo, la brisa del mar y las gotas que chapoteaban hasta su rostro por la velocidad del barco, lo refrescaban.

Su cabello caía en suaves ondas mojadas gracias al agua y a la pañoleta que lo apartaba de su frente. Suspiró y elevó el rostro al cielo mientras deslizaba sus dedos por sus cabellos y sacudía levemente la cabeza.

Los marineros estaban estupefactos mirándolo, el barco incluso se había sumido en un silencio continuo.

Hyun estaba en el segundo piso con las piernas cruzadas y desnudas, la luz del sol las hacia brillar y resaltaba su suavidad. Incluso su abdomen blanco y plano se revelaba cuando la brisa apartaba la tela blanca. Los omegas tenían figuras curvilíneas y abdomen suave, no eran marcados y expresaban delicadeza en todas sus características

Y aun así, nadie lo miraba. Todas las miradas estaban posadas en Seokjin, con sus abdominales marcados y sus anchos hombros. Incluso tenía cicatrices pero a los marineros no parecía importarles. Frunció los labios con molestia y deseó buscar a Namjoon y gemir tan fuerte como pudiera, para que todos recordaran quien era y a quien pertenecía.

Sin embargo, el capitán no quería verlo o más bien, había cerrado la puerta de su camarote en su cara. Hyun supuso que estaba esperando que se arrodillara y de inmediato lo dejaría pasar.

Obviamente Namjoon desearía con anhelo que su aroma a orquídeas lo invadiera.

Sin embargo, una molestia latente en su omega lo hacía fruncir sus preciosos rasgos. Todo por culpa del beta, no entendía que tanto le veían todos. Era común, asquerosamente común.

Deseaba expulsar a Seokjin del barco. Provocar el odio de Namjoon por el beta hasta lograr que caminara por la borda.

Los celos se hicieron presentes y Hyun decidió que Seokjin entendería por las malas, cuál era su lugar. Su omega le gritaba que Seokjin quería robarle a Namjoon. Río incrédulo, obviamente un beta no podría contra él.

⚓⚓⚓⚓

Kim Namjoon estaba sentado en su oficina con una copa de vino en su mano derecha. El líquido se movía con el vaivén del barco y la luz que entraba por las ventanas, iluminaba el mapa extendido sobre la mesa.

Debía estar planeando su siguiente ataque, pero antes debía ordenar una visita a la isla Never Mind para abastecer el barco. El último ataque había agotado muchas de sus provisiones, además debían repararlo.

Y aún con todo el trabajo en espera, Namjoon solo podía mirar absorto un punto fijo en la mesa. No precisamente porque analizara algo, sino que estaba con la mente en otro lugar, o más bien, en alguien.

En un beta impertinente llamado Seokjin

Y como olvidar el asunto de la cocina, si su suave aroma estaba impregnado en su piel. Cada que inhalaba, el aroma del mar refrescaba su ser. Lo calmaba.

Incluso había prohibido el paso a Hyun, pues su lobo gruño al pensar que el aroma suave se viera eclipsado por el aroma de las orquídeas.

Además, cada que cerraba sus ojos podía recordar con lujo de detalles la curva de su cuello decorado por tan bellos mándalas. Los pectorales amplios pero tan suaves y el abdomen marcado y atractivo.

El sabor de su entrada rosada, un almizcle delicioso que dilataba al beta para recibirlo. Había algo más excitante en derribar a un lobo más fuerte que un Omega. Antes lo excitaba ver la sumisión en las expresiones de los omegas, tan entregados a él sin rechistar.

Un beta Impertinente - [Namjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora