Lust & Blueberry

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Genderbender.


            
                  La pequeña arándano se miró una vez más al espejo, el paliacate atado a su cuello hacía juego con el listón azul con motas blancas que adoraba su cráneo, sacudió una última vez su falda y nerviosa respiró profundamente antes de salir de casa.

De algún modo era difícil la elección que había tomado y que había proclamado como la más magnífica de todas las que ha hecho en su vida. Claro que estaba el recuerdo aún demasiado presente -para su gusto- del pasado y el estilo de vida de aquella esqueleto, pero aquello no era lo que le creaba un conflicto interno… Ser la pareja de Lust era increíble, pero siempre sentía que no era suficiente para ella. 

   Lust tenía una coquetería natural, una experiencia abrumadora y la forma de devolverse como el modo en el que aprovecha cada uno de sus encantos era lo que se le complicaba a alguien como a ella que todos tachan de inocente, incluso de manipulable, y de todas las cosas, Blue no deseaba que pensaran mal de Lust. 

—¡LUST!... Estrellas, te ves hermosa— La magia en sus cuencas tintineo cuando el celeste volvió a aparecer en su rostro, el monstruo frente a él acomodaba con un toque seductor la capucha y sus dedos se enredaron en la felpa que rodeaba su abrigo, pudo ver la sonrisa extenderse y el rubor natural purpura mostrarse bajo aquellas cuencas adornadas por un corazón.... Realmente le encantaba la imagen de Lust, aun si usaba  su magia para resaltar atributos en vez de entrenar y volverse tan fuerte como ella, además siempre terminaba con un mohín en su rostro cuando notaba que otros observan… Por ejemplo ahora, que su busto estaba invocado sobre los huesos blancos de sus costillas, y podía ver como llamaba la atención de otros al igual que la suya.

—-Mi pequeña estrella azulada, cariño... Estuve esperando por verte pronto, te extrañe—- pero parecia que poco le importaba lo que les rodeaba a la esqueleto púrpura, puesto que sus manos atraparon el rostro de su pequeña pareja, sin tardar en llenar de caricias y clanks por toda su calavera, dedicando tres pequeños y más superficiales en su dentadura antes de que su naturaleza venciera para llevar un poco más lejos el cuarto de aquellos contactos.

—Lust... Espera— susurró Blue mientras acariciaba sus manos y reía nerviosa ante las emociones que podría provocarle. 

—No pude evitarlo, eres una preciosa estrella, cariño… ese listón se ve bien en ti— Suspiró —¿vamos por un helado y luego al cine? —

—¡Lust!— reclamó un poco y asintió.

—Soy la magnífica Sans, y tu eres la preciosa aquí…— intento halagar aunque el nerviosismo le hacía tropezar

 —Yo prometo hacer que de este día sea una de tus mejores citas— gritó al tomar su mano y ser ella quien guiará el camino hasta la heladería más cercana, pero también su favorita. 

—Ya lo es si te tengo a mi lado, mi preciosa estrella— de nuevo escuchó la risa nerviosa de la mora, musica para sus inexistentes oídos.

Blue era demasiado y más de lo que podía pedir, le encantaba su humor al igual que su energía. Muchas veces sintió temor de su rechazo, pero para cada una de sus inseguridades, Blue encontró la forma de romper el estigma y hacerlo desaparecer con una sonrisa, solo enredar sus dedos con los de ella le hacía encontrar una paz que creía perdida. 


—Espera— La mora le miró curiosa cuando el camino de aquel helado se interrumpió y no llegó a su boca. —Sentémonos, no tenemos prisa— La menor asintio y siguio a la más alta hacia una de las bancas. 

—Pero ven— su muñeca fue tomada, Lust manipuló su cuerpo para hacerle dar una vuelta sobre su eje y sentarle en sus piernas.

—Lusty— volvió a avergonzarse pero la sonrisa mostró que no había molestia cuando le nombró, por el contrario... Acercó a un helado a la dentadura de la mayor.

—Preferiría tomarla de tu boca—

—Vamos... No es la manera correcta de comer un helado— se quejo suavemente.

—Muchos usan la excusa de comer dulces para que los besos tengan un mejor sabor—.

—¡Lusty!... Tal vez— sonrió una vez más antes de probar su propio helado y alzar la mirada cuando ladeaba el rostro.

Lust siempre debía contener su emoción cuando lograba que su arandano cumpliera sus pequeños caprichos, así que con calma y una sutileza gentil, devoró cada toque dulce en aquellas fauces llevando aquel contacto demasiado lejos al tomarle de las caderas para apegarle a esa magia suave y caliente que formaba su busto, Blue sintió aquel contacto, el tono azul brillo no solo en su rostro, sino también en su pecho cuando su alma se descontrolaba al dejarse llevar fácilmente por el juego de Lust. 

Escuchó de la estrella un suave jadeo y sus falanges bailaron en la rotula derecha para ascender por los huesos que forman sus piernas.

—Lusty... Seguimos en el parque— escuchó aquel murmuró, el rostro de la estrella se antojó tan deseable que volvió a besarle aunque no tardó en disculparse y arreglar sus ropas.

—Me deje llevar.... Una vez más... Lo lamento—

—¡Lusty! ¡No!... No te disculpes... Tal vez, ¿podamos ver esa película en casa?— propuso mientras se apuraba a devorar ese helado que ahora se derretía en su mano.

—Blue...—

—Puedo quedarme y tal vez... Preparar mis tacos especiales para ti en la cena—.

Lust sonrió, inclinándose para lamer la vainilla derretida entre las falanges de su querida estrella y asintió. —Ese es un magnífico plan... ¿Nos vamos ya?... Quiero tenerte a solas en casa— arrastró lo ultimo con coquetería y Blue solo pudo sonreírle; también deseaba un poco más de privacidad.

Posiblemente otros podían ver en su relación más problemas que felicidad, pero mientras ambas sostuvieron sus manos con la misma seguridad con la que se veían, sabían que todo en su futuro estaría bien.

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