Honey & Blueberry

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Chocolate caliente.

     —¡Papy!... Ataque sorpresa del magnífico Sans—
      El pequeño esqueleto de pañoleta apareció de la nada en cuanto Papyrus había usado uno de sus atajos para entrar en su hogar. 

Sus cuencas se abrieron por la sorpresa y levantó ambos brazos para atrapar al menor, sentía que las pocas energías que le sobraban después de estar en su puesto de comida se iban tan solo entraban a aquella casa. 

—Sans... Tu ataque fue magnífico, aunque Calcio no te atrapo—

—¡Papy! ¡No comiences con tus malos juegos de palabra, acabas de llegar!— Se quejó la mora mientras apresaba por el cuello al mayor,  se acercó para dejar un rápido clank en su dentadura, le regaló una sonrisa que se enfatizó cuando sus cuencas se cerraron y el tono celeste apareció en su calavera. 

—Bienvenido a casa, Papy—

—Estoy en casa Blue—

Papyrus no se atrevió a detener aquel abrazo y le llevó directo al sofá donde estaba por dejarse caer, pero el menor tiró de su ropa y el mohín le hizo saber que no era la mejor idea.

—Vamos Papy, Alphys y yo terminamos nuestro entrenamiento temprano así que cuando regrese a casa pude hacer la cena y justo esta por salir del horno.

—Creí que pasarían todo el día en un extenuante entrenamiento— Le sonrió con despreocupación cuando se preparaba mentalmente para la cocina de Blue. —Estoy deseando comer el magnífico platillo del magnífico Sans. —

—Por supuesto que lo esperas.— Le dio un par de palmadas para darle a entender que necesitaba su espacio. 

—Alphys tenía que ir con la Reina Toriel y de ahí tenía una cita en el laboratorio con Undyne, por supuesto que el magnífico Sans le dio sus mejores consejos para que fuera un total éxito— El orgullo fue evidente pese a que hablaba mientras caminaba a la cocina. 

Papyrus solo le siguió arrastrando cada uno de sus pies, no tenía que preguntar sobre su poco entusiasmo ante la posibilidad de ir frente a la reina, aun si su sueño de ser guardia Real aún se mantiene como uno de los pilares en la determinación del menor, sabe también que el encontró un camino propio y su misión ahora es mucho más grande aunque en proporción el peligro es mayor... Nunca ha estado de acuerdo, pero romper las alas del menor no es de su estilo, al menos no hacerlo tan evidente. 

—Las cosas con Ink y Dream están muy tranquilas, al parecer lo de tomarme unas cortas vacaciones era real, así que podré hacer la cena más seguido.— Había siempre un algo que le hacía saber cuando su hermano divagaba en sus pensamientos y en cuales eran, posiblemente la convivencia con sus alternos le hiciera madurar a cierto punto que Papyrus aún no puede explicarse del todo.

—Además tengo una nueva magnífica receta para ti, hueles a miel y humo... Te he dicho que no es bueno para tus huesos— le reprochó cuando al fin sacaba del horno algo que debería ir mejor en una sartén. 

Sirvió en un plato y lo dejo al centro de la mesa que estaba ya puesta. 

—Es mi nueva colonia, dulce humo-r— Blue sonrió pese a que su pie golpeó el suelo por el mal chiste, y aun así no eran tan malos como los de Ink.

—Entonces ¿cuál es la nueva receta?—

La característica risa de Blue resonó en la cocina cuando servía dos tacos de aspecto sospechoso en un plato y los dejaba frente a su hermano. —¿Preparado?— Papyrus trago en seco una saliva inexistente en una garganta aún más inexistente. 

—Aquí viene el ingrediente secreto— Buscó entre sus preparaciones un caramelo espeso de oscuro color y aroma en exceso empalagoso.

—¿Chocolate?— Dudó con temor.

—¡Exacto! Te gustan las cosas dulces y Error dijo que el dulce más delicioso era el chocolate... Así que prueba mi nueva receta ¡Tacos con salsa de chocolate!— Aunque prácticamente solo era chocolate caliente.

Papyrus toma el primer bocado, un chocolate que en efecto era excesivamente dulce, el picante en una carne con especias que no puede distinguir, tiene un horrible sabor. 

—¿Y bien?— La magia en forma de estrella tintineo en las cuencas del menor cuando expectante esperaba con emoción su opinión.

—Una magnífica receta—halago con  calma mientras cerraba sus cuencas, no le importaba que sabor tuviera mientras las manos de su hermano hubieran preparado esa comida, la felicidad en el pequeño era mucho más importante y su alma se llenaba por cada una sus sonrisas. 

—¡Lo sé!— Gritó con un orgullo nato y se coló entre sus brazos para poder darle un clank en su dentadura, inmediatamente se acomodo a su lado para acompañarlo a comer. Posiblemente debió solo desaparecer la comida que Blue le había dado, para ser un esqueleto la ironía lo golpeaba cuando tenía que encerrarse en el baño por un dolor fantasma en unos órganos inexistentes.

La siguiente vez no piensa repetir aquel chocolate caliente, incluso la noche de tacos especiales con miel había sido mejor.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2019 ⏰

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