"Love Between The Mafia" Ppg x Rrb ||+18||

Capitulo 13

Al haber leído claramente los tres documentos donde marcaba que el triple matrimonio de los hermanos Edwards con las hermanas Watson era completamente legal, más al ver las firmas de Blossom, Buttercup y Bubbles todos se quedaron impactados.

Pero igual estaban muy preocupados que al haber oído que ellas les dieron una oportunidad a esos sujetos, Peter jamás permitiría aquello pero si sus hijas llegaban a enamorarse perdidamente de ellos sería el fin de todo, de la DEA, del FBI, de la PGR, de todas las agencias policiales que contaban con ellas y con sus hijos, ya que se quedarían sin agentes y ellas serían ahora las reinas de la mafia rusa junto a los hermanos Edwards quienes eran los reyes.

Pero también significaba que sí él separaba a los Edwards de sus hijas una vez que terminaran enamoradas de ellos, ellas no lo podrían soportar y lo odiarian por el resto de su vida, a él, a sus hermanos, a su madre, a sus abuelos y a su tío, sobre todo a su padre.

Volvieron a leer las actas de matrimonio queriendo encontrar alguna laguna legal, algún indicio de que esos matrimonios no fueran válidos.

Pero cada vez que pasaban sus ojos por las firmas de Blossom, Buttercup y Bubbles, la realidad los golpeaba con más fuerza.

— No puede ser... — murmuró Peter, sintiendo que el mundo se desmoronaba a su alrededor.

Marissa colocó una mano sobre su hombro, intentando ofrecerle un consuelo que ella misma no sentía.

— Tendremos que encontrar la manera de anular estos matrimonios — declaró Richard —. No vamos a dejar que esos mafiosos se salgan con la suya.

— ¿Y si realmente se enamoran de ellos? — preguntó Shirou con un tono lleno de duda y dolor —. ¿Qué haremos entonces?

— No podemos pensar en eso ahora — respondió Estela, secándose una lágrima que había escapado —. Primero tenemos que asegurarnos de que están a salvo.

— Pero también debemos estar preparados para cualquier cosa — añadió Hibiki —. Si realmente decidieron darles una oportunidad, tendremos que respetar su decisión, por difícil que sea.

— No podemos permitir que esos mafiosos controlen a mis nietas — intervino Malcolm —. Encontraremos una forma de rescatarlas y poner a esos hombres tras las rejas.

La conversación fue interrumpida por el sonido de otro teléfono. Esta vez era el de Richard. Contestó rápidamente, con la esperanza de recibir alguna buena noticia.

— ¿Hola?

— Richard, soy el agente Ramirez — dijo una voz seria al otro lado de la línea —. Hemos encontrado una pista sobre el paradero de las chicas. Creemos que están en un club en las Vegas, Nevada.

— ¡Gracias a Dios! — exclamó Richard, sintiendo un rayo de esperanza —. ¿Puedes enviar refuerzos? Vamos para allá ahora mismo.

— Estamos en camino — respondió Ramirez —. Nos vemos en el lugar.

Richard colgó y miró a su familia con una mezcla de esperanza y preocupación.

— Tenemos una pista — anunció —. Vamos a rescatarlas, Marissa, Hibiki, Shou y Shirou vendrán conmigo, mamá, papá, ustedes quédense aquí con Peter y los niños.

Peter intentó levantarse nuevamente, pero Marissa lo detuvo.

— No, tú te quedas aquí y descansas — ordenó firmemente —. Nosotros nos encargaremos de esto.

Peter asintió a regañadientes, sabiendo que su estado no le permitiría ser de mucha ayuda.

— Tengan cuidado — dijo con voz cansada —. Y por favor, tráiganlas de vuelta a salvo.