Hermosa bolita de pelos.

Pequeña compañía.

Jungkook estaba sentado en la mesa de la cocina comiendo su delicioso plato de comida mientras miraba el televisor, hasta que un maullido se escuchó a su lado.

—Oh, Minnie —miró a su gato que estaba con sus cuatro patas sobre la silla de al lado, quién estiró una de sus patitas soltando un maullido más.— ¿Tienes hambre?

Entonces, el castaño cortó la mitad de su carne para dársela a su gatito.

Ya era una mala costumbre darle de su comida mientras que él también comía.

A veces, Jiminnie recargaba sus patas delanteras en la mesa y las traseras en la silla, pareciendo un humano sentado. Algo que en cierta forma causaba gracia.

Desde que a la mamá de Jungkook le habían cambiado el horario de trabajo para las tardes, no había nadie en su casa desde que él llegaba de la escuela hasta las 6:30 pm.

Su mamá le dejaba el almuerzo ya hecho solo para que él se lo sirviera, y de las veces que no lo hacía, por falta excesiva de tiempo, Jungkook había aprendido a cocinar el solo, viendo vídeos en YouTube (algo que luego se lo comentaba orgulloso a su mamá).

Pero para nada se había sentido solo, siempre tenía a Jiminnie, su pequeño gatito, tan tierno y bonito, sentado o echado a su lado o encima de sus libros, cuando comía, estudiaba o tomaba pequeñas siestas. Haciendo una pequeña, pero de las mejores compañías, a Jungkook.