24.

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* Advertencia: Hay algunas escenas violentas en el capítulo. Los asteriscos les advertirán en caso de que quieran evitar leer esa parte.

"El niño de la luna"

El cosquilleo del agarre de Liam sobre su brazo no le permitió darse cuenta que no caminaban hacia la sala del Trono, así como tampoco se percató que se dirigían a los jardines y pronto se alejaron de los límites del palacio adentrándose en el bosque.

El suave susurro de la noche, la música alegre a lo lejos tampoco lo despertaron de su trance.

Fuertes pisadas sobre las hojas secas y ramas caídas de poco ayudaron, Louis no miraba a su hijo ni a Liam, veía a la nada. Sus luminosos ojos azules ahora carecían de brillo mientras la oscuridad caía sobre su reino.

No escuchó a su alfa llamarlo aún dentro de las paredes del Palacio, no escuchó a sus pequeños hijos llamarlo, ni siquiera era capaz de sentir a Aimar a su lado, sólo caminar hacia adelante parecía de repente su única misión en el mundo, mientras atravesaban el bosque en total penumbra.

(...)

Harry finalmente había conseguido mover su cuerpo.

Dejó a Alysa y a Farid con su abuela y tan pronto como les ordenó que se pusieran a salvo corrió detrás de Louis, seguido por Zayn y Lady Aria.

Cuando las paredes cambiaron nuevamente su curso y Harry perdió su rastro, dejó que su lazo lo guiara. Atravesaron los pasillos laberínticos una y otra vez hasta que los jardines reales se hicieron visibles.

—Hacia el bosque —señaló Zayn, tantos años como centinela lo convirtieron en un experto en seguir rastros. Harry asintió por instinto.

Sin más, los tres alfas corrieron al bosque que se extendía desde los límites de los jardines reales hasta donde se alcanzaba a divisar el horizonte. Se convirtieron, con la esperanza de alcanzar a Louis en la mitad de tiempo. Pronto el bello jardín repleto de rosales, veraneras y girasoles quedó atrás, triste y marchito.

El rey avanzó por el montón de árboles que aún no fueron destruidos porque la tragedia no tocaba la capital aún, o eso se suponía. Sin embargo, ahí estaba él corriendo tras su omega porque algún desquiciado había poseído o lo que sea al amigo de la infancia del mismo y ahora lo guiaba a quien sabe dónde. La sangre de Harry comenzó a hervir de rabia, impotencia, coraje, posesión.

Su instinto de poseer y proteger cada vez más fuerte. Sus colmillos pulsando y revelándose conforme avanzaba esquivando ramas, gruñía en cada zancada, en cada salto y respiración.

Mi omega, mi hijo.

Su lobo estaba furioso. Su guardián estaba furioso. Él estaba furioso.

Apresuró su paso enfurecido. El bosque parecía infinito frente a él, la brisa antes sutil y cariñosa se convertía pronto en una cruel enemiga que desviaba el rastro de su omega. Gruñe en cada zancada sintiendo la presión en su pecho aumentar, pensó por un momento detenerse y enfrentar a las sombras que veía de soslayo pero Louis apareció en su mente una vez más y las ignoró. Las hojas caían a su paso, y él se mantenía tan veloz, tan decidido. Sabía a dónde se dirigían.

Su madre le dijo alguna vez que su manada había vivido en aquel bosque, muy cerca del palacio. Estaba en los territorios del extinto clan de la noche.

No supo cuándo dejó a Zayn o a la consejera atrás pero muy poco le importó cuando el suave aroma a canela de su omega invadió sus sentidos, el sutil almizcle de su hijo lo hizo también. Gruñó cuando notó un tercer aroma, no el de Liam.

Kingdom |L.S.| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora