CAPÍTULO DÍEZ

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El bosque no daba miedo cuando tú mente no estaba ahí, cuando pensabas en cosas más importantes que pensar en que estás en la oscuridad y que te puede salir una puta serpiente.

Puede salir una tarantula y saltar con sus grandes patas peludas... Y picar me un pie, o mejor una serpiente feroz y su gran velocidad para morder a sus víctimas... ¡Yo sería lenta para quitarme y que no me muerde!

—¡Parck!

El nombrado voltea rápido hacia mi con una expresión alerta, había gritado por ese pensamiento que tal vez podía pasar, pero él notando mis nervios entiende lo que pasa.

—Si no te callas juro yo mismo cerrarte la boca.

—Si, si... ¿Pero si yo muero tú mueres? ¿Verdad...? ¡¿Verdad?!

Parck abre más los ojos advirtiendo que cierre la boca, pero es que yo tengo miedo a los bichos, o a animales que se ven exóticos, ¡Madre mía! ¡¿A quien le miento?! ¡Le tenía pánico a los animales pequeños y salvajes!

Parck cerrando sus puños y ejerciendo fuerza me escudriño con la mirada, a la vez que sentía como un hilito fue arrastrando en mi cerebro.

—Piensa ahora mismo, que es tu prioridad en este momento.

Bien. Estábamos en el bosque por una razón, encontrar a Dex. Llevábamos casi dos horas entrando más hacia el bosque, ningún rastro de él, Parck sabía lo que pasaba y me lo comentó; Dex ya estaba libre del cuerpo de muñeco, ahora él estaba débil y de baja defensas, eso me preocupaba aún más, pero Parck no me dió más detalles por mi bien. 

Tuve que escaparme de mis hermanos y decir que iría a dormir temprano que nadie me molestará y eso funcionaba para que nadie se acercará a mi habitación.

Y dejando aún lado hacia el pánico sobre los animales empeze a imaginarme a Dex mal, sin ayuda... Y que probablemente en dónde esté pueda salir una tarantula, un escorpión o una araña. Siento algo en mi cerebro.

—¿Crees que estará mal si uno de esos insectos estúpidos lo pican? Es lo más imbécil que eh sentido.

—¡Tú querías que pensara en la prioridad! ¡Para no ponerme nerviosa!

—Que te calles, maldita sea.

Me mantuve callada, por qué número uno; él empezó a caminar a una dirección, caminando con seguridad: a veces yo pensaba que el sabía a dónde ir. Y número dos; tenía que concentrarme a no tropezar con una rama o una piedra, estaba muy obscuro y yo teniendo que usar anteojos para fijarme bien, solo los ocupaba para la escuela o cuando iba a estudiar.

Vi como Parck para en seco, él seguía a un metro de distancia, pero ví como tenso sus hombros, por impulso y por imaginarme cosas malas, apresure el paso queriendo llegar a él y que no me salga un puto mounstro.

No llegué.

Sentí un jalón en mi tobillo, haciendo que me caiga enfrente y la boca me llenará de tierra. Pero siguieron jalando aún más fuerte, por un momento se me pasó la imagen de esas películas de terror cuando te jalan los pies. Parck al verme quiso correr hacia mi pero unas pequeñas sombras que no logré distinguir se abalanzaron a él, intenté agarrarme de algo, de una raíz de un árbol, algo que fuera fuerte pero lo único que conseguí fue partir me una uña.

—¡Parck! ¡No mames, no quiero morir virgen! ¡Parck!

Podía verlo, aún con la distancia, su figura alta se movía muy ágil, no podía distinguir si me vio cuando grite por qué la tierra empezó a entrarme en los ojos.

—¡No te harán daño!

¡¿Que no me iban hacer daño?! ¡¿Qué o quienes?! ¡Que estaba pasando aquí! ¡¿Que no se dió cuenta Parck que me estaba cagando del susto?!

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⏰ Última actualización: May 09, 2022 ⏰

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Tu Silencio Fue Mi Respuesta [ I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora