12.Policia,Julian y pastillas.

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Un día como otro cualquiera, un puñetero día mas... Ultimamente no tenia ganas de ganas, ni de comer, ni estudiar, ni de quedar, ni si quiera de dormir.

Habian pasado dos semanas desde la última vez que vi a Mon.

Me desperté como cualquier día y fui hacia el instituto, cual fue mi sorpresa que en la puerta de mi casa  estaba Mon. La única persona con la que quería hablar en ese momento.

Pero no se lo iba a poner tan fácil.

- Con que irías al instituto a verme...

- Tuve mucho lío y no pude venir. - dijo con arrepentimiento.

- ¿Y cómo sabes donde vivo?

-Ile, nuestro "trabajo" nos proporciona mucha información.

-¿Ile? ¿Qué es eso? -dije mosqueada.

Mon soltó una carcajada y ni se molesto en contestarme.

-¿Te vienes? - me pregunto con cara inocente.

-¿A donde? Tengo instituto.

-A dar una vuelta pero se ve que no puedes. Bueno otro día sera. - dijo sonriendome.

Un escalofrio me recorrió desde la espalda hasta la nuca.

- Por un día que no vaya no pasara nada,¿no?. - le respondí con una sonrisa inocente.

**************

Paseamos por calles que jamas había estado antes y finalmente llegamos al bar donde estuvimos la ultima vez.

-¿Se puede saber que paso el otro día con la policía?

- Ah si claro, no fue nada. Falsa alarma. Había dos borrachos en la calle pegándose y alguien llamo a la policia. Aun así es bueno mantener la guardia, nunca se sabe...

-Pero ¿Vivís bien? Es decir, tenéis que esconderos de vuestras familias y amigos y de la policía... ¿No vivís en continuo estrés? Y vuestras familias ¿No os buscan, no piensan que os han secuestrado o algo?- solté todas las preguntas que llevaban dando vueltas toda la semana en mi cabeza.

-La verdad es que vivimos bastante bien. No vivimos como reyes, es mas parecido a la vida de un vagabundo pero en fin... No nos podemos quejar.

Y bueno yo por lo menos les dije a mis padres que me iba a buscarme la vida que me dejaran en paz que no me buscasen ya que si no me dejaban libre seria peor para todos.. Y  los demás no lo se... Esta prohibido contar información personal ya que no nos podemos arriesgar a que pase algo parecido como lo de Julian.

-¿Y no hechas de menos a tus padres?

Aquí acabo la conversación. De repente se oyó un fuerte estruendo y la puerta del local cayó al suelo y empezaron a entrar policías con escudos corriendo a toda velocidad y gritando.

Rápidamente Mon grito un extraña palabra y se empezaron a oír ruidos por dentro de lo que se supone que eran las habitaciones.

Note como una mano me cogía de la muñeca y tiraba de mi hacia un largo pasillo. Entramos en una habitación y Mon cerró la puerta con cerrojo.

Nos dirijimos ha una ventana y me cogió de la cintura. Un extraño calor se apodero de mis mejillas.

-¡Corre! Salta quedate en el tejado y no te muevas.

Le hice caso y a pesar de tener vértigo me lo calle y salte la ventana. Pensaba que me iba a quedar sola pero para mi sorpresa vi que Mon me seguía por detrás.

Cogió carrerilla y salto ha un tejado que había al lado.

El hueco que había entre medias era escaso quizás de un metro o menos pero debido a mi vértigo se me complicaba mucho mas el salto.

Diario de una delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora