Diario de una delincuente

8.El castigo de Alba.

Llame a al timbre y salio su madre con cara de pocos amigos.

-Buenos días, ¿Esta Alba en casa?-dije con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola cielo -intento cambiar la cara pero se notaba que estaba enfadada.

-Veras Alba esta castigada y en una buena temporada no saldrá..

-Ahh es verdad me lo dijo anoche que la llame para que se viniera mi casa y me dijo que la habían castigado...
Jolin pero levante un poco el castigo si es solo para dar una vuelta además seguro que tampoco ha hecho nada tan grave seguro que es alguna tontería.

La madre de Alba me miro con cara de pena, no entendía porque.

- Ay cielo es mas grave que una tonteria.

-¿Cómo? - estaba al borde de una ataque de nervios, ¿Qué estaba pasando?

-Yo castigue a Alba,pero lo he hecho esta mañana por que la muy pillina se fue  a una fiesta que había anoche con otra amiga suya.. Lo malo no es que me lo ocultara es que en esa fiesta había gente muy mayor y como siempre alcohol y drogas y cielo sois muy pequeñas para esas cosas... Cuando crezcais me entenderéis.

-¿QUEEEE? ¡NO ME LO PUEDO CREER! DEJEME HABLAR CON ALBA YA, ES URGENTE.

-Bueno cinco minutos pero tranquilizate cariño. -me acaricio la cara, cosa que me tranquilizo bastante. - ¡ALBA! Baja un momento.

Vi como bajaba por las escaleras y también vi como iba cambiando el gesto de su cara conforme me iba viendo.

-¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? - pregunto tranquilamente.

- Pues he venido para dar una vuelta contigo pero ya veo que prefieres mentirme  e irte con Crís sin mi.

- Chicas creo que es mejor que os deje solas. - nos corto la madre de Alba.

Menos mal que se fue porque me estaba poniendo de los nervios.

- Tranquilizate Clau, no te dijimos nada porque queríamos ir las dos y como tu eres tan tímida y tan todo pues decidimos que era mejor que fuera yo y no te dijimos nada para que no te enfadaras.

-Sois unas falsas a partir de ahora ni me dirijáis la palabra. Me hubiera dolido menos que me lo hubierais dicho. Esto ha sido una puñalada por la espalda. Gracias por hundirme en la mierda.

Me fui corriendo sin esperar a que me respondiera no quería oírla mas, tenia tanta rabia que decidí ir a buscar a Crís preguntarle  que si salia y preguntarle que que hizo ayer por la noche, en plan de que yo no sabia nada aver si era tan mala amiga como para continuar con la mentira.

Llegue a su casa y llame al tiembre espere a que me abrieran y la sorpresa fue que me abrió una Cris con unas ojeras que le llegaban hasta los pies.

- Hola, ¿Te vienes a dar una vuelta?

-Mmm.. Veras es que estoy cansada porque..

-¿Y eso? Pues, ¿Qué hicisteis anoche?

- Nada estuve estudiando hasta tarde...  Lo siento Clau no puedo salir me han castigado es que... He discutido con mi madre.. Y ya sabes. Adiós. - me iba a cerrado la puerta cuando le di un guantazo a Cris.

_¡¿Qué coño haces?! -chillo Cris.

- Se todo, se que me mentisteis y encima tiene la cara de seguir con la mentira... Sois unas falsas, unas, unas, unas putas. No os quiero ver en mi vida ni se os ocurra dirigirme la palabra.

Salí corriendo sin rumbo fijo, llegue a una calle poco transitada me senté en el suelo y comencé a llorar. No se cuanto tiempo estuve allí pero comenzó a atardecer y no quería volver a mi casa. No quería tener que dar explicaciones a mis padres de porque no he ido a comer... MIERDA mis padres.. Estarán preocupado, seguro que ya han llamado a la policia, al ejercito, al FBI...

Buah me da igual yo estoy bien sana y salva, cuando tenga hambre me buscare la vida y cuando tenga sueño ya volveré a mi casa.

Estaba tan ensimismada con mis pensamientos que no me di cuenta de que enfrente tenia a un chico de unos dos años mayor que yo, de unos 16 años.

-¿Por qué lloras? - me pregunto alegremente.

-Porque la vida es una mierda y la gente solo sabe utilizarme.

-Mm.. He visto que llevas aquí un buen rato y se que no has comido por el ruido que suelta tu tripa.

Me puse roja, tenia razón tenia hambre.

- Tranquila ven conmigo yo tengo una pandilla que esta mas o menos con los mismo problemas que tu, vente que te doy de comer.

-No.. Gracias. -Me daba confianza pero eso no tenia nada que ver, era un desconocido, a saber que quería de mi.

-Bueno lo que quieras, aun así yo te voy a traer de comer esperate aquí. Tardo dos minutos.