Había desistido en seguir con el fic, no lograba subir lectores, pero hoy he visto tres votos más y me he animado, así que gracias por votar y leer, aquí va.
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D.p.v Tessa.
Salgo corriendo del baño con el tinte rosa escurriéndose por la única toalla que ocultaba mi cuerpo.
Él repartidor no podía encontrar un mejor momento para traer la pizza.
Abro la puerta con el dinero en la mano aunque no tarda mucho en caerse.
-¿Pizza?
-Eh...
-¿Puedo pasar? -me dice Luke un poco sonrojado. No me doy cuenta de porque hasta que me miro y me doy cuenta de que llevo sólo una toalla. Bien Tessa. La segunda vez que lo ves y le abres la puerta desnuda. Pero si hubiese sabido que vendría él me habría arreglado un poco. Porque claro, ¿Qué hace aquí?.
Me aparto de la puerta dejándolo pasar y le guío hasta el comedor.
-Supongo que no eres el repartidor.
Me sonríe.
-No idiota, pasaba por aquí y lo he visto trayendo pizza y he pensado que era demasiada para ti sola -dice riéndose.
Me río yo también sujetando la toalla como si mi vida dependiese de ello, porque de hecho, lo hace.
-Dame 5 minutos para...-me señalo con la mano libre.
Se ríe y asiente con la cabeza como dándome permiso.
Corro por las escaleras y suelto la toalla por el camino, esperando que él se quede tranquilo en el salón. Me debe unas cuantas explicaciones. Me pongo unos shorts y una camiseta ancha y vuelvo a bajar al comedor.
Extrañamente en toda esta carrera no me he tropezado ni una vez.
- Ya estoy.
Me examina de abajo arriba y cuando ve que me estoy sonrojando sonríes.
-Me gusta lo que te has hecho en el pelo esta semana, ¿tenemos una Michael aquí?
-No -me río un poco -bueno, puede que sí.
Me sonríe y muerde un cacho de pizza.
-¿Y qué hacías por esta zona? - le pregunto con un tono ¿de reproche?
Me mira detenidamente.
-Se te cayó algo en el coche - saca mi pulsera morada del bolsillo de su pantalón y me la pone.
Me sonrojo, para variar. ¿Puedes dejar de parecer tonta delante de Luke? Gracias.
-Muchas gracias, no lo había notado.
-Y vi al repartidor con la pizza en tu puerta, así que decidí que otra comida contigo no vendría mal -continúa- siento no haber podido traerla antes, los chicos y yo hemos estado ensayando mucho.
-Creía que estabais de vacaciones.
-Y lo estamos, pero siempre componemos mejor en casa.
Sólo de imaginármelos componiendo se me pone la piel de gallina.
Él debe de haberlo notado.
-¿Tienes frío?
-Un poco, por el pelo mojado - miento. No le voy a contar mis sentimientos fangirls sobre él y sus amigos.
Me sonríe
-Así que es verdad, estás sola todo el día -dice mientras mira alrededor, para estar seguro de que estamos solos.
-Todo el día, a veces me aburro, pero otras es lo mejor.
Cuando voy a coger otro trozo de pizza noto que nos la hemos acabado ya.
-¿Te has quedado con hambre?
-No, no te preocupes.
Pero sé que si, ellos comen mucho.
-¿Tienes prisa?
-No, hoy tengo el día libre.
-Pues ve al salón, que voy a por el postre.
Llevábamos una semana hablando por mensajes, pero no me esperaba a que entablásemos una ¿amistad? Aunque no me incomodaba, era lo que siempre había querido.
Cuando entré en casa después de volver del centro comercial, encontré en mi bolso su número de teléfono y obviamente le envié un mensaje. Desde entonces no hemos parado de hablar.
Cojo dos tarrinas de helado y dos cucharas y me dirijo al salón.
Luke, que se ha acomodado demasiado rápido a mi casa, cuando entro ya había encendido la tele, podría acostumbrarme a esto.
-¿Izquierda o derecha?
-¿Qué?
-Elige.
-Derecha.
Saco la tarrina que tenía en la mano derecha y se la doy junto con la cuchara.
Me tumbo con las piernas estiradas en la parte del sofá con forma de L.
-¿Qué están poniendo? -le pregunto. Sigo sin poder creerme que esto esté pasando.
-Ni idea - me hace un puchero.
Me siento con las piernas cruzadas.
-¿Qué?
-Yo también quiero estirar las piernas
Me río y me muevo todo lo que puedo a la izquierda.
-Que idiota eres, me habías asustado, ven.
Se tumba a mi lado y comemos el helado en silencio mirando la tele, aunque si me preguntáis, no tengo ni idea de lo que están poniendo, creo que le miro demasiado.
Y efectivamente
-¿Por qué me miras tanto? -me pregunta sin dejar de mirar la tele.
-Simplemente no me puedo creer que esto esté pasando.
Por fin me mira.
-¿El qué?
-Todo. Tú aquí, comiendo helado conmigo como si nos conociésemos de toda la vida y hace una semana lo más cerca que te tenía era en el póster al lado de mi cama.
-¿Tienes un póster mío al lado de tu cama?
-¿Y esa sonrisa maliciosa?
Antes de que pueda reaccionar se levanta del sofá y sube corriendo las escaleras, voy detrás suya, pero como no, me tropiezo con la toalla que tiré antes y me pego de bruces con las escaleras.
Luke baja y me ayuda riéndose.
-No tiene gracia
-Si, si la tiene.
Me ayuda a subir las escaleras y le dirijo a mi cuarto. Me duele el pómulo, un montón.
Entro y me miro al espejo, tengo un moratón del tamaño de Júpiter.
Me giro y veo a Luke con cara de preocupación en la puerta.
-Te puedes sentar, mi cama no come - sonrío pero inmediatamente me arrepiendo, duele. Mucho.
-Pues supongo que nos tenemos que quedar todo el día en tu casa, a menos que quieras salir a la calle así -veo en el espejo que hace un pequeña sonrisa, probablemente se siente culpable.
-Me quedaré todo el día en casa, sí, pero no por la mejilla.
-¿No quieres que me quede contigo? -medito un momento la respuesta. Me encantaría que se quedase conmigo, pero no le quiero obligar, seguro tiene otros planes con sus amigos.
Me giro y le intento sonreír.
-Seguro que tienes planes mejores.
-En realidad no.
-¿Y eso?
-Bueno, teniendo en cuenta que me he saltado unos años de instituto, y vengo aquí muy poco tiempo, no conozco a casi nadie.
Me doy cuenta de que es verdad.
-Pues te puedes quedar aquí todo lo que quieras.
-Lo iba a hacer de todas maneras - nos reímos los dos a la vez. Me cae bien. Muy bien.
Voy al baño a por una pomada e intento aplicarla cuidadosamente por el pómulo intentando no hacerme daño.
-Déjame ver.
Me giro y me doy cuenta de que le tengo justo detrás. Coge la crema y sin darme cuenta ya tengo una buena capa encima del moratón, y sin sentir dolor.
Nos quedamos mirando el uno al otro durante un rato.
-Lo siento.
-Que tonto, no ha sido tu culpa.
Vuelve a tumbarse en mi cama. Supongo que a él si le ha parecido un momento incómodo.
Agacho la cabeza molesta sin darme cuenta . Lo estropeas todo.
-Bueno ¿Qué hacemos?
-Mmm... No sé - aun no entiendo porque se ha quedado aquí. Podría haberme devuelto la pulsera e irse simplemente.
-¿Qué sueles hacer normalmente?
Me da vergüenza admitirlo, pero no sé porque se lo digo:
-No mucho, leer, ver series, estar en internet, escuchar música...
-¿Te apetece ver una serie?
-Claro, enciende el ordenador mientras hago palomitas.Y así, cinco horas más tarde, estábamos acabando la primera temporada de American Horror Story.
No sé como, pero gracias a alguna escena de terror, he acabado abrazada al brazo de Luke.
Después de este último capítulo, no aguanto ver más y voy a levantar la persiana.
-¿Alguien es muy miedica?
-No, simplemente me da miedo.
-Pero si es lo mismo - se ríe. Cuando ve que no me río, viene y me da un abrazo. Nunca me había imaginado la manera en la que me sentiría en los brazos de alguien, pero me gusta esta sensación. Y me gusta este Luke. Y me gusta el tiempo que hemos pasado juntos. Pero no puedo evitar pensar que a lo mejor para él solo soy un pasatiempo, para los ratos libres cuando se aburre. Pero no lo veo así, se le ve demasiado tierno ¿No?
Levanto la cabeza para mirarme a los ojos y me doy cuenta de que me está mirando también.
Los siguientes segundos suceden muy deprisa, últimamente no me doy cuenta de como pasan las cosas, pero ahí estoy, con mis manos entrelazadas en su pelo, las suyas en mi cintura, y nuestros labios unidos en un beso que nunca me imaginé.
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Impredecibles [5SOS]
FanficLa vida de una fangirl no es fácil. Entradas. Discos. Diferencias horarias con las que lidiar. Pero a los 15 años es lo más importante para una adolescente, y no es una excepción en la vida de Tessa. Esos cuatro australianos y sus voces la habían vu...