CAPITULO 7

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[14 DE DICIEMBRE 2019] ~narra cepeda~
Un día. Un día llevo aquí encerrado. O al menos eso pienso yo. Solo me han dado un poco de puré para comer. Me muero de hambre y de sed, parece que quieren que muera ya. Me paso gran parte tumbado en la cama que hay o sentado en el suelo mirando la sucia pared, dando golpes en la pared, hasta he hecho la «cama» cinco veces. De vez en cuando hablo un poco con el guardia que vigila, es alto, un poco negrito con pelo negro y parece haber sido militar hace años. No sé quién es, pero es majo y un poco seco también. Me acuerdo de Manu, ojalá estuviera él vigilándome, me lo pasaría mejor y se me haría más ameno el tiempo aquí. Quizá podría pedirle al guardia que se cambiara por Manu, quizá aceptaría, o quizá me mande a la mierda. Y efectivamente, me ha mandado a la mierda al intentarlo.
No sé qué hacer, al menos, si el guardia me diera conversación no me aburriría. Necesito hacer algo para no comerme la cabeza pero, ¿el qué? ¿dormir? no tengo sueño ¿contar ovejas? ni hablar, no tengo diez años. Lo único que puede hacer uno aquí es comerse la cabeza. ¿ Alguien se habrá vuelto loco aquí dentro? Por lo que he oído hay gente que ha estado aquí unos sesenta días y algunos salían locos. Quiero pensar que yo no me voy a volver loco. En fin, solo voy a estar dos semanas aquí dentro y como solo llevo un día aquí dentro comiéndome la cabeza, dudo poder estar dos semanas.
Esto es un infierno, en qué mala hora le pedí dinero a Ricky, seguro que este es el favor que le tengo que devolver. Cuando salga de aquí se las va a ver conmigo.
Oigo pasos fuertes y firmes que cada vez se acercan más a mi celda. Los pasos cesan al llegar a mi celda y suena un ligero ruido de las llaves, que finalmente, se introducen en la cerradura de mi puerta. Me cogen de los codos y me arrastran con fuerza por el largo pasillo que hay en aislamiento hasta llegar a las escaleras. No sé dónde me llevan pero no parece que sea un sitio donde haya gente. Cada vez me entra más miedo, no sé que es lo que me espera allá donde me lleven, pero espero que sea algo bueno.¿Y si me quieren ejecutar antes de tiempo? Me dejarían despedirme, ¿no? Me querrán matar en secreto y la fecha que me dijeron era una falsa, tiene que ser eso, no tiene otra explicación. Me quieren matar a sangre fría y yo no estoy preparado para morir, soy muy joven, aunque no tanto, pero me queda vida por delante.
Hay una puerta gris, no hay luces alrededor y tampoco al entrar, hay un espejo que seguramente podrán verme desde allí y también hay una puerta gris que no es por la que he entrado. Esa puerta se abre y aparece un hombre seguido de otro hombre que no conozco, aunque por la falta de luz no se les ve mucho. El segundo hombre se coloca en el pequeño rincón donde hay más luz y... no puedo creer que esté viendo al presidente, al presidente que supuestamente yo maté.

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