CAPITULO 22

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[5 FEBRERO DE 2019] ~narra Luis~
El padre de Aitana viene y se va desde que estoy aquí , me mira con cara de asco cada vez que me ve pero es el que ha querido verme la cara todos los días. Las pocas veces que ha estado más de cinco minutos es porque ha tenido la decencia de preocuparse sobre si me "porto bien". Los guardias que me vigilan son los mismos que me sacaron de aquella sala donde iba a morir. No hacen nada, se quedan quietos todo el día con los brazos cruzados menos cuando me dan la comida y cuando se hace de noche. A la hora de dormir me llevan a un cuarto pequeño sin ventana donde solo hay una cama y al día siguiente me sacan y me vuelven a atarme a la silla como si no supieran si el padre de Aitana fuera a venir o no a hacerme algo.
Viene el presidente y en vez de irse a los cinco minutos como pensaba que iba a hacer, coge una silla y se sienta en frente de mí.
Presidente: nos vemos de nuevo Cepeda
Luis: por desgracia
Presidente: yo tendría cuidado con lo que dices
Luis: tú lo has dicho, lo tendrías tú, yo no lo tengo
Presidente: hay que cambiar ese comportamiento. Guardias, ya sabéis qué hacer
Se levanta y quita la silla y la deja en una esquina mientras un guardia se coloca en frente de mí. Se arremanga ambas mangas de la camiseta negra hasta los codos y allá va. Empieza a darme un puñetazo, uno tras otro hasta que me acostumbro al dolor de sus puños. Noto como corre la sangre por mi cara. Apenas consigo ver pero puedo ver cómo el guardia se pone un anillo en diferentes dedos aunque no en todos y me pega un último puñetazo con el que consigue dejarme inconsciente. Ojalá pudieras saber todo lo que me está pasando Aitana, te necesito.

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