CAPITULO 15

211 13 0
                                    

[3 DE FEBRERO DE 2019] ~narra aitana~
Hoy es el día. No quiero que se vaya, no os voy a mentir, pero lo más duro de todo es tener que ir a presenciar su muerte. Durante esta semana, a pesar de las circunstancias, venía con una sonrisa en la cara, como si en unos días fuera a morir. Era inevitable no enamorarse de él.
Mi padre siempre ha sido una persona  que antepone su vida ante cualquier cosa, aunque eso incluya la muerte de otra persona. Siempre ha sido así y siempre lo será.
Manu: ¿estás bien?
Aitana: sí, creo. Sigo sin creerme que mi padre haya llegado así de lejos
Manu: ninguno pensábamos que tu padre fuera de esta manera. Le voy a echar de menos, a Cepeda digo, es unos de los presos más buenos de toda esta cárcel
Aitana: yo también
Manu: bueno, está fuera para su última visita
Aitana: dile que pase
Manu sale a llamar a Luis. Está hablando con otro guardia, está riéndose, pero cuando entra aquí, su sonrisa aumenta.
Luis: hola
Aitana: hola
Luis: ¿sabes? Estas visitas las echaré de menos
Aitana: yo también. No sé cómo mi padre ha sido capaz de llevar todo esto tan lejos
Luis: mira la parte positiva
Aitana: ¿hay parte positiva?
Luis: si no me hubiera hecho el lío, no hubiera entrado aquí y no te habría conocido
Aitana: si no te hubiera hecho el lío, hoy no tendría que llorar por una muerte
Luis: ¿llorarás por mí?
Aitana: quién sabe
Luis: mírala que mona, que llorará por la muerte de su paciente
Aitana: no eres solo un paciente
Luis: ¿qué?
Le beso, después de todo este tiempo deseando hacerlo, por fin lo he besado. Se queda un poco sorprendido pero me lo devuelve enseguida, pero me aparto lentamente y observo su cara de sorpresa, que enseguida se transforma en una sonrisa de oreja. Vuelve a besarme pero esta vez con más pasión, me coge de la cara y me besa como si no hubiera un mañana, y es que esta vez, esta frase es verdad, él no tiene un mañana, por eso intento memorizar esta sensación que me gusta tanto y que no podré vivir otra vez.
Luis: llevo enamorado de ti todo este tiempo
Aitana: pues qué casualidad, porque yo también
Luis: qué pena no haberte besado antes, me habría gustado disfrutar más de tus labios
Aitana: puedes disfrutar de ellos ahora
No tarda en aprovechar en volver a besarme. He podido notar que está llorando, o eso creo. ¿Por qué tiene que morir esta persona tan buena? Rompe el beso y se pone de espaldas hacia mí, ojalá pudiera hacer algo para evitar su muerte, pero por desgracia, no puedo. Ni aunque consiga encontrar a mi padre podré hacer algo, ya que él se negará a ayudarle.
Le abrazo por la espalda, y esto es algo que ojalá poder hacerlo todos los días.
Aitana: no hace falta que te escondas
Luis: no quiero que me veas así
Aitana: Luis, soy yo
Luis: por eso. Creo que iré a despedirme de Roi, la ejecución es en una hora
Aitana: ¿vas a irte así?
Luis: ¿así cómo?
Aitana: sabes a lo que me refiero
Luis: no tenías que haberme besado
Aitana: ¿qué?
Luis: luego hablamos
Aitana: luego ¿cuando? ¿Cuando estén a punto de ejecutarte?
Luis: vendré aposta antes, tranquila
Aitana: como si diciendo tranquila se solucionara todo
Luis: ojalá pudiera hacer eso. Me voy, ¿vale? Luego vengo aposta para verte
Aitana: me parece bien
Me da un beso suave en los labios. Ojalá poder disfrutar de esta sensación que él causa en mí durante más tiempo. Se separa de mí para salir de la pequeña sala, pero se para justo en el marco de la puerta para girarse y sonreírme. Es imposible no enamorarse de esa sonrisa.
Luis: Aitana
Aitana: ¿sí?
Luis: te quiero
[Media hora después]
Manu: Aitana, dice Cepeda que se había dejado algo aquí
Aitana: dile que pase
Luis: te dije que vendría
Aitana: veo que cumples tus problemas
Luis: no tengo mucho tiempo
Aitana: ¿por qué has dicho antes que no tenía que haberte besado?
Luis: me voy a morir Aitana, no quiero hacer que me eches de menos
Aitana: como si eso fuera a ser posible
Luis: no quería que nadie me cogiera cariño
Aitana: pues te ha salido el tiro por la culata
Luis: quién iba a decir que me iba a enamorar de la doctora de la cárcel
Aitana: quién iba a decir que me iba a enamorar de un preso
Luis: justo eso es lo que no tenía que pasar
Aitana: ha pasado y no puedes volver atrás para impedirlo
Luis: toma, quiero que te quedes esto
Aitana: ¿una pulsera?
Luis: es la que llevaba todos los días hasta entrar aquí, que fue cuando me la quitaron al entrar. Como última voluntad he pedido cogerla, te la quiero dar a ti
Aitana: será un honor llevarla
Luis: creo que es la hora
Aitana: voy a echar de menos tus visitas aquí
Luis: ¿a mí no?
Aitana: a ti más
Luis: dame un abrazo anda
Me refugio en sus brazos durante unos minutos, pero llaman a la puerta indicando que es la hora. Me separo poco a poco de él. Me sonríe intentando aliviar lo que está a punto de pasar, como si su muerte no importase tanto. Me coge la cara con las dos manos y me besa suave. Es la última vez que voy a poder besarle, ¿por qué no lo hice antes?
Luis: recuerda que te quiero. Nos vemos abajo
Aitana: nos vemos abajo
Sale por la puerta y el guardia se lo lleva. Manu me acompaña a por Roi, él también va a estar abajo presenciando la muerte de Luis. Esto no va a ser fácil para ninguno de los dos.
Aitana: ¿preparado?
Roi: como si pudiera estarlo
Manu nos lleva a la sala donde tenemos que estar nosotros. Miriam y Raoul ya están aquí. Miriam está llorando y Raoul la está consolando. Ojalá esto no tuviera que pasar.
Manu: tenéis la opción de poner una cortina y no verlo mientras lo ejecutan
Roi: yo no estoy preparado para verlo morir
Miriam: nadie lo está
Aitana: ahí viene
Se abre una puerta, donde entra Luis con varios guardias. Se le caen varias lágrimas mientras mira a Roi, quien está llorando nada mas verlo entrar. Le cojo del brazo intentando darle todo mi apoyo. Roi apoya su cabeza en mi hombro y llora en él.
Roi: Manu haz algo
Manu: no puedo hacer nada Roi
Roi: ¿vas a dejar que se muera por no intentar hacer nada?
Aitana: Roi, no podemos hacer nada ninguno de nosotros
Roi: es tu padre, podrías haber intentado evitarlo
Aitana: he intentado contactar con él millones de veces, ni siquiera quiere hablar con su propia hija
Manu: chicos es el momento, voy a correr la cortina
Roi rompe a llorar otra vez y se abraza a mí. Ha llegado el momento de su muerte. Duele pensar que no le volveremos a ver nunca más, Roi no volverá a ver a su mejor amigo nunca ni yo volveré a ver a la persona de la cual estoy enamorada. Manu retira la cortina y ya no hay rostro de él, se han llevado su cuerpo y Roi no puede evitar llorar más de lo que ya estaba haciendo.
No estoy preparada para vivir una vida sin él, y Roi tampoco.

DEJAME QUERERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora