CAPITULO 21

175 12 0
                                    

Capítulo 21
[3 FEBRERO DE 2019] ~narra Luis~
Hoy es mi último día de vida. Los guardias me han llevado a la sala donde me van a ejecutar y ahora están preparándolo todo. Me han dejado sin las esposas puestas, podría hacerme un Tom Cruise en Misión Imposible y escapar de aquí, pero los guardias empiezan a ponerme de todo. Veo a Aitana y Roi tristes hablar con Manu, pero de repente Manu corre las cortinas y me impide verlos más. Miro el reloj, queda un minuto para mi muerte cuando se abre una puerta. Tras ella aparecen dos guardias, uno de ellos es uno de los guardias del padre de Aitana, fue él quién me sacó de aislamiento para hablar con él. El que no conozco se dirige a mí y me empieza a quitar todo menos las esposas mientras el otro se dirige a los guardias de la cárcel y les pega un puñetazo a cada uno dejándolos inconscientes. El guardia que me ha quitado todo me coge y me lleva con él por un pasillo y él otro saca a los policías de esa pequeña sala. Me ponen una venda en los ojos para impedir que vea y al cabo de un rato noto que me suben a una furgoneta. Tardamos una hora o así hasta que la furgoneta se para, y es entonces cuando me cogen y me llevan a una especie de casa diría yo. Me sientan en una silla y me atan las manos con las patas de las sillas con unas esposas en cada mano y me quitan la venda de los ojos. Lo primero que veo es que estoy en una casa abandonada y que estoy en frente del padre de Aitana. Tiene la típica sonrisa de listo pero que le hace tonto. Capullo.
Se pasea de un lado a otro hablando pero yo no escucho ninguna de sus palabras. Solo intento no abalanzarme sobre él con la silla encima. Me cuesta creer como una persona como él haya podido ser nuestro presidente. Me cuesta creer como pude votar a semejante cabrón. ¿Por qué lo hiciste Luis?
Empieza a contarme su vida como si me interesara. No le presto atención hasta que nombra a Aitana. Nunca ha querido ser su padre, por eso él nunca iba a visitarla y siempre ha sido ella la que se ha arrastrado. Cuando le pasaba algo a Aitana se hacía el preocupado aunque le importase lo más mínimo lo que le pasase y todo este tiempo Aitana se preocupaba por él aunque no se llevaran tan bien como ella querría, simplemente se preocupa por él por el hecho de ser su padre. La sangre me hierve con todo lo que está diciendo de Aitana. No aguanto más y hago un intento de levantarme hacia él sabiendo que iba a ser un pésimo intento pero sus guardias me lo impiden cogiéndome del hombro. El presidente se empieza a reír y se acerca hacia mí.
Presidente: deberías dejar de intentarlo. Esto solo es el comienzo del infierno que vas a pasar aquí.

DEJAME QUERERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora