Distopía 3

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<<Querida universidad:

Muchas gracias. Muchas gracias por enseñarme tanto como me has enseñado y por permitir que madure y crezca dentro de tus muros, porque sin ti no me habría dado cuenta de las cosas más esenciales de la vida.

No me habría dado cuenta de que si no tienes nada que ofrecer la gente pasará por encima de ti como si fueras una mierda mojada, y que si tienes unas capacidades medianamente aceptables los demás te mirarán con desprecio o se aprovecharán de ti, hasta que solo seas un diccionario en el que revisar algún que otro dato en un momento crítico.

También, muchísimas gracias por dejarme ver que sin importar cuanto te esfuerces, luches y te arriesgues por alguien o por algo, nadie te va a tener en consideración si no eres necesario. Te abandonarán si tu compañía no les aporta nada y te dejarán atrás utilizando tu cuerpo como un escalón para llegar más alto. O mejor aún, te dirán con un sonrisa de oreja a oreja que lo sienten mucho y que más suerte el año que viene. Porque si, el mundo está lleno de listillos y de inútiles, y a nadie le gusta que le digan lo que no quiere oír. Por suerte los actos hablan por sí solos.

No obstante, muchas gracias universidad, muchas gracias por enseñarme como es la vida, porque ahora que conozco las reglas del juego me lo voy a pasar muchísimo mejor.

Y no, no me has derrotado. Volveré, y tengo muchas ganas de hacerlo. Porque la próxima vez no me vas a pillar con los pantalones bajados. Eso sí, ya que voy a tener que partirme las rodillas, para la próxima espero que te depiles. No querría atragantarme con un pelo otra vez.>>

En el instante en el que terminó de leer se oyó un temblor que hizo retumbar la sala. Habían llegado, tenían que actuar.

Harma 6

Distopía 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora