Capítulo 15

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       || Capítulos finales ||

Tengo que carraspear seguido y dentro de mi cabeza armo todo un diálogo que probablemente no se producirá.
Mis pasos tratan de ser firmes pero siento que me tambaleo con cada metro que avanzo.
—¿Todavía estás aquí? —Las palabras de Barry llegan en cuanto el sonido de mis zapatos le alerta.

—Verás... He tenido un pequeño problema. —El castaño alza las cejas. Vuelvo a carraspear.
—Cuando metí los papeles en el bolso, se engancharon con la cremallera y al abrirlo, se han roto. Tendré papeles nuevos en dos días. —Le explico. Él asiente de manera comprensiva.

—Está bien. No hay problema. —Le sonrío.
—¿Van a traerte otro coche? ¿Por eso estás haciendo hueco? —El ojiverde me devuelve la sonrisa, pero es algo apagada.
—Así es. Valerie va a traerme otro coche para arreglar.

—¿Valerie? ¿Quién es Valerie? —Cuestiono.
—Valerie es mi socia. Ella consigue los coches y yo los arreglo y vendo. —Asiento.
—¿Puedo quedarme? Para presentarme y eso. —Rasca su nuca.

—Ella no sabe que estás por aquí. Conoce nuestra historia pero eso no. Y si no te importa, preferiría que no lo supiera. —Frunzo el ceño sin querer y entonces, mis ojos se desvían por su cuerpo.
No lleva una de sus camisetas viejas para arreglar coches.
Ni sus manos están sucias.

Está bien peinado y lleva una camisa azul clara.
Así no es como Barry suele vestir para arreglar coches.

—¿Te has arreglado para el coche o para ella? ¿Por eso no quieres que esté? —Mis brazos se ponen en jarra.
—No digas estupideces, Caitlin.
Sólo llevo una camisa limpia ¿Eso te parece "arreglado"? —Suelto una risa hueca.
—Si.

Y va a replicarme, sé que va a hacerlo cuando una voz diciendo su nombre le interrumpe.
Detrás de mi, una mujer de pelo rubio hace su aparición en escena.
—Adelante Valerie, pasa. —Así que ella es la famosa Valerie ¿Eh?

—Te presento a Caitlin.
Caitlin, esta es Valerie. —Alterna su mirada de una a la otra.
Y sin apartar mis ojos de él, le doy la mano a la mujer frente a mi.
Es muy guapa.
Aunque no tanto como yo, por supuesto.

—El coche está fuera, puedes ir a mirarlo y decirme qué te parece. —El ojiverde asiente y pasa por el medio de las dos para abandonar su taller. Entonces sacudo mi cabeza para centrarme.

—¿Qué le ocurre al coche? ¿Es algo de su estética o algo en profundidad? ¿Qué tal tiene el motor? —Me cruzo de brazos.
—Son simples detalles. Está  estéticamente afectado. Necesita pintura y un par de ajustes básicos. No le vendría mal cambiar alguna pieza. —Me explica.

—¿Y esas piezas son fáciles de encontrar? Porque si es necesario viajar hasta otro País, no saldrá rentable. —Le ataco y parezco dar con su punto débil.
—Pues no lo sé. Yo-
—Deberías. Es algo que tendrías que haber mirado antes de adquirir ese vehículo. Deberías haber hecho un cálculo de riesgos para tener margen. —Una sonrisa en su rostro me descoloca.

—Este es nuestro negocio, Caitlin. Y nos va bien. Así que dejanos a nosotros. —Río sarcástica.
—Te equivocas, Valerie. Este también es mi negocio. —Alza una ceja.
—¿Ah, si?
—Pues si.
No olvides que sigo siendo la mujer de Barry. —Y me aseguro de chocar con su hombro cuando paso por su lado y me marcho.

Siento un dolor en el pecho que soy incapaz de calmar.
Una extraña presión que parece que sigue creciendo más y más a cada minuto.
Mi madre abre la puerta apenas un minuto después de que su timbre suene.

—¿Quién es Valerie? —Es mi saludo inicial. Mi progenitora se corre hacia un lado y me deja avanzar. Llego hasta la cocina y abro la nevera.
—¿Valerie? ¿La amiga de Barry? —Cojo un botellín de cerveza y lo abro.
—Esa misma ¿Es su amiga? Tenía entendido que era su socia. —Le doy un sorbo y me dejo caer al sofá.

—Las dos cosas creo. Ha habido algunos rumores sobre ellos... —Me reincorporo a la misma velocidad a la que me he dejado caer.
—¿Qué clase de rumores? —Ella parece sopesar si responder a mi curiosidad o no.
—Se dice que han salido algunas veces. —Trago seco.

—Tiene sentido. Por eso Barry no quería que me quedara ahí. —Mi voz se vuelve débil y apagada.
—¿Estás bien, Caitlin? —Me pongo de pie de nuevo y dejo el botellín sobre la mesa.
—Me marché a otra parte del Mundo. Me convertí en una nueva persona
¿Y de qué ha servido? Es como si el tiempo no hubiera pasado.

—¿De qué hablas, hija? —Chasqueo la lengua.

—¡Maldita sea! ¿Por qué me sucede esto a mi? Es como si estos años no hubieran sucedido, como si hubiera estado dormida durante este tiempo y ahora estuviera despertando.
¡Como si ni una sola de las malditas cosas que he vivido en la última década importaran!
Estoy a punto de casarme y ni siquiera me importa.

«No me importa donde estará George o con quien.
Y podría estar en la cama con otra mujer ahora mismo pero yo no me preocupo en llamarle porque estoy demasiado ocupada en el pasado. Y es todo en lo que puedo pensar. Estoy cansada.
Estoy harta de no entender como me siento. O lo que quiero.»

—Yo si te entiendo, Caitlin.
Yo sé lo que de verdad quieres y te empeñas en ocultar.
Pero quiero oírlo de ti.
Quiero que lo asumas.
¿A dónde quieres llegar con todo esto? —Suspiro cerrando los párpados.

—A que dejé mi corazón en Micktown.
Y me marché de aquí sin él.

Y aquí es cuando yo lloro

He actualizado rápido como recompensa... 😂

Sweet Home. Snowbarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora