Romeo

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Nayeon me sonreía. Pero esta sonrisa no era sincera, llevaba algo oculto, algo extraño.

- Le eres infiel conmigo. -

Sus palabras hacían eco en mi cabeza. ¿Nayeon haría eso? ¿Engañaría a su mejor amiga? Técnicamente, ¿Ahora soy la novia de Jennie?

Tenía respuestas, pero ninguna me gustaba, solo la última claro.

- Liiisaaa... - Me susurraba Nayeon.

Yo estaba inmóvil, ¿Eso significa que si ahora me acuesto con Im, le sería infiel a Jennie?

Si. Técnicamente si.

Puedo hacerlo, ¿Quiero hacerlo...? Tal vez... Tal vez quiera, pero se que no debo. No debo defraudar la confianza de alguien que demuestra verdadero interés en mi.

- ¿Manoban en qué piensas? - La mano de la coreana me acariciaba el cuello, y jugaba con los cordeles de mi sudadera.

- En que no debo hacerlo. Ahora tengo que hablar con Jennie. ¿Ahora Jennie y yo somos algo? Creo que sí, ¿Si? - Hablé un poco rápido. Pero creo que Nayeon me entendió.

Una sonrisa escapó de sus labios, pero rápidamente la cubrió escondiendo su cabeza en mi cuello.

- Bueno, pues ya sabes Manoban. Si algún día te aburres y Jennie no está con ganas ven a buscarme. - Se reincorporó y volvió a sentarse sobre mi abdomen. - Y yo que tú hablaría con Jennie, le diría de ir a pasear y ahí le sueltas el discursito de Romeo. - Ambas reímos ante su ocurrencia.

Nayeon me dió un corto beso en los labios y se levantó, dirigiéndose a la puerta sonriente mientras yo me recostaba en mi cama y la miraba tranquila.

- Venga Lisa, no hagas a tu Julieta esperar. - Me guiñó un ojo y salió de mi habitación.

Sus pasos retumbaban en el pasillo, de nuevo, al llegar al salón, hablo en voz alta.

- ¿Siguen besándose? ¡Jesucristo! - Las risas de todas las presentes hicieron acto de presencia, pero sobretodo, la risa de Jennie.

~~~

Ya unos 15 minutos más tarde, estaba en el salón, sentada en el sofá mientras veía a Jisoo, Rosé, Sana y Momo jugar a la Wii.

Si, la Wii. Esa mítica consola que nos ha dado horas y horas de juego a cada uno de nosotros.

Algunas veces dejándonos un amargo sabor de boca al ver a nuestro personaje caer al suelo junto con un cartelito que indica tu derrota, y otras veces saboreando la victoria y la satisfacción, de ver como tu "pequeño yo" saltaba de alegría entre confeti de color dorado y un cartel que indicaba tu victoria en la partida.

Otra leyenda de nuestra infancia puede ser el tennis de la Wii, el Wii sports, los minijuegos, etc.

En nuestro caso, estábamos jugando al tennis, (bueno, estaban jugando al tennis) una auténtica batalla por ver quién ganaba el set.

Japonesas contra Coreanas, irónicamente, un clásico.

Con un swing magistral por parte de Jisoo, las Coreanas marcaron un punto, juego, set y finalmente partido.

Miré a Jennie. Estaba sonriendo pacíficamente, tumbada en el sofá con sus piernas encima de las mías.

- Madre mía lo has clavado Jisoo. - Decía Rosé animada mientras la abrazaba.

Jisoo se rascaba la nuca nerviosa mientras reía ligeramente mm

- La próxima lo haremos mejor amor. - Decía Sana en un japonés perfectamente trabajado y fluido. Con un acento de Osaka si no me equivoco.

"Cerca de ti" JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora