"La Promesa"

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  Todo empezó ese mes de Junio del año 2016 cuando estaba en NYC, en la última semana de mis vacaciones, luego de haber presentado por tercera vez en San Juan Moda bajo invitación por ser uno de los más destacados en la DM'15; Sentía mucha melancolía regresar a Santo Domingo. No quería, nunca sentí pertenecer a la isla. Hermosa, inmensa, infinita, sabrosa, pero muy caliente más ya no cálida, ardiente, picante, me enfermaba físicamente, pero peor, me enfermaba espiritualmente; Nunca encajaron mi educación y valores, sí, nótese "valores" con el sistema y "modus vivendi" de la República.
Sentía que si regresaba me desperdiciaba, que ya no necesitaba vivir y que no había más allá. Allí mis pensamientos parecían ser mi enemigo, que no podía ser yo, que cada uno buscaba jugar al cazador, esperando verme caer y fallar. En ese tiempo, creía en mí.

Cuando recordé entonces las tantas veces que había planeado y ejecutado mi suicidio, no quería vivir, sentía tristeza inmensa de vivir en SDQ. "El pais de las maravillas"
Entonces fue cuando le confesé todas mis penumbras a un ex-profesor y quien entendí ser muy bien amigo, todo lo que me atormentaba. Todo lo que me hacía sufrir personalmente y profesionalmente.

  Nunca sentí ser entendido por mis seguidores, la mayoría no esperaba que entendieran, más bien esperaba ser escuchado y no sentir que gritaba al viento, pero sí, fue así, más bien mis palabras y declaraciones o manifestaciones, parecían jugar en mi contra.

  Le dije: "La isla me enfermaba, mi alrededor también" y me dijo: "lo noto, vives estresado, no cabes allí" y fue cuando prometió que si regresaba en cuanto antes, me podría ir meses a su casa de california, rogaba que me quedara en su casa de East Village durante mi estadía en la gran manzana.
Mis sentidos nunca creyeron que esto fuese posible. Pero ya luego de 10 años de promesas y fue cuando sentí que sí, aparte de que todas las condiciones se fueron dando a la misma vez, sentí que necesitaba escapar del abismo que me arrastraba al fin, acepté.
  Nos juntamos a almorzar al día siguiente con la idea de planear y quedar acordado todo, pero al final el almuerzo se hizo omiso e invitó a dicha reunión su sobrino quien se casaba y presentaba su prometida a su tío quien haría el traje de novias a la ciega americana que se casaba con un curioso "hetero-flexible" (como dice mi amigo Miguel) en fin, no pudimos hablar y al llegar la hora, nuestro despido quedó en "buen viaje y te veo en un mes"
  Cuando llego a Santo Domingo, con lágrimas en el corazón y el rostro pero lleno de sonrisas, porque estaba yo en la cúspide de mi carrera, vestía a las Corripio, La Pellerano, Cury, Las Mera-Whyse, las Sanchez-Malkhun, La Abinader de Santiago, Las Rizek, a mi amada Julina Staffeld, Las tres Rivera entre ellas la más común entre los atelier, Letty, a la Maria Goretti y la Isabella Schad entre otras de sangre muy pura.

  Nos juntamos a almorzar al día siguiente con la idea de planear y quedar acordado todo, pero al final el almuerzo se hizo omiso e invitó a dicha reunión su sobrino quien se casaba y presentaba su prometida a su tío quien haría el traje de novias...

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  Adoraba mi trabajo, creía fielmente en mi visión, en mis líneas, mi criterio de estética, ya había presentado en NYFW, causando tanta conmoción que al final no se logró ninguna repercusión. Es un país que no cree en sus pensamientos, que cree más en la palabra ajena que en su propia opinión. Envié fotos y notas de prensa, y fueron pocos los medios que se hicieron eco.
  Ya vendía en Il Prato, una tienda propia de Roxana Rizek, una ricachona, cuya familia manejaba el mercado del cacao a nivel mundial, e importaba las más prestigiosas marcas de moda a su boutique.

"La Triste Vida de un Chico con Suerte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora