4: El Cuartel General

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A pesar de haber nacido en una familia enteramente mágica, Albus nunca había llevado a cabo la aparición, pues se requería una licencia especial para practicarla, y ésta sólo se podía obtener al cumplir los dieciséis años de edad. Por ese motivo, cuando el tío Ron lo sujetó del brazo y se transportó sin decir nada, a Albus casi se le salen un par de órganos vitales del cuerpo.

-Te acostumbras- afirmó Ron.

-No lo creo- retó Lily.

-¡Eso ha estado asombroso!- saltó James -¡No puedo esperar a tomar la prueba!-

-Solo te recuerdo que la mayoría no lo logra la primera vez- comentó el tío Ron.

-¿Tu lo lograste la primera vez?- quiso saber Lily.

-¡Por supuesto!-

-Eso no es lo que dice mamá- aseguró Albus -Ella dice que tú y papá no lo lograron, que solo la tía Hermione pudo hacerlo a la primera.-

La cara de Ron se había vuelto del mismo color que su cabello, lo cual era una señal tanto para dejar de molestarlo como para empezar a reír. Sin embargo, Albus no disfrutó demasiado de aquél momento, pues en seguida se dió cuenta de que no habían vuelto a Grimmauld Place.

-¿Qué estamos haciendo aquí?-

-Buena pregunta... éste es el nuevo cuartel general de la Orden del Fénix.-

-Pero... eso quiere decir que...- balbuceaba James.

-Si la Mansión Malfoy es el nuevo cuartel general...- dedujo Albus -¿Entonces el padre de Scorpius es miembro de la Orden?-

-Exactamente-

-Pensé que lo odiabas- dijo Lily.

-Lo odio- concedió Ron -Pero, según nos dijo, él odia a los mortífagos, y su padre cree en su palabra, al igual que Kingsley, y la profesora McGonagall. Además, nos viene bien alguien que conozca un poco sobre el cómo actúan y piensan los mortífagos.-

-Entonces Rose está aquí, ¿Cierto?- preguntó Albus.

Ron paró en seco, mirando a su sobrino.

-Así es.- admitió -Hugo también. Y no son los únicos. El plan, eventualmente, es que todos los integrantes de la Orden se queden aquí, así nos aseguraremos de que nadie muera o sea reemplazado por un doble o algo así.-

-¿Y por qué nosotros nos hemos quedado en Grimmauld Place?- estalló James.

-Porque, luego de que los mortífagos tomaron Gringotts, los únicos lugares seguros son Hogwarts, Grimmauld Place, y la Mansión Malfoy. Y sus padres no querían preocuparlos ni hacerles creer que no podrían volver a casa.-

Albus aún no podía creer lo que escuchaba. Sin embargo, dudó en seguir a su tío, quien caminaba hacia la entrada de la Mansión Malfoy. Una vez dentro, los tres hermanos se maravillaron con el amplio vestíbulo y el largo pasillo que, según Albus lo recordaba, daba hacia el comedor. Caminaron lentamente, escuchando voces que se acercaban cada vez más.

-...y si permitimos que sigan expandiendo su territorio...- decía Kingsley.

-No lo permitiremos.- aquella voz era sin duda la de su padre -No dejaremos que ocurra otro incidente como en el Callejón Diagon.-

-Entonces hay que poner defensas en los lugares más propensos a sufrir ataques- propuso la profesora McGonagall -Incluyendo el Ministerio de Magia, Hogsmeade, y el mismo Hogwarts.-

-Lamento interrumpir- soltó Ron, haciendo que todos pegaran un salto y algunos incluso sacaron sus varitas -Pero mis sobrinos ya están aquí.

Aquella parecía la reunión más grande de familiares, maestros, y amigos que Albus recordara. Desde sus padres y el resto de los Weasley, pasando por McGonagall, Flitwick, Macmillan, Longbottom, e incluso el ex-ministro de magia Kingsley, además de Rolf y Luna Scamander, los jugadores de quidditch Oliver Wood y Viktor Krum, el presentador de radio Lee Jordan, e incontables amigos de su padre como Seamus Finnigan, Katie Bell, y Draco Malfoy.

Albus Potter y la Última ProfecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora