3: La Batalla del Callejón Nocturno

361 21 7
                                    

Albus a penas tuvo tiempo de reaccionar, al momento que un fuerte destello salió disparado hacia los tres hermanos. En un abrir y cerrar de ojos, el muchacho se encontró en el suelo, escondido detrás de una columna de ladrillos, sujetando fuertemente a Lily. Separado de ellos, aún en el medio del callejón, James luchaba por volverse a poner de pie.

-¡Anda! ¡A por él!- exclamó Pansy Parkinson.

Augustus Rookwood se apresuró a agarrar a James y levantarlo del suelo.

-¡Déjalo ir!- saltó Albus, apuntando con su varita a Rookwood.

-¿O qué?- se burló el mortífago -¿Llamarás a tu padre? ¿O acaso...?-

Albus se quedó boquiabierto. De la nada, detrás de Rookwood había aparecido una figura que le apuntaba de forma amenazante.

-Aléjate de mis sobrinos.-

Ron Weasley soltó un puñetazo tan fuerte que la nariz de Augustus Rookwood quedó completamente ensangrentada. Junto a éste, se encontraba otro amigo de su padre: Dean Thomas. Además, Fred llegó corriendo rápidamente para unirse a la lucha.

-¡Les he dicho que se marcharan a casa!- se apresuró a decir Fred, mientras apuntaba su varita al grupo de mortífagos.

-No quieren hacer esto- los retó Pansy Parkinson.

-Muchachos, deberían apartarse un poco- aconsejó Ron.

Avada Kedavra!-

Protego!-

James y Lily se lanzaron hacia un lado, alejándose lo más posible del alcance de los hechizos y maleficios. Albus se apresuró a tomar la mano de Ana, para unirse a sus hermanos inmediatamente después. 

De pronto, los jóvenes escucharon un estallido impresionante, seguido de la aparición de un grupo de al menos diez aurores, listos para luchar.

-¡Retirada!- exclamó Crono Ivanaro.

Los mortífagos desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, dejando a todos sorprendidos por unos instantes.

-¿Qué rayos estabas haciendo aquí?- preguntó Albus en un susurro -¡Pensé que no estabas de acuerdo con los actos de tu padre!-

-Nunca dije que lo estoy, idiota- reclamó Ana -Si de verdad quieres saber... los estaba espiando y mi padre me descubrió, pero el no tiene idea de que estoy en su contra así que aproveché eso para acompañarlos y descubrir más. Y lo habría logrado de no ser por ustedes, entrometidos.-

Aquello le caía a Albus como un balde de agua fría. No se esperaba para nada esa respuesta, pero, luego de pensarlo un poco, tenía bastante sentido.

-¿Qué harás ahora?- preguntó Albus.

-Escapar, supongo- respondió Ana, con tono despreocupado.

-¿Estarás bien?- quiso saber el chico -Si quieres, puedes quedarte con nosotros.-

-No- se apresuró a negar Lily.

-Definitivamente no- añadió James.

-Estaré bien- afirmó Ana -No es la primera vez que debo huir de mi padre... Te veré en Hogwarts.-

La chica se apresuró a salir de allí sin mirar atrás.

-Síganla- ordenó Ron a dos de sus aurores, luego de que Ana se perdió de vista -No creo que sea sospechosa, pero con suerte nos guiará a su padre o algún otro mortífago.-

-¿Qué ha pasado, tío Ron?- preguntó James -¿Cómo nos encontraron?-

-Gracias a Fred, obviamente- respondió Ron -Envió un patronus mensajero a tu padre, así que él mandó a sus mejores aurores.-

-¿No pudo venir él?- se quejó Lily.

Ron dio un par de pasos hacia el frente y extendió su mano. Segundos después, una escoba llegó volando velozmente. Ron la sujetó y miró nuevamente a sus sobrinos.

-Su padre está resolviendo un asunto muy importante, así que yo personalmente me ofrecí a venir a rescatarlos-

-¿Y qué es tan importante en estos momentos?- quiso saber Albus.

-El Ejército de Dumbledore.-

Albus Potter y la Última ProfecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora