El hada y el mago/Otayuri

Parte 9

El sol estaba en lo alto, y volvio la vista a los arboles de donde acababa de salir su hada. Tal y como prometío, al salir de su casa estaba ahi esperando, y entraron para tomar algunas cosas de la casa para comer en el lago, yuri parecia un niño con todo lo que había ahi, revoloteaba por todos lados tocando cosas y dejando un pequeño rastro de brillo debajo de él que se fundia en el piso.

-ba ... bara... baratie... barato

su voz lo saco de su ensoñación, y se dio cuenta de lo que traia en sus manos, era un libro de cocina que alguien habia dejado en su repisa junto a sus libros de magia, y lo habia leido

-¿sabes leer?

el rubio nego con la cabeza - no, pero podemos entender diversas lenguas y hablarlas bien, leer no es algo que hacemos

tomo el libro de sus manos y señalo el parrafo que estaba leyendo

-dice "los vegetales son más baratos que la carne, son intercambiados por otras cosas cuyo valor es al de sickles"

-¿que es eso? en otro tiempo era montaña

Claro, los seres mágicos habian existido mucho antes que el siquiera tuviera consciencia, pensar en otros tiempos podia ser hace siglos, lo hizo pensar en la edad de su hada, parecia tan joven, y aun asi, el no era capaz de reconocer cuando "sickles" significaba 'montaña', al menos, un siglo debía tener desde entonces

-es una moneda, usamos el intercambio y las monedas para conseguir otras cosas

-ya veo, nosotros no tenemos eso, solo vamos por raciones al የቤተ ክርስቲያን ሰው cuando lo necesitamos, siempre nos dan lo que pidamos

Se quedó a cuadros cuando hablo el otro idioma, nunca había escuchado ese idioma, siquiera lo era?

Le dijo algunas cosas más que siguió sin entender, pero lucía muy feliz contándole sobre su mundo

-y el otro Vika dijo que .... Ay perdón, creo que me emocioné más de... am... Vamos a comer?

El moreno rio un poco y tomo su mano con una mano, y con la otra la canasta

-me gusta escucharte, me tienes que enseñar

se había excedido un poco con las cosas, así que la canasta tenía algunas cosas sobresaliendo, pero se negaba a que su hada lo ayudará

-entonces déjame aliviarlo

Yuri tomo la canasta con su mano que contrastaba con el color de la canasta y vio como está era envuelta por un halo de luz tenue que hizo la canasta más pequeña y ligera, las cosas dentro se hicieron aún más pequeñas y entraron bien, inclusive parecía que la llevaba vacía.

El moreno lo vio impresionado, el hacia magia de disminución, pero eso era otro nivel, quitar peso, hacer pequeño, y hacerlo en diferentes objetivos y tamaños, eso era mucho mejor que los trucos de Leroy sobre desvanecer cosas.

El rubio sonrió como si nada y empezó a caminar jalando su brazo, otabek disfrutaba de verlo mientras le iba contando cosas sobre las plantas, por ratos sentía como este flotaba y miraba a sus pies, estos flotaban ligeramente del piso y solo daba brinquitos para avanzar un poco, después volvía al piso, y cuando iba a pisar algo con vida, como flores o algún hongo flotaba de nuevo, y el solo podía dar pasos grandes o evitar pisar esos mismos.

Al llegar al pequeño lago pensaron en colocarse en la piedra, pero al pisar una zona cerca de esta las flores, ramas y piedras más pequeñas se movieron dejando una capa de pasto que parecía un tapete, no pudo evitar mírarlo devuelta mientras el rubio reía por su expresión.

-vamos a comer beka

Sintió como su corazón explotó, como podía iluminar más su vida? No lo sabía, pero al parecer, era posible

Decir que fue un momento Mágico era quedarse corto, pasaron cada uno de sus días de las últimas dos semanas haciendo ese tipo de cosas, de vez en cuando el rubio se iba y volvía, decía que tenía que hacer algo y volvía al día siguiente por la mañana, ya que el rubio obviamente no iba a comer carne, el la cenaba ese día por la noche ya que no podía permitirse echarla a perder, lo cual sin duda también sería un insulto para el hada, su casa cada vez se veía más viva, las plantas alrededor crecían y habían flores a su alrededor, esa vieja choza que antes parecía de hermitaño que salía por comida una vez al mes, ahora estaba llena de vida, el sol daba justo en el techo y ventanas que mantenían el lugar más caliente, a pesar de ser invierno, dentro el clima era agradable, muy contrario al clima fuera que parecía hacerse más despiadado, cada noche y mañana que el rubio se iba, parecía que el clima lo iba siguiendo, su casa seguía igual, pero el clima fuera parecía calmarse, los animales se veían pasar cerca y los árboles parecían resistir mejor el viento, parecía como si el hada fuera la misma alma del bosque

Así pasaron las semanas,y cada día se acercaba más el final del invierno, y por supuesto, el día del baile.