Capitulo 3

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A donde se habia ido? Podia jurar que lo vio, no estaba alucinando

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A donde se habia ido?
Podia jurar que lo vio, no estaba alucinando... o si? No... claro que no... no estaba tan loco.
Pero entonces donde estaba... salio de donde estaba escondido y se puso a caminar por donde estaba anteriormente el ... que era exactamente? No podia ser un cazador porque el cervatillo se acerco, y no recordaba haberlo visto en el pueblo... de la realeza tal vez? O podria ser... no. Hacia años que nadie les habia visto, era un disparate.

Al mirar cuidadosamente donde estaba parado el joven se dio cuenta que el pasto estaba verde y habian pequeñas flores blancas ahi, que extraño, todo lo demas era pasto seco por el frio. Paso la mano por ahi y en efecto, era como si el frio nunca hubiera tocado esa parte. Se levanto y busco con la mirada, y entonces reconocio las moras que habia estado buscando, camino hasta los arbustos y corto unas cuantas. Se dio la vuelta y tras hechar un ultimo vistazo a la cascada se dirigio a su casa, hacia mas frio que cuando llego, se empezo a frotar las manos mientras empezaba a hacer uso de su magia para calentarse

Llego a su cabaña, se puso a desayunar sin poder quitarse esos ojos de la mente, y se dio cuenta de que, habia olvidado como se veia, como si todo se reduciera a sus ojos. Lavo su cuenco, su taza de te, y se fue al cuarto donde tenia sus libros. El cuarto era bastante grande, tenia libreros en las paredes, y una mesa enorme en el centro, donde tenia mas libros, plumas y varios pergaminos, tambien habian otros utencilios para probar su magia.

Se paso el resto de la tarde en esa habitacion, estudiando y practicando todos los hechizos posibles, perfeccionando sus artes, pues ese era su destino, siempre lo habia tenido presente. Otabek Altin, el mago prometido. Asi le habia llamado el rey, asi era conocido por todos en el pueblo. A pesar de su magia sentia que algo le faltaba, algo que le contaba a su unica confidente, la luna.

Salio de la cabaña y se dirigio al lago, donde se sento en una piedra y miro hacia arriba. Tan blanca, que iluminaba el cielo, la luna era su unica amiga en ese lugar. Se recosto y se puso a recordar, cuando su padre lo habia dejado, su madre, su familia, sus amigos, todos se habían ido. Sin poder impedirlo lagrimas silenciosas empezaron a caer por su rostro. A pesar de su magia no habia podido llenar ese vacio, amor. Su soledad, no podia cubrirla con magia, era consiente de ello, pero en su existencia, en sus acciones, en lo que buscaba, nunca debía salir de su destino, la magia.

Se incorporó y miro a la luna, pregunto cuando iba a poder encontrarealgo, aquel que lo llenara, que le completara. Y como un susurro escucho
"Si alguien te tiene que amar, ya lo sabras,solo tendras que saber reconocerlo."

Se quedo un rato mas ahi, mirando a la luna, y mientras iba cerrando vio esos ojos, tan brillantes, grandes, imponentes,  de aquel hermoso ser, esos ojos tan regios pero dulces. Sin pensarlo, se quedo dormido ahi, con una sonrisa en su rostro.

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-otabek! Corre

-ya voy!!!

Estaba agitado, se detuvo a tomar aire mientras se recargaba de una pared y entonces levanto la vista, topandose con esos ojos de soldado, lo miraba desde arriba, con los brazos cruzados, podia ver su blanca piel siendo tocada por los rayos del sol, su delgada silueta.

-porque te tardas tanto, hay que llegar al castillo antes de que noten que nos fuimos

El rubio lo tomo de la mano y echo a correr, con el moreno detras, ambos corrieron hasta llegar a una puerta vieja y gastada, tocaron dos veces, una pausa, otro toque, y esperaron. La puerta se abrió dejando ver a un chico de no mas de 12 años, ojos azules y pelo negro.

-entren, aun no se dieron cuenta

Y los jalo dentro. Era una cocina, habia una mesa larga y rectangular en el centro, a un lado habia un caldero con algo calentándose, unas mesas en las paredes donde habian verduras y en el piso se podia ver como habian acabado de limpiar. Fue entonces cuando dejo una canasta en la mesa grande, y se sento en un banco mientras veia como el rubio sacaba de la canasta verduras, y unos pergaminos pequeños con unas plumas.

-JJ toma, guarda esto debajo de las sabanas del cuarto

Le dio los pergamimos y las plumas al pelinegro que hizo un saludo militar antes de tomarlos y salio corriendo de la cocina por otra puerta.

-toma

Volteo y vio al rubio extendiendole un pergamino enrollado, lo tomo y abrio, leyendo lo que decia, el rubio le dio una pluma que quien sabe de donde habia tomado y escribio debajo, le entrego de nuevo el pergamino enrollado y el rubio lo guardo entre sus ropas.

-vuelvo mañana otabek, y dile a JJ que no ande gastanto a lo tonto lo que le di

Vio como el pequeño rubio recogio la canasta y se dirigio a la puerta, abrio y cuando iba a salir se dio la vuelta para sonreirle

-adios beka

-adios...








Ya lo se, algo corto, pero es de vital importancia

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Ya lo se, algo corto, pero es de vital importancia.
Ademas le echamos un vistaso a los recuerdos de otabek... o es un sueño?
Nos vemos el domingo que viene...

Cafe y pay

El hada y el mago/OtayuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora