CAPÍTULO 7

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-Encontré a Caleb afuera echo un ovillo, tenía los ojos rojos, apenas me vio se lanzó a abrazarme y no paraba de decirme lo siento - se me estrujó el corazón al imaginarme tal escena, no pude evitar que se me humedecieran los ojos y sentí un enorme nudo formarse en mi garganta; mamá me hizo mirarla a los ojos -¿Qué les pasó cariño?... Si no quieres decirme nada entenderé, pero me duele verlos así y me gustaría ayudar, así sea un poco, a remediar lo que sea que haya pasado

-Él... Caleb me mintió ma', me traicionó de la manera más cruel y despiadada que pueda existir

Lágrima tras lágrima le conté todo lo que había pasado, sin omitir un solo detalle.

   •••

-Solo te pido, por favor, no te involucres en esto, no quiero que sus padres y los míos se alejen por nuestra culpa. Esto lo tenemos que resolver el y yo, nadie más.

-No Amelia, no me puedes pedir algo así  ¿Como pretendes que me quede quieta cuando alguien te está haciendo daño? ¿Quieres qué vea como te derrumbas cada vez más por culpa de gentuza que para lo único que sirven es para criticar?

Tomo cariñosamente sus manos entre las mías.

-Ma', no pretendo dejar que me veas así, ni tú, ni nadie. Soy una chica fuerte y creo que te lo he demostrado; ésta es una de las tantas pruebas que van a llegar a mi vida y debo aprender a resolverlas por mi propia cuenta.

Mamá me mira fijamente por unos largos segundos y luego me acaricia el cabello.

-¿Cómo es qué siempre logras convencerme?... No me voy a meter en esto, pero te advierto que si me doy cuenta que la estas pasando realmente mal haré de todo para protegerte... En cuanto a Caleb...

-Espera, no es necesario que cambies tu actitud hacía él, sé que no lo hizo a posta; sólo es un chico que no supo pensar bien las cosas, además ustedes tienen una buena relación y no quiero que eso acabe.

Me río al ver como se sujeta la cabeza desesperadamente mientras balbucea para después soltar un suspiro.

-Eres demasiado buena ¿A quien te pareces? - obviamente se refiere a papá, porque si fuera por ella ya estaría matando a todo el mundo.

Tocan a la puerta y ella va a abrir.

-¿Quien era?

-Nadie.

¿Eso es todo? ¿Nadie? No sabía que una persona se podía llamar nadie.

-Era él ¿verdad? -asiente -¿Qué quería?

-Le dije que no estabas, obviamente no me creyó pero no insistió.

Se formó un momento tenso, algo que nunca había pasado entre ella y yo.
Creo que hice mal al contarle lo que pasó entre Caleb y yo.

-Bien, me iré a dormir, dale saludos a papá. Te amo.

Le doy un beso en la frente y subo. Cuando entro a mi habitación me doy cuenta que hay una persona sentada en mi cama.

-Vete.

-Mila por favor, dejame explicarte.

¡Ahhhhh! ¡Enserio! ¿Como se atreve a llamarme así?

-Caleb, respetame si quiera un poco y vete.

-Te respeto, pero por favor, dame unos minutos nada más.

-Si que eres descarado. ¡Voy a empezar a gritar como una loca posesa si no te vas! -lo saco a empujones y lo dejo en mi balcón para después cerrar la puerta de este y las cortinas.

•••

Otra vez tarde, toco a la puerta del salón y me abre el profesor.

-Permiso

-Amelia, si vuelves a llegar tarde te doy una sanción.

-Bueno señor -le digo suavemente y me dirijo a mi puesto.

Me siento como si estuviera en una alfombra roja, todos me miran. Saco mi cuaderno y bolígrafo y me pongo a escribir lo que hay en el tablero.

Escucho rechinar las patas de una silla más no le presto atención.

-Hola

Volteo a mirar quien me ha saludado.

¿Quien se cree que es para hablarme así, de la nada?








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