descubierta

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Me encerre en mi cuarto, acostada en mi cama estaba mas depresiva que una emo después de su primer corte.

jaja..solté una risa discreta por lo que acababa de pensar pero eso no fue tan significativo como para salir de mi letargo, me pude dar cuenta de lo mucho que me importaba isabel, años juntas, las penas, las alegrías y mas cosas dentro de este internado... era mas que mi amiga, mi familia, mi amante o compañía.

yo amaba a isabel, un amor diferente que no nos hace pareja, simplemente teníamos que cuidarnos una de la otra...

me levanté por un vaso de agua antes de dormir, y repentinamente viendo las aspirinas que se encontraban en la cocina recordé las pastillas que isabel llevaba consigo.

no tarde mas de 5 segundos en comprender todo, fui a la habitación de isabel, busque en los cajones, el armario, sus joyeros, basura,  hasta que vi debajo de la almohada... justamente encontré lo que buscaba,  la tira de píldoras que isabel tenía en sus manos.

mis ojos se abrieron a mas no poder,  al fin di en el clavo, no era una tira ordinaria, eran solo dos píldoras... pastillas del dia después. 

la caja de urgencia que isabel poseía.

-no puede ser...- isabel siempre se cuidaba,  que carajos pasó por su cráneo, pero eso no era todo, hay algo que solo yo sabia de ella, un problema que tenia de pequeña. 

isabel nunca toleró los medicamentos, siempre vomitaba todo y costaba demasiado que los tragara sin generar asco, eso explica sus vómitos en el baño.

- tonta, tonta, tonta!!! - me repetía para mi por no darme cuenta antes y lo repetía para ella por no decirme, no confiarme algo así y quizás ahora donde carajos estaba, con quien y buscando que cosa.

ya no podía mas, tenia que desahogarme y sin pensar en mis impulsos salí corriendo de la habitación, tal vez aun no era demasiado tarde, tenia que ver a alguien que me guiará y simplemente no pensé en nadie mas, Helena.

la vi a lo lejos,  tomando sus cosas para irse pero no lo permitiría, corrí a ella y antes de que pudiera reaccionar tomé su brazo.

-Helena...- me vio con lágrimas.

-Emilie! que susto me diste, que te ocurre! - mostraba preocupación.

-necesito hablar contigo...- mi voz era temblorosa casi a punto de quebrarse. 

-ok, pero calmate, ¿donde quieres hablar? -

me sonroje como de costumbre y mi mente comenzó a jugarme en contra...

-¿puede ser en mi cuarto?- los ojos de Helena se abrieron sorprendida, por un momento Hasta pensé que diría no...

-ok... pero al menos invitame a tomar un café, jaja- sabía que helena trataba de animarme y apenas lo dijo comenzó a seguirme con sus cosas.

esta sería una larga noche...

pasión de malditas (tema lesbico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora