Entrega necesaria.

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No podíamos respirar ante tal deseo, intenté tocar su cabello pero apresó mis manos usando ella un agarre, mientras que sus uñas se incrustaban en mi espalda, mis labios arden ante la brusquedad de sus besos y el encuentro con excitantes mordidas.

El baño frío en donde nos encontrábamos se llenaba de un potente fulgor.

Helena quería hacer otra cosa y al tomar mi cintura me giro dejando mi cuerpo completamente a merced sin escapar ya que una pared se opone en mi camino, bajó su mano lentamente por mi pelvis metiéndose entre la ropa y mi piel, con su otra mano cerca de mi boca fue delineando mis labios hasta que pudo introducir sus dedos, sus pechos estaba apretados en mi espalda, sentía todo su calor y yo no podía hacer nada más que gemir y entregarme, ella saboreaba cada segundo mientras su respiración pausada se acumulaba en mis oídos... Su mano baja se encontraban completamente mojada por mi sexo y sus dedos de la otra mano empapaba de mi saliva agitada, me entregue y ella poseía todo el control.

Helena era una diosa en este momento y yo solo era su muñeca, el juguete con el cual ella se lograba divertir, me gustaba pensar en cómo se podía aprovechar de mi... el sentir su risa traviesa sabiendo que toda mi excitación era por causa de ella me llegaba a un punto en el que ya no podía aguantar más, mis gemidos se volvían más fuertes y mi entrepiernas empapado. Antes de poder irme, ella quitó sus manos, volvió a girar mi cuerpo y bajo mis pantalones, su cara llegó Hasta mi cintura y por primera vez en muchos años me enrojecia de una observación ha mi sexo.

-es hora de que mi pequeña muñeca termine con broche de oro.-

Estaba tan caliente que al sentir su lengua un escalofrío recorrió mi cuerpo, no pude resistirlo por lo que caí al suelo al instante, ella solo se agachó más para seguir y no pude evitar colocar mis brazos contra la fría pared, mis gemidos ya eran más rápidos, mas fuerte, mas delirantes y mientras ella turnaba lengua y dedos llegue al término con mi mirada nublada y casi sin los sentidos alertas, Helena tenía la boca húmeda y seguía lamiéndose los dedos con mis fluidos, me volví a sonrojecer pero era ya por la ternura que me causaba la escena.

Me vio arreglarme y luego me abrazo, sentía sus pechos tibios junto con los míos, me beso y nos dirigimos a la puerta.

Salimos del baño y ella me dejo sola en la habitación, me dijo que dormiría en el auto y la llamará en cualquier emergencia.

Yo me quedé sentada al lado de Isabel hasta quedarme totalmente dormida, había una sonrisa en mi rostro, una alegría profunda que nadie me arrancara esta noche, sin darme cuenta de la sorpresa que tendría a la mañana siguente.

-Emilie... despierta!-

-mmmn...-

-que te levantes tonta y trae una leche para mi...-

-hum no jodas Isabel... Isa... Isabel!!! Estas viva.- la abrace de manera instantánea, isabel frente de mi.

-claro que estoy viva tonta...- mis lágrimas calleron.

Isabel había despertado.

pasión de malditas (tema lesbico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora