❝dos días después.
mickhailo.❞
Aparte de la decepción que me hacía sentir, el hecho de que en dos días exactos se alejara de mí me causaba ira aunque no como para golpearlo a él. No soy capaz de destruir lo hermoso que es, no soy capaz de herirlo.
—Buen día joven, lleva varios días siendo puntual, ¿Eso a qué se debe? —el saludó del profesor me irritó aún más.
Le regalé una sonrisa forzada. —Porque si me quedo en la casa me voy a volar la cabeza con el revolver de mi padre.
El rostro del profesor se tornó algo sorprendido ante mi respuesta.
Volteé a ver hacia atrás encontrándome con la mirada de un Dominic preocupado, levanté mi dedo del medio hacia él y me volteé hacia el frente suspirando pesadamente.
❝flashback.
mickhailo.❞
Me miré al espejo apreciando mi labio sangrar con intensidad a tal punto que goteaba manchando mi playera gris, las lágrimas se habían apoderado de mí y consigo la ansiedad más ese sentimiento de soledad al no tenerlo cerca
—Mickhailo, ¿Qué estás haciendo? —la voz de mi madre simplemente me descolocó.
Mi cuerpo comenzó a temblar intensamente, el revolver que mi padre había comprado estaba entre mi mano derecha.
—Solo déjame en paz. —dije con voz firme.
—¡Mickhailo ábreme la puerta! —gritó con enojo, tratando de abrir la puerta.
Siempre termina igual, con el revolver en la mano.
Pero tranquilo, es solo un juego.
Abrí la puerta sin otra opción, recibiendo directamente una cachetada de esa señora que se hacía llamar mi madre, sus ojos se llenaban de furia cada vez me miraba o probablemente asco.
Esbozó una carcajada. —¿Otra vez?
—Si, ¿Y? Siempre interrumpes cuando quiero matarme. —frunci el ceño.
—Adelante. —señaló el arma. —mátame, no vales NADA, a NADIE LE IMPORTAS, porque desde el día que naciste has sido como una piedra en mi zapato y todos terminan echándote a la basura porque eres un imbécil, eres un error, ojalá te hubiera podido abortar.
Sus palabras me golpearon, dejé caer el arma y salí inmediatamente del baño. —Gracias por tus palabras.
Me encerré en mi habitación, comenzando a golpear fuerte la pared sintiendo mis puños arder, con mis lágrimas cayendo por mis mejillas.
❝fin flashback.
mickhailo.❞
Sentí su cálida mano tocar mi brazo, agarrarme con fuerza.
—Suéltame. —suspiré.
—¿Qué hiciste? Mira como tienes las manos. —exclamó preocupado.
Me volteé encontrándome con su mirada, me volvía loco cada vez más y de una forma tan intensa.
—¿Qué carajos hago para odiarte? —me acerqué lentamente a él.
Me miró con una sonrisa y me besó lentamente, sentir esa calidez me hacía creer que todo estaba bien. —Cállate.
