Neon Genesis Evangelion: La Que Yo Amo Es...
Capítulo 6 – Amigos
Escrito por: Alain Gravel
Asistido por: Darren Demaine
Traducido por: beamknight87
Historia basada en los personajes creados y con Copyright de Gainax.
Parte 2: Te amo
Desperté, aún sosteniendo el cuerpo desnudo de Rei en mis brazos. Como las mañanas anteriores desde que me había mudado a su departamento. Dado que Misato no estaba por aquí, la chica de cabello azul no veía la necesidad de vestir nada en la cama. Y tras las últimas noches que habíamos compartido, tampoco yo veía razón alguna.
Mientras miraba el techo, pensé en lo que había sucedido hacía unos cuantos días...
Tras poner mis cosas en un cuarto vacío, me colapsé en el piso, incapaz de seguir conteniendo las lágrimas. Me sentía enfermo conmigo mismo. Sólo era un pequeño niño patético. No era ninguna maravilla que los otros me usaran como si sólo fuera un juguete. Un juguete que pudieras usar, y luego tirar cuando te cansaras de él. Mi Padre, y ahora Asuka.
A través de las paredes, escuché gritos. Dos voces que conocía muy bien. Misato obviamente estaba enojada con Asuka. Traté de ignorarlas lo mejor que pude. Pero cada vez que la escuchaba... creo que estallé y les grité que se callaran. No estoy muy seguro, tal vez sólo imaginé que lo hice. Pero momentos más tarde, dejé de escucharlas.
Muy pronto, estaba entre los delicados brazos de Rei mientras ella trataba de calmarme con sus suaves y tiernas palabras. Me sentía a salvo y cálido en esos brazos y derramé sobre su hombro todas las lágrimas que había guardado dentro de mí mismo por tantos años. Lloré hasta dormirme.
Desperté la mañana siguiente para encontrarme aún en sus brazos. Pero ahora estaba en su cama, en vez de estar sentado en el piso del otro cuarto. No sé como se las arregló para cargarme todo el tramo sin que me despertara. Quizás estaba demasiado exhausto para notarlo.
Me sobresalté un poco al darme cuenta de que ambos estábamos desnudos, pero muy pronto me relajé, al notar la tibieza y la conformidad que se sentían.
Nos quedamos en el departamento toda la mañana. Traté de convencer a Rei de ir a la escuela, pero nunca pude hacerle cambiar de opinión. Simplemente dijo que quería quedarse aquí por mi, que era más importante que escuchar al sensei parlotear sobre el Segundo Impacto. Aunque no lo dije en voz alta, de verdad estaba agradecido que no se fuera.
Ella preparó el desayuno para ambos. Como siempre, no pude evitar estar asombrado ante lo buena que se había vuelto en la cocina. Mientras me daba una taza de té caliente, me preguntó qué estaba mal. Le pedí que me siguiera hasta la sala donde ambos nos sentamos alrededor de una mesita. Luego, le conté todo. Mientras hablaba, noté la manera en que frunció el ceño unas cuantas veces. Y cuando le dije lo que sucedió en la tienda, el enojo claramente se mostró en su rostro. Pero rápidamente recuperó la calma y su humor pasivo. Una vez que le conté todo, sus palabras me sorprendieron.