Ojos de un ángel-Logan/Wolverine

Capitulo 2: Momento de tension

Narra Amara:

Después de hablar con el profesor me senti un poco mas tranquila, ya que, al menos sabia donde estaba, y siento que al fin tengo alguien en quien puedo confiar, alguien que no quiera lastimarme. Camino por la mansión con algo de miedo, es muy grande, y no tengo ni la menor idea de a donde voy. De la nada aparece un chico de cabello rubio, parece tener unos 16 años.

-Hola, mi nombre es Bobby. Mucho gusto.-Extendió su mano frente a mi, la tome en señal de saludo.

-Hola.-Conteste con simpleza.

-¿Como te llamas bello Ángel?-Reí ante el apodo.

-Lo siento, soy Amara.

-Pues encantado de conocerte Amara.

-Igualmente Bobby.

-¿Quieres que te muestre la mansión?-Yo asentí.-Fantástico. Sígueme.-Extendió su brazo frente a mi y lo tome gustosa.-Bueno, esta es la entrada, aquí están algunas de las oficinas y salones donde se dan clase, pero eso no es importante.-Creo que no es de los que les gusta la escuela. Subimos al segundo piso.-Aquí están algunas habitaciones y la biblioteca.-Abrió la puerta y frente a mi aparecieron millones de libros, era increíble.-Y aquí esta Hank, a quien ya conociste.

-Algo asi.

-Hank ella es Amara. Amara el es Hank.-El hombre se acerco a mi y me extendió su mano.

-Un gusto poder conocerlo como es debido señor.

-Lo mismo digo, y por favor dime Hank.-Yo asentí y seguimos nuestro recorrido. Me mostró el resto de habitaciones, conocí a algunos del grupo X-Men y Llegamos hasta la cocina. Donde estaba el resto del grupo cenando, muero de hambre.

-Hola chicos, miren, esta es Amara.-Anuncio Bobby haciendo que todas las miradas llegaran ami, esto me incomodo. Una mujer de cabello blanco se acerco.

-Que tal Amara, soy Ororo.-Se presento ella.

-Mucho gusto Ororo.

-El gusto es mio pequeña, por favor, siéntete en casa.-No creo que sea buena idea.- ¿Tienes hambre?-Yo asentí.-Adelante, toma asiento, te serviré algo. Yo agradecí y me senté, con Bobby a mi lado sonriéndome.

-Mira, estos son Kitty, Scott, y Logan a quien ya conociste.-Otra vez el, el chico que vi cuando desperté, mi salvador. Salí de mi estupor y asentí.

-Es un gusto conocerlos.-Antes de contestarme una explosión se escucho, los chicos se miraron entre ellos y corrieron hasta donde la explosión se produjo, fui detrás de ellos. Entre el humo que se formaba pude verlo, no podía creerlo, no sabia que el estaba aquí.-¿¿Hunter??-Grite extrañada, el profesor no menciono que también lo rescataron, el me miro sorprendido.

-¿¿Amara??.-Yo asentí. Vole hasta el y lo abrace, precia confundido, se porque, debo explicarle lo que sucede antes que destruya el lugar.-Quédate cerca, tenemos que salir de aquí. Nos secuestraron.-Tomo mi mano.

-No Hunter escucha, ellos no nos secuestraron, ellos nos rescataron.

-¿Que?

-Si, por favor, déjame explicarte.-Supliqué mirándolo.

-Ella tiene razón Coddy.-Es el profesor. Hunter lo miro asustado.

-¿¿Como sabes mi nombre??

-Tranquilo hijo, somos amigos. Me llamo Charles Xavier. Y soy como tu, un mutante, por favor, no debes sentir miedo, nadie en esta casa te hará daño. Te lo prometo.-Hunter me miro desconfiado, pero yo asentí, dándole a entender que él profesor decía la verdad. No querían dañarnos. El asintió levemente y relajó su postura.-Por favor. Por aquí.-Indicó Charles llenos a su despacho. Tome la mano de Hunter al ver que desconfiaba y camine con el. Cerrando la puerta tras nosotros.-Por favor, siéntense.-Indicó el. Ambos nos sentamos, esperando a que comenzara a explicar, aunque yo ya lo sabía todo.
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Después de un rato conversando con el profesor Hunter se ve más tranquilo.

-¿Así que nos rescataron porque nos necesitan?

-Así es, sus habilidades son necesarias aquí.

-¿Habilidades?, somos unos fenómenos.

-Al igual que le dije a Amara la primera vez que hablé con ella. Ustedes no son unos fenómenos. Tienen habilidades increíbles.

-Lo siento profesor, pero, toda nuestra vida nos han dicho que somos bichos raros.

-Lo entiendo, pero es tiempo de olvidar esas palabras...Amara, por favor, déjame a solas con Coddy. Debí hablar con él.

-¿Seguros?.-Pregunte, ambos me asintieron, así que me paré y salí del despacho. Decidí ir a mi habitación. Ya que no sé qué más puedo hacer aquí. Al pasar por la sala de entrenamientos escuché unas voces.

-Parece que todo va bien con los nuevos estudiantes.-Es Hank.-Espero que puedan acoplarse bien aquí y sientan este lugar como su hogar.-Siempre tan atentó.

-Esperemos que no destruyan el lugar en el intento.-Ese es Logan.

-¿Porqué dices eso?

-Por favor, estuvieron a punto de destruir la mansión, son peligrosos.

-Honestamente Logan no creo que causen problemas, se ve que son buenos.

-Yo no estaría tan seguro.

-Solo están confundidos, y con justa razón. Han estado en cautiverio toda su vida. No me imagino lo que deben haber sufrido.-Si, no la tienen.

-A eso me refiero, quien sabe qué cosas implantó la DLM en sus cerebros. Son estas de laboratorio. Son peligrosos.

-Eso no lo sabes.

-Lo que vi me es suficiente, son simples experimentos, el chico está alterado, es solo una máquina.-Ya no pude más, salí de mi escondite. Ambos me miraron sorprendidos.

-Amara, ¿hace cuánto estás allí?.-Hank intento bajar la tensión, pero no es posible.

-Quien te crees que eres.-Me dirigí al maleducado que tenía en frente y había dicho  esas cosas tan hirientes de nosotros.-Nosotros no pedimos nacer en las instalaciones de la DLM, ni que nuestras vidas fueran un verdadero infierno, ¿Sabes lo que es que experimenten contigo cada día?. Haciéndote pruebas, inyectando cosas en tu cuerpo, a veces enfermándote para ver cómo respondes. Y decir que no vales nada, que solo eres un parasitó, con un fin insignificante???-El me miro sin decir nada.-Sabes, toda mi vida he escuchado que no soy nada especial, por decirlo de buena manera, y nadie nunca me entendió o apoyo, solo Hunter. Creí que los mutantes estábamos unidos, ahora creo que no es así. Y si es así como piensas de tu propia especie, es decepcionante. Y no eres tan diferente de los humanos que experimentan con nosotros.-Sin decir más me fui, me apresuré a llegar a mi cuarto y me encerré allí, respirando con dificultad. Me deje caer en la puerta y poco a poco fui deslizándome.