¿Quién Eres?

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(Alisson)

Después de almorzar nos arreglamos pues iríamos a un recorrido por la montaña.

Durante el camino Joe sostenía mi mano mientras conducía, su toqué mandaba Corrientes eléctricas por mi cuerpo, provocando un cosquilleo en mi estómago.

—¡Llegamos! —Anunció mientras estacionaba el auto.

Los chicos llegaron tras nosotros en el otro auto.

El recorrido iniciaba en las faldas de la Gran montaña cubierta por nieve, donde nos teníamos que montar en unas sillas las cuales te subían a través de unos cables a la punta de la montaña.

—No se si esto sea una buena idea— Susurré por lo bajo mirando las sillas flotantes.

—Vamos nena, será increíble — Prometió extendiéndome su mano.

La tomé no muy segura, — ¿Cómo estas seguro de esto?

—Solía pasar cada navidad aquí con mis abuelos — Una pequeña sonrisa se formó en sus lindos labios .

—¿Que sucedió?

—Fallecieron en un accidente hace algunos años.

Me maldije internamente
Bravo Alisson Bravo, tu y tu bocota.

—Lo siento mucho Joe.

Me dio una sonrisa de lado, —No te preocupes, vamos.

Nos subimos en la pequeña silla y emprendimos el viaje cuesta arriba, mis nervios empezaron a incrementar al mismo tiempo que incrementaba la altura.

Apreté la mano de Joe pues sentía que iba a vomitar.

—Tranquila bonita— Susurro cerca de mi oído.

Negué aun con los ojos cerrados.

Joe tomó mi cara entre sus manos, lo siguiente que sentí fueron sus labios sobre los míos, entonces me perdí, todo miedo desapareció, me concentre únicamente en sus cálidos labios, la forma tan delicada con la que me besaba, como si apenas rozara mis labios, como si tuviera miedo a lastimarme si me besaba más duro.

Acarició mi mejilla con el dorso de su mano.

—¿Todo bien? — Susurró al separarse de mis labios.

Asentí con una sonrisa.

—Creo que eres el mejor distractor del mundo— Comenté con una sonrisa.

Llegamos hasta la cima donde ya nos esperaban los demás.

—¡Por fin! —Se quejó Dylan.

—No molestes — Amenace.

Soltó una risilla burlona.

—Hay que tomarnos una foto — Animó Lu, todos posamos y hacíamos diferentes caras divertidas mientras sacaba las fotos.

Después de un buen rato subimos a una especie de pecera flotante, la cual nos trasladaría a la siguiente parada.

Debo admitir que la vista era increíble, en el centro de las montañas se podía ver el pequeño pueblo.

—¡Esto es increíble! —Solté animada mientras me inclinaba sobre el cristal para ver mejor.

Joe me dio una sonrisa de lado y un guiño.

—¿Dónde estuviste esta mañana?— Pregunté una vez que terminó el recorrido.

—Tuve que ir al pueblo a recoger un par de cosas— Respondió apartando la vista en otra dirección.

¿Somos amigos?  [ COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora