Había una vez en un hermoso reino, un padre que tenía un hijo y una hija. El hombre era viudo, ya que su reina murió en el parto después de dar a luz a los mellizos. Quería darles la mejor vida a sus dos hijos, así que buscó y buscó entre los reinos cercanos alguna mujer que su belleza fuera resplandeciente, que fuera buena, amable, para ser la futura reina y la madre de sus hijos. Fue en uno de sus viajes que su hija que seguía en el castillo enfermó, los criados llevaron a los mejores curanderos para que la curaran, enviaron una paloma mensajera para que llegara al rey informándole de la situación y pudiera volver a tiempo. Pero cogió altas temperaturas de fiebre y su fuerza se desvaneció por momentos. En cuando el rey supo de la noticia cabalgó durante días sin dormir corriendo entre los bosques encantados y peligrosos para llegar con su hija, pero antes de que llegara a su enrome reino la princesa murió.
El rey se volvió loco al perder dos de sus seres queridos. Sabiendo lo que le esperaría a su futuro hijo y lo complicado que lo tendría al ser el futuro heredero del reino, porque no quedaba ninguna princesa en los reinos de los alrededores todos los que nacían eran solo barones, por ese motivo obligó a su hijo cambiar de identidad. Le vistió con vestidos, obligando a llevar pelucas de cabello largo negro brillante, y en cuando tuviera la edad incluso llevaría maquillaje. Desterró a todos los criados que supieran la existencia de su historia del reino, solo quedando con él el único mayordomo con el que confiaba y sabía de la identidad de la princesa. Haciendo creer así que su hija seguía viva.
El castillo se volvió un lugar solitario y silencioso en cuando mandó al último criado fuera de su castillo. El mayordomo se acercó con lentitud al rey y lo observó.
- Majestad... Si disfrazáis a vuestro hijo de mujer... cuando crezca los príncipes de los alrededores se interesaran por "ella"
- Pues la casaremos con alguno de ellos y nos expandiremos – comentó seguro
- Majestad... - dijo el hombre tragando saliva observando como el hombre empezaba a delirar por tantas perdidas consecutivas de sus seres queridos – Se darán cuenta
- Luego será tarde para devolverla, nos alzaremos y conseguiremos que mi heredero tenga mas poder... luego podríamos matar al rey y mi único hijo sería el gran gobernante – comentó el hombre escapándosele una extraña risa nerviosa arañándose la cara con sus dedos – Contratad nuevos criados. A partir de ahora quiero ver caras nuevas que dejen el castillo impecable, aunque solo vos debéis encargaros de la princesa, en vestirla y arreglarla
- Pero... majestad... - comentó el mayordomo completamente pálido al escuchar cada una de sus frases. El rey se levantó y cogió la enorme capa colocándosela con rapidez en el momento que el hombre lo miraba completamente sorprendido - ¿A dónde os dirigís?
- A buscar a la futura madre de mi hija – respondió seguro caminando a pasos rápidos alejándose de la sala del trono.
El rey siguió buscando a medida que su hijo crecía y cuando se iba a dar por vencido, en su reino llegaron unos mercaderes ambulantes. La idea no le interesaba para nada hasta que vio a una de las hijas de uno de los ancianos. Era la mujer mas hermosa que había visto en la vida, su pelo ondulado, sus ojos grandes y escarlata, era la viva imagen de una diosa. En seguida la hizo llevar ante él y le pidió matrimonio sin ni siquiera conocerla. La mujer aceptó sin pensárselo y la boda se llevó a cabo en seguida. El castillo bien decorado, los aldeanos llevando sus mejores ofrendas para la boda y los vestidos caros de los nobles invadían la sala del trono. La mujer se coronó y con ello el rey había conseguido el propósito de tener madre para su "hija".
La mujer sonrió en cuando llevaron sus pertenencias a sus aposentos, pidió mantener una para sus cosas. cuando consiguió quedar sola sacó un espejo redondeado y antiguo con el marco plateado. Lo colgó en la pared y se llevó sus cabellos hacia atrás colocándose segura la corona.

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WHITE SIN MANZANA
ФэнтезиHabía una vez en un reino muy y muy lejano una princesa de piel blanca como la nieve, cabellos negros y labios carmesí su belleza era tan extraordinaria que los príncipes de los reinos cercanos querían casarse con "ella" pero lo que no sabían... era...