Bienvenido.

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-¿Eso significa que tenemos que cargarnos a todo el mundo hasta que demos con los que tengan el potencial?- preguntó.
-¿Que esperas que hagamos niña?- afirma el comandante War.- No me mires con esa cara. Las cosas son como son.- me dice sonriendo.
-¿Y esta feliz?- chillo acercándome a el.
-Tranquila niña, no podemos hacer un ejercito de muertos.- dice mientras los demás ríen a carcajadas.
-Que gracioso...-susurro.
-Los que tienen el potencial son a los que no se les pueden inyectar la inyección para el virus 001.-
-¿Y eso como se sabe?-
-La inyección lo sabe.-
-Ah.- asiento sorprendida.
-Los alumnos de tu curso ya están preparados en la enfermería.- dice una mujer con aspecto futuristico, como no.
Todos se quedan mirándome. Como si esperasen algo de mi. Jajajajajaja NO.
-¿Bueno a que esperas?- me pregunta el comandante.
-¿Eh?-
-Adelante, no querrás que ponga yo las inyecciones.-
-¿Como?, no eso no porfavor. Agujas no, agujas no.- suplico.- ¿Agujas? Ni de coña, no, no, no.-
-¿Que pasa?-
-Pánico a las agujas.- digo tardamudeando.
-¿Tienes miedo?- me pregunta un chico joven de unos dieciocho años, mientras que sonreía maliciosamente.
-Por supuesto que no, Já.- añado cruzándome de brazos y poniendo expresión de chica dura.
-Comandante, ¿puedo enseñarle la inyección?- dice el chico.
-Claro Matthew.- responde el comandante.
Yo sigo esperando con la misma postura hasta que este chaval, Matthew se acerca con algo...
-!Ah!- chillo perdiendo el equilibrio.
-¿Miedo ahora?- pregunta Matthew enseñándome una aguja tan grande como un cuchillo.
-N...no.- digo. Me estoy empezando a marear.
-Pues toma.- dice acercándomela.
Me temblaban las manos. Me acerco y la cojo con miedo. Esta muy fría, tiene un líquido azul neón. Vale, podría haber exagerado al hablar sobre su tamaño, no era como un machete pero si mas larga que mi dedo meñique, y eso solo la aguja. El recipiente es bastante grande la verdad.
-¿8.0.0, a que espera?- dice el comandante. Yo sigo mirando la aguja. Esto les va a doler.
-Aria, 8.0.0 eres tu. Soldado 8.0.0, de la misión 8 tu eres el primer soldado.-
-Ah vale, vale.- respondo.
-Matthew, acompaña a 8.0.0 a la enfermería.- ordena el comandante.
-A sus ordenes, procurare que no se desmaye por su "pánico a las agujas".-
-Já.- digo poniendole cara de asco.
-Venga que son sesenta chicos y chicas y sesenta agujas que poner- dice riendo Matthew mientras que salimos del despacho.
-Cállate.-
-A sus ordenes 8.0.0.- dice sin poder contener la risa.
-Agg, eres irritante.-
Entramos en la enfermería. Ahí estaban todos los de mi curso. Todos están bromeando hasta que nos ven. Mis amigos se acercan.
-¿Aria que ha pasado, que es esa cosa?- me pregunta Thomas. Se ve muy preocupado, es como mi hermano.
-No la toques Thomas.- le ordenó.
-¿Que te han dicho?- pregunta Peter.
-Esta vez tu no has sido, no te pueden decir nada.- agrega Rosse.
-Exacto.- dicen todos a la vez.
-Aria...- dice un voz entre la multitud. Era Irin. Su cara lo decía todo. Es la única persona que conozco que, sin ningún superpoder, puede saber que te pasa mirándote a los ojos. Vi tristeza y preocupación en su rostro. Viene y me abraza rápido.
-No te preocupes, estoy bien.- digo con un nudo en la garganta.
-Nos vas a tener que inyectar eso. Pasa algo y gordo.- susurra.
-Irin...- iba a empezar a hablar cuando alguien me coge del hombro. Me doy la vuelta y veo a Matthew. No me miraba a mi, miraba al resto. Me da miedo lo que pueda decir.
-Ejem...- dice Matthew intentando llamar la antencion, aunque no lo necesita...espera... ¡¿Que acabo de decir?! Eso lo tengo que aclarar, pero luego.
Todos se callan al instante. Se puede ver que todas las chicas están asombradas, se les caía la baba.
-Atención.- dice en un tono serio.- Os tenemos que inyectar una vacuna. Espero que no os lo toméis a juego. No quiero ni una queja. TODOS estáis obligados asique no os recomiendo intentar escaquearse, a no ser que no os importe morir.-
Solo se ven rostros de miedo. Nadie dice nada asique es mi turno.
-Pero no hay nada de que preocuparse. ¿O tenéis miedo?- pregunto. Veo que Matthew me mira por el rabillo del ojo mientras sonríe con aires de orgullo. -No hace falta que estéis en silencio.
-Tienen miedo.- dice Matthew.
- Se nota.-
En ese momento comenzaron murmullos que crecieron y crecieron. Alguno ya estaba riendo otra vez.
Al fondo de donde nos encontramos hay una puerta con un cartel que dice "enfermeria". Asique Matthew y yo nos vamos hasta allí. Nada mas abrir la puerta se podía distinguir el olor de hospital. De medicamentos, de jarabes.
-Uff...- digo poniendo cara de asco.
Es una enfermería grande, muy grande pero por lo demás normal. Hay unas diez camillas, botiquines, una mesa en medio, sillas al lado de cada camilla, básculas etc.
-Ahí están las demás vacunas.- dice señalando a un armario bastante grande.- Voy a ver quien es el valiente.- dice con sonrisa maliciosa.
-¿Disfrutas con esto?-
-Disfrutare cuando les tengas que pinchar.-
No le contesto nada, solo le miro molesta.
Sale por la puerta y al rato aparece con alguien cojiendole del brazo.
-Este de aquí es el primero en subirse a la montaña rusa del dolor.- me informa Matthew.
Es un chico de la clase de al lado con fama de mujeriego, normal porque madre mía... Se llama Dean, Dean Brown. Estaba cagado, no puedo evitar soltar una risita al verle la cara.
-No te preocupes. Siéntate en la camilla.-
No se mueve de donde esta.
-Dean, venga.-
Nada. Ni caso. Miro a Matthew que esta sentado en una camilla observando el panorama.
-Bien...- digo suspirando con indignación.- De una forma u otra te voy a vacunar. Tu has querido entrar el primero no? Pues venga.-
-Yo no dije nada.- responde Dean. Esta muy asustado.
-¿Como?- digo mirando a Matthew que se estaba partiendo de risa. Verdaderamente disfrutaba con esto.
-Eres idiota...- le digo.- Dean, cuanto antes mejor, ven.- digo cojiendole del brazo y llevándole gastas la camilla. -No tengas miedo, te va a doler pero es lo que hay.- intento razonar con el.
-Vale pero que sea rápido.-
-Lo será.- le asegure.
Cojo la aguja con decisión. Matthew mira atento y divertido.
-Uno, dos y tres.-
El peor grito de dolor que jamás he escuchado. Le saco la aguja rápido para que no sufra mas.
-Ya esta.- le dije sonriendo mientras sale por la puerta.
-Bien, bien.- dice Matthew aplaudiendo con aire prepotente.
-Llama al siguiente.- ordeno.
Así paso las horas y las horas, teniendo que clavar agujas. Matthew se había cansado y ya se había ido asique estaba tranquila.
-Siguente.-
- Soy yo.- dice Theo.
-Pasa- digo seria.
Sin miedo, se sienta en la camilla.
Saco la vacuna de la caja y voy a pincharle cuando la vacuna explota.
-¿Que...?- chilla del susto.
Tardo varios segundos en caer.
-Bienvenido al grupo.- digo extendiéndole la mano.

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