(Narra Zayn)
Embestí por última vez sintiendo como nos corríamos y ella clavaba sus uñas en mi espalda. Los dos caímos sobre la cama con nuestras respiraciones agitadas, la miré y tenía sus labios rosados hinchados y entre abiertos, abrió los ojos y vi sus azulados y preciosos ojos brillar, le aparté un mechón de pelo rubio de su cara y ella me sonrió tiernamente, me abrazó y los dos nos quedamos dormidos.
[...]
-Zayn
-Mmm
-Zayn
-Mmmm
-No me hagas tirarte agua -amenazó Perrie-
-Si lo haces, sabes que sufrirías las consecuencias -amenacé de vuelta-
-Ah genial, ya estás despierto
Mierda, he vuelto a caer.
-¿Qué quieres? -dije frotándome los ojos-
-Vamos a ir a casa de Sophia y Liam
-¿Todos?
-Sí
-¿Por qué?
-Íbamos a quedar todos pero a Sophia le a venido la amiga
-¿Qué amiga?
-La regla, Zayn
-Ag que asco, no vuelvas a decirlo
-Bueno -rió- venga, vístete
-No entiendo que pintamos allí
-Pues que no nos vamos a quedar sin planes y que le voy a devolver el favor ya que cuando yo la tuve, tú me abandonaste para emborracharfte con ese rubio malvado y Sophia cuidó de mi
-¿Rubio malvado? -aguanté la risa ante tal comentario-
-Sí, ya sabes, detrás de esa cara de ángel hay algo malvado
-Claro, el jefe de una asociación secreta que pleane robar todas las galletas del mundo
-Deja de decir tonterías y vistete
-¿Ya?
-Sí -ordenó-
Gruñí y saqué lo primero que pillé del armario y me vestí, claro, a mi ritmo, muy lentamente.
-Me estoy pensando lo de tirarte agua para que te espabiles -se rió Perrie-
-Lo que tú digas pero yo ya estoy listo y tú no. Y ya estabas vestida cuando desperté.
Perrie me ignoró, terminó de ponerse su lápiz labial rojo y se acomodó el cabello.
-Pareces un payaso -me burlé-
-Y tú un muerto viviente -salió del baño-
Salimos de casa y nos subimos al coche.
-Aún así te quiero -le dije-
-Yo no -respondió-
Le miré entrecerrando los ojos un poco molesto.
-Es broma -dijo acercándose a mi para besarme-
-Ah ah -dije negando- no vas a besarme con esa cosa en los labios
-Está bien, ya te la devolveré esta noche
-No serás capaz
Perrie me miró desafiante pero le costaba esconder su sonrisa, yo le sonreí igual y seguí conduciendo.