2 MESES DESPUÉS.
Harry
Llegué a casa un poco tarde ya que los padres de la niña habían salido a una cena.
Abrí la puerta y me encontré con algo que en este último mes ya era algo habitual. Suspiré.
Louis estaba tirado en el sofá con un montón de botellas vacías y colillas de cigarros a su alrededor.
-Louis...hey... -dije tocándole el pelo.
Se despertó lentamente y me miró.
-¡Harry! ¡Ya estás aquí! -gritó y saltó sobre mi a abrazarme.
-¿Qué es todo esto, Louis? -le dije pidiendo explicaciones.
-Mm... un desastre -rió.
-¿Qué ha pasado? -pregunté.
-¿Qué tiene que pasar? Sabes que fumo, no estabas y aproveché.
-Ya -miré alrededor viendo todos los cigarros, eran muchos- ¿Y el alcohol?
-¿No puedo beber? -frunció el ceño.
-No es eso...
-Harry -empezó a llorar- te he extrañado mucho -me abrazó y lloró.
-¿No has ido a trabajar?
-Hoy no tenía -respondió entre sollozos.
-Está bien -suspiré- No llores... Vamos a dormir.
Estaba borracho así que sería inútil hablar con él. Lo acosté en la cama y fui a recoger un poco. Me cambié de ropa y fui con él.
Niall
-Hey -salté al sofá donde estaba Zayn sentado y le besé- ¿Has hablado con Perrie últimamente?
-Nop. ¿Por qué?
-Bueno, parece que le va bien en ese curso que está haciendo
-Sí, algo me comentó
-Y que ha conocido a alguien -me miró- Oh... ¿no lo sabías?
-No, no me había dicho nada -respondió.
-Debería haberme callado
-¿Quién es? -preguntó.
-¿Acaso te importa?
-¿Estás celoso? -preguntó intentando no sonreír.
-No, ¿qué dices? -miré a la televisión y oí a Zayn reírse.
-Estás celoso -canturreó.
-No lo estoy. Y cállate, no me dejas ver la tele.
Zayn volvió a reírse y yo le miré. ¿Qué he dicho esta vez?
-Niall, la tele está apagada
La miré y era verdad. Me di una facepalm mentalmente. Imbécil.
-No tienes por qué estar celoso. Sabes que te amo, sólo a ti.
Me sonrió y comenzó a besarme el cuello.
Entonces, algo empezó a oler a quemado.
-¿Qué es eso? -preguntó Zayn con el ceño fruncido.
-¡La pizza! -grité y salí corriendo hacia la cocina.
Louis
Me desperté y me dolía muchísimo la cabeza. No tenía ganas de levantarme.
-Buenos días. Por fin te despiertas.
Harry entró a la habitación y subió la persiana de la ventana haciendo que entrara la luz del sol. Hice un ruido extraño, parecido a un gruñido y me escondí bajo las sábanas.
-Louis
-Mm
-Louis...
-No tengo ganas de hablar, Harry
-Pues yo sí
Resoplé y salí de debajo de las sábanas. Le miré.
-¿Qué pasa? -pregunté.
-¿Cómo que qué pasa? -parecía molesto- Es la tercera vez que haces algo así, ¿qué ocurre?
-Nada
Me levanté y fui al salón. Cogí un cigarro y lo encendí sin importarme que Harry estuviera al lado.
-Louis, yo...
Intentaba hablar, parecía preocupado. No le dejé acabar.
-¡No he hecho nada malo! ¡¿Puedes dejarme en paz?!
-Solo me preocupo... -bajó la vista.
-¡¿Es que no puedo beber ahora?! ¡Solo es eso! -continué gritando sin escucharle.
-Louis, no tienes por qué gritarme...
-¡¿Cómo puedes pedirme explicaciones?! ¡¿Quién eres tú para hacerlo?!
-¿Qué...
-No puedes pedirme que te explique nada cuando tú no lo haces.
-¿De qué hablas?
-¿Por qué vuelves tarde?
-¿Me estás acusando de algo? Louis, sabes que es por trabajo.
-Ya, igual te tiras a alguien de esa familia.
Harry iba a contestar pero cerró la boca y bajó la cabeza. Estaba llorando.
Cogí el paquete de tabaco y me dirigí a la puerta.
-¿A dónde vas...? -dijo en un tono de voz casi inaudible.
-A trabajar.
Salí pegando un portazo.
¿Qué se creía? ¿Cómo podía hacerme esto?
Era insoportable seguir...