Capítulo 9: Siempre tuyo.

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—¿Es tu novio?

—Sí.

Tsuna siempre supo que en algún punto de su vida algo así iba a suceder, pero no creyó que fuera cuando estuviera llegando para una visita corta a la oficina de Reborn. Quiso correr, pero fue tarde, porque esas dos personas le estaban cortando el camino hacia el ascensor. La mirada de aquel tipo seguía encima de sí, sus nervios lo traicionaron y sus manos temblaron. Quiso fingir demencia, pero el hombre lo llamó "exclusivo". Oh jodida vida, Reborn se dio cuenta, o eso pareció, porque de a poco se fue irguiendo como para enfrentar a su acompañante.

—¿De dónde lo conoces? —la pregunta clave.

—Es el chico del café show —rio el hombre de cabellos rojizos y mirada ébano—. Por dios, no puedo creer que te juntaras con alguien como él.

—¿A qué te refieres?

—Es un beta —dijo divertido—, a más de eso trabaja en un lugar bastante... particular —siguió burlándose, enfrentando la mirada del azabache—. ¿Cómo pudiste caer ante esa cara bonita, Reborn?

—Deberías cortar el discurso —advirtió, perdiendo poco a poco la paciencia.

—Soy mejor que ese niño —sonrió de lado—. ¿Por qué no aceptas salir conmigo un par de veces? Te aseguro que...

—Iugh —Reborn dio un paso atrás antes de apretar los labios y hacer una mueca de desagrado—. ¿Qué te dije sobre ese tema?

—Ese niño no me es competencia —el hombre aún se mostraba divertido por la situación—, es un beta, por favor... ¿qué te puede ofrecer? —sostuvo el brazo de Reborn, y se acercó para demostrar que era unos tres centímetros más alto que el azabache.

—Más de lo que te puedas imaginar —siseó preparándose para romperle la nariz al infeliz ese. Si bien lo soportó hasta ese día debido a sus negocios, eso se terminó.

—Debería soltarlo, desconocido-san —Tsuna se había acercado con sigilo, apenas y haciéndose notar—. Por favor —pidió con una sutil sonrisa.

—Qué demonios —murmuró Reborn, porque odiaba sentir que alguien lo defendía.

—Oh, cariño, decidiste ir por el pez gordo, ¿verdad? —miró al castaño con desdén—. Pero no lo permitiré.

—Se lo diré una vez más —Tsuna sonrió antes de relajar sus brazos y dejarlos caer a cada lado de su cuerpo—. Suelte a Reborn, por favor.

Reborn no dijo nada, interesado al notar cierto cambio en el ambiente porque su socio pelirrojo empezó a despedir feromonas para intimidar al castaño, pero Tsuna ni se amedrentó. Las miradas siguieron, las palabras también. Después de liberarse del agarre en su brazo, esperó a ver si algo interesante pasaba, porque era cierto que jamás había visto el lado alfa de Tsuna actuar en público.

Y le gustó.

Soportó la carcajada cuando el pelirrojo quiso empujar a Tsuna y este soltó de golpe sus feromonas a la par que agarraba la muñeca del más alto y la estrujaba con fuerza. Reborn pensó que quedaría ahí, pero cinco segundos después se estaba riendo entre dientes porque su socio estaba en el suelo, y Tsuna estaba sobre él, torciéndole el brazo en la espalda, recalcándole que no le gustaba que tocaran a su novio y no sé qué cosas más. Ah sí, fue divertido saber que el pequeño Tsunayoshi podía ponerse celoso y territorial de vez en cuando.

A la par que su relación iba avanzando y se conocían más y más, Reborn también fue conociendo otros aspectos de Tsuna. Como su afán por mitigar su lado alfa porque de esa forma no asustaba a sus compañeros de trabajo o a sus hermanos menores, que tenía dotes para los idiomas, y que jamás hablaba de sus celos porque se aislaba totalmente el día en que eso sucedía. Cosas más, cosas menos.

Delicioso aromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora