Capítulo 5

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Alex es realmente simpático, amable, cariñoso y empático.
Me da muchísima confianza, es el típico mejor amigo.
Siempre he querido tener uno pero nunca lo he conseguido, solo amigas.
Mis tres mejores amigas, Mandy, Sindy y Betty. Juntas nos llamamos las cuatro "y".
Las hecho mucho de menos, pero no me quedó más remedio de venir aquí.
Menos mal que he encontrado a alguien que me entiende y no estoy sola.

-Como te decía me vine casi por la misma razón que tú- dice Alex sacándome de mis pensamientos.

-A mí en realidad no me gusta este trabajo, solo porque no me gusta quitar las mierdas de las personas.
Me gustaría estudiar como lo hacía antes y empezar mi carrera. Pero ahora eso no es posible. Tampoco llevo muy bien lo de obedecer, pero por mi abuela hago lo que haga falta.

-No te preocupes vamos a salir de esta casa y mudarnos a la nuestra, con un trabajo al que nos apasione. Cada uno  con una casa diferente claro- lo último lo añade para que lo de antes no quede tan cursi, seguro.

Ya lo voy conociendo.

-Si, todavía tengo esperanza- digo y me tumbo en mi nueva cama, mirando al techo y con las manos en el pecho.

-Buenas noches Lizy- sonríe.

-Buenas noches.

La verdad es que tengo mucho valor en dormir junto a una persona que no conozco de nada.
Esto me recuerda a cuando iba de camping. Que nostalgia...

(...)

-Despierta, es hora de levantarse- me sacude alguien el hombro, es Alex.

Remoloneo, pero al fin consigo poner mis pies en el frío suelo y meterme en la ducha.

-Haz tú el desayuno y yo voy limpiando- dice

-¿Todos los días hay que limpiar?- el asiente como si fuera obvio.

-La señor Brown esta obsesionada con la limpieza- pongo los ojos en blanco.

Menos mal que no nos exigen uniformes, porque sino me moriría.
Me he puesto unos vaqueros, una camiseta de tirantes, unas vans y por supuesto mi pelo recogido en una cola.  Muy pocas veces que lo dejo suelto.

Voy bajando las escaleras con alegría de comenzar un nuevo día y tarareando mi canción favorita.
Hasta que toda la alegría se va cuando veo a Alvin sentado en unas sillas de la cocina bebiendo un zumo.

-Buenos días- digo de buena manera, sin mirarlo. Él, como era esperado, no me responde.

-¿Qué te pongo?

-No desayuno, solo líquidos- dice mirando al zumo.
¿Por qué tiene siempre el tono como si estuviera enfadado?

-¿Puedo preguntar algo?- digo

-¿No lo estás haciendo ya?- acaba con  mi paciencia

-Ya lo has hecho, ahora me toca a mí.
Salistes ayer con Alex, ¿no?

-La verdad, no es de tu incumbencia- digo y me giro para hacer las tostadas para los demás, incluida yo.

No me dice nada más, solo lo escucho como se tragar el zumo.

-¿Seguro que no quieres...?- me detengo cuando lo pillo mirándome el culo, se supone que tiene novia o se supone. ¿Por qué hace eso?

-Oye qué haces, ¿te crees que por ser el dueño de esta casa te da derecho a hacer lo que acabas de hacer? Déjame decirte que no, idiota- lo de idiota se me ha escapado dada la situación, pero me quedo muy agusto y me da igual ahora.

-Tampoco es para tanto- dice con una sonrisa desafiante y se larga.

Alvin Brown, creo que te has equivocado de chica.





Amor prohibido [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora