Xx_Capítulo Uno_xX

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"En Confianza"

PARYS

Esa mañana, me desperté con los ligeros rayos del sol que rozaban mi cara, eso y el escándalo de mis hermanas.

Abrí los ojos, cerrándolos al instante, totalmente encandilada por la luz que se filtraba por la ventana.

No bajé las persianas ayer, bien.

Tenía intenciones de volver a dormir, que mis hermanas pelearan era cosa de todos los días, pero dos agudos gritos me hicieron abrir los ojos nuevamente.

Vi lo que veía todas las mañanas al despertar, aquella habitación de tres camas y una ventana, la cual compartía con mis hermanas desde que tengo memoria. Aún me estaba desperezando cuando Mia, la mayor de nuestra familia, se acercó a mí y dijo:

—Hey, ¿Este peine... —sacudió un poco el cepillo celeste que cargaba en sus manos— es mío, verdad?—dijo en un tono claramente irritado.
Gran manera de comenzar la mañana

—Buenos días hermana, amanecí bien, gracias por preguntar. —le sonreí falsamente.

—Ugh, lo siento, no soy amable cuando me despierto temprano. —respondió Mia, mi bella hermana mayor.
Dieciséis años, ojos azules, cabello castaño un poco debajo de los hombros y con la que soy más cercana—. Y yo seguiría dormida si Viktoria no me despertase a las ocho de un domingo para pelear sobre un peine.

—¿Por qué tan sensible, hermanita? —dijo Viktoria, mi no tan bella hermana menor, entre risas— ¿Esos días?

¿Que decir de ella? Doce años, ojos azules, rubia e insufrible.

Aún así, siempre logra sacarme una sonrisa.

Al escuchar eso Mia arrugó ligeramente los labios, cosa que hacía cuando estaba molesta y le sacó su dedo medio.

—¡MIA! —dije, "indignada"— que grosera eres.

Mi hermana mayor es la más calmada de las tres, por lo tanto, cuando está enojada es la mejor oportunidad para hacerle bromas, no lo digo yo, lo dice la biblia.

—JA-JA, ambas amanecieron graciosas hoy. —rodó los ojos. Viktoria estaba por decir algo cuando escuchamos la voz de alguien en la puerta, mamá.

—Niñas, ¿quieren dejar de ser las Kardashians por un segundo y explicarme por qué están despiertas a las 8.00 am de un domingo?

Todavía seguía en su pijama color gris con puntos de colores, sus hermosos, rizados y rubios cabellos estaban amenazando con salirse de su moño desordenado, moño que ayer estaba impecable. Sus ojos miel con ligeras ojeras bajo estos, parecían cansados pero brillaban como siempre, no cabía duda, mi mamá era hermosa.

Lo dice todo el mundo, lo sé, pero ella sí que lo era.

Mia fue la primera en hablar:

—Lo que sucede es que estaba durmiendo plácidamente cuando cierta señorita me lanza un peine y me grita: "¿Por qué tienes mi peine?" —no pude evitar reír, había puesto su voz aguda para imitar el tono de voz de Viktoria, lo imitaba perfecto.

—Y cierta señorita —interrumpió Viktoria— fue la que comenzó a discutir que el peine era suyo.

—Es porque ES suyo.—afirmé con confianza, suelo meterme en problemas donde no me llaman.
No sé si es una virtud o un defecto.

—Tú no te metas, estúpida.—me grita la más pequeña sacándome la lengua.

—Respeta a tus mayores.—dije de forma sarcástica, repitiendo su acción.

Adicto a ti©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora