-ˢᵘᶰᶠˡᵒʷᵉʳ ಿ-
Taehyung siempre amó la preciosidad de los girasoles, y aunque no lo dijera, siempre le pareció que el castaños de hermosos ojos era tan chillón y brillante como cientos de ellos.
Pero por desgracia la luz que irradia Jeon es una flor...
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En su primer día de clases cayó una tormenta.
Baekhyun había acordado que lo recogería pero hubo un cambio de planes de último minuto. Taehyung pretendió que podía regresar a casa sin paraguas y camino bajo la lluvia por un par de cuadras hasta que el mal clima lo obligó a refugiarse bajo la lona de un local de comida.
A su lado se encontraban cuatro de sus compañeros de clase, tres chicas y un chico. El grupo formaba un circulo en el otro extremo de la lona y estaban tan concentrados en su platica que no se percataron de su presencia.
—Yo creo que es hijo de un mafiosos ruso—. Comentó una de las chicas.
—Estoy seguro que dijo que venia de Tokyo—. Corrigió con gentileza el chico.
Taehyung bufó. Hablaban de él. Del estudiante extranjero. Contuvo las ganas de refutar y decirles que, en realidad, era el heredero del diablo y que estaba ahí para traer desgracias a toda Corea del sur. Seguro que con eso, al menos, los obligaba a no hablarle por el resto del ciclo escolar.
Las chicas rieron por algo que una de ellas comentó. Suspiró.
El chico, al fin, lo notó. En lugar de desviar la conversación amablemente, sonrió burlonamente y alentó a las chicas continuar.
—En lugar de hacer teorías conspirativas, deberían de preocuparse por su aspecto. ¿Ya vieron que muy atractivo? ¡Cómo les hará caso si ustedes no lucen de su nivel!
Taehyung rodó los ojos. Ya había localizado al graciosito del salón
—Eso nadie te lo refuta, Jungkook-oppa.
—¡Cierto! Tiene una piel tan tersa como el jade.
Las chicas volvieron a soltar risas discretas. Y el tal «Jungkook-oppa» Sonrió con mayor motivación.
—Sus pestañas son tan gruesas y largas, curioso. ¿No?
—Lo de abajo también lo es. ¿Quieres verlo?
La gruesa voz de Taehyung resonó con aspereza. Atrayendo las miradas de las chicas que, de inmediato, se pusieron coloradas y no encontraban sitio en el cual esconderse. Ese tal Jungkook también le observo ojiplatico por unos segundos, al parecer, no contaba con una respuesta de su parte.
Taehyung no sonrió, pero se sentía victorioso. Eso los callaría.
Finalmente, a Jungkook le regreso la sonrisa.
—¿Enserio? ¿Puedo ver?
Pervertido.
Taehyung salió disparado a la tormenta, con el rostro sonrojado y mirada abochornada.
Eso tampoco se lo esperaba Jungkook.
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¡Hola! ¡He vuelto por aquí otra vez!
Esta semana ha sido muy cansada para mi así que no pude traerles actu de mis otras historias :(( aunque probablemente la otra semana si pueda. (no prometo nada jss)
Buanoo♥ ¿qué les parece hasta ahora el fic? ¿Les esta gustando? ouo
