Estaba sumamente feliz de que su pequeño hijo, luego de tantas luchas, lograba entrar en la cámara de representantes de la dieta. Con sus 28 años era un joven astuto y entregado a las causas que implicaban a su pueblo.
Por eso, y porque siempre había deseado hacerlo, llamo en secreto a una hermosa stripper que lo sorprendiera en su oficina. Sabia que mucho no le agradaría a su hijo, pero igualmente lo haría. Un poco de diversión, luego de tanto trabajo, no le vendría mal.
- Taisho - Respondió la llamada su hijo con esa voz tan seria que casi logra que comience a reír a carcajadas.
- Hijo mio, que voz tan seria tienes - Bromeo, escuchando un suspiro de alivio del otro lado.
- No se que tan buena idea haya sido esto, padre. Estoy con los nervios de punta. Tengo tanto trabajo que no se que hacer. Necesito ayuda.
- Lo se, campeón. Por eso te envié una pequeña sorpresa a tu casa. Necesitas distenderte y relajarte. Ya mañana hablaremos de la ayuda que necesitas.
- Pero, padre. No tengo tiempo para distracciones.
- No quiero escuchar excusas. Desde que asumiste como representante, apenas si sales de tu casa. Te hará mal, así que sírvete una copa y disfruta de la sorpresa. No quiero oír mas sobre el tema - Inuyasha suspiro cansino, pero algo de razón tenia. Desde hacia casi dos semanas que no salia de sus papeles y el estrés que eso le generaba.
- Esta bien, padre - Acepto con una sonrisa, mientras se relajaba en su sofá. Su padre, a veces, era intratable, pero cuanta razón tenia casi siempre - Aceptare tu sorpresa.
- Ese es mi chico. En un par de minutos llegara, así que puedes darte una ducha relajante y ponerte cómodo. Yo me iré a una noche de spa con tu madre y quizás luego, cuando estemos relajados...
- ¡Basta! - Grito al saber por donde iba esa frase - Me tengo que ir. Adiós - Y escuchando las risas de su padre, termino la llamada - Maldito seas, Inu No - Gruño comenzando a caminar hacia su baño. Se daría una ducha rápida, se pondría cómodo y esperaría la sorpresa de su padre. Estaba totalmente intrigado por lo que seria.
***
Su corazón latía de emoción desde que había recibido esa llamada, de parte de un importante empresario.
Termino de vestirse con su maillot blanco* y guardo sus zapatillas en su pequeña bolsa. Se miro en el espejo, acomodando una vez mas su cabello que estaba atado en una coleta alta y se retoco el brillo de sus labios.
Sonrió y se dio fuerzas a si misma, ya que se encontraba sumamente nerviosa. Era muy diferente hacer un baile privado para un representante de la dieta, que dar clases en su pequeño estudio.
¿Como seria el hombre? La voz al otro lado del teléfono solo le había dicho que verla bailar relajaría a "su hijo", que hacia poco asumió como representante y estaba muy estresado.
Volvió a sonreír.
Que las personas se relajaran con el ballet la complació en lo mas profundo de su alma.
Tomo su bolso, una campera, ya que los primeros fríos del invierno se hacían notar y salio hacia su destino. No quería llegar tarde. Seria una total falta de respeto.
Al llegar a la casa de representante se sorprendió de lo humilde que se veía. Ojo. No era una pequeña choza pero, para ser de un político, era muy sencilla. Paredes blancas, techo azul. Dos ventanales enormes en la parte del frente y una pequeña puerta negra en el medio.
ESTÁS LEYENDO
Mucho sexo 🍓
FanfictionConjunto de historias que contiene algo de sexo... Bueno. Mucho sexo. Demasiado.