El dia recién comenzaba cuando subio a su auto para irse a ese pueblo, que no recordaba el nombre, para poder pasar toda una semana intentando recobrar un poco de inspiración.
Hacia mas de un mes que pintar se le hacia tedioso, que las fotografías que sacaba no tenían vida. Que hacer lo que mas le gustaba, se le complicaba. Y estaba casi segura que tenia todo que ver con la ruptura con Kouga, su pareja desde hacia 6 años.
"No es lo mismo"
"Ya no siento que me ames con la misma intensidad"
"Eres muy activa y amante de la vida como para salir conmigo, que amo quedarme en casa y leer"
"Siento que tus pinturas son mas importantes que yo"
Y la ultima y mas dolorosa frase: "Conoci a alguien"
Si, era verdad que ella amaba vivir la vida al máximo. Amaba salir a correr, viajar de "mochilera", hacer deportes extremos, pero también amaba quedarse en su casa, tomar un chocolate caliente y pintar, aun mas en esos días como ese que era gris, frio y estaba a punto de nevar.
Como amaba el invierno. El frio. La nieve que pintaba todo de blanco. Y, junto con el clima helado, parecía que sus emociones también se congelaban.
Aun amaba a Kouga a pesar de que hacia casi dos meses que estaba sola, pero eso no impediría que siguiera viviendo su vida, ni mucho menos interferiría con su trabajo, el cual amaba aun mas que a Kouga.
Era una mujer fuerte e independiente. Siempre lo había sido. Y eso no cambiaria por nadie.
Al vislumbrar la cabaña, sonrio enorme. Era pequeña, íntegramente de madera con grandes ventanales y un pequeño pórtico con dos sillones. Su color resaltaba entre el blanco de la nieve y ya podía sentir el calor hogareño que habría dentro ya que, la dueña, le había confirmado que temprano encendieron la chimena solo para ella.
Estaciono su auto a un lado y noto como, a varios metro de distancia, había un pequeño lago con un muelle. No veía la hora de sentarse allí con el sol dándole en el rostro, junto a un café y a su caballete de pintura. Deseaba poder pintar ese hermoso paisaje, y sacarle miles de fotos.
Se crio en una ciudad grande y ruidoso como lo era New York. Sus padres, una famosa abogado con todo un bufet a cargo y un gran neurólogo, estaban siempre ocupados y, de lo que recordaba, solo una vez se habían tomado unas vacaciones a un lugar asi. Grave error. Sus padres, que se llevaban bien porque ambos vivian por y para el trabajo, se habían cansado de que el wifi les anduviera mal asi que se volvieron tan solo un dia después de llegar.
Por eso ella amaba el aire libre. Ver los arboles, los animales, los pajaros, hasta había veces donde se tiraba solo a ver el césped y su color tan peculiar.
Al entrar se encontró con la estancia mas bella que jamas vio.
A su derecha se encontraba una pequeña mesa de madera con tres sillas, una barra de madera la dividía de la cocina que era blanca impoluta. Todo allí era pequeño, perfecto para ella. Al final de la estancia se encontraba otra puerta que daba al patio trasero, de donde se podía ver el lago. A un lado de esta, en la esquina trasera de todo el piso, se encontraba un pequeño cuarto el cual era el baño. Otra maravilla que le costaba creer.
La particularidad del baño era que la "pared" que daba al interior de la cabaña, era toda vidriada. Fácilmente se podía ver una bañera, un lavatorio de madera con un espejo y otra puerta que, suponía, daba al váter.
Contra el ventanal gigante que se encontraba en su izquierda, se encontraba un enorme juego de sillones grises con muchos cojines y una alfombra en forma de oso que, debía decir, no le agradaba en lo mas minimo. La dueña le había explicado que era de imitación, ya que iba bien con la "decoración" de la casa, pero eso no significaba que le gustase.
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Mucho sexo 🍓
FanfictionConjunto de historias que contiene algo de sexo... Bueno. Mucho sexo. Demasiado.