Al final, El amor siempre gana (Ragoney)

CAPÍTULO 14: Pequeña Unión

¡¡¡Holaa!!!
Aquí tenéis el capítulo 14, espero que os guste. Cada capítulo es un pasito más. Gracias por leer mi historia que sin vosotros no existiría. Gracias por los comentarios, los votos, todo...
(Aproximadamente 6.6k palabras)

Nos leemos pronto, los quiero ❤

Disfrutad,

Agoney habló con su hija en cuanto pudo del malentendido que había pasado, Agoney le mintió en lo mínimo posible pero le acabó diciendo que si ella no se quería ir, él no lo iba a permitir, que estuviera tranquila. La niña le pidió perdón a su padre por el comportamiento y le prometió con un beso que no se iba  a poner así nunca más sin antes dejar que se lo explicara.

Por otra parte,
Alfred le había conseguido a Raoul un trabajo de actor en el teatro en el que él trabajaba. Iba tres días a la semana, algunos seguidos y otros no, normalmente por la tarde para que por la mañana pudiera buscarse otro trabajo o estar con su hijo, cosa que el rubio en principio se decidió por lo segundo.

El trabajo de Raoul consistía en actuar representando pequeñas escenas de novelas, donde a veces se peleaban, a veces hacia de protagonista y debía besarse con una chica o con un chico (cosa que al principio se negaba un poco pero luego entendió que es trabajo y que no debía preocuparse por eso porque todos eran profesionales en ese aspecto), otras había más dramatismo, otras que cantaba... temas que decidían según les iba gustando al público.

Un día llegó de trabajar a su casa y estaba Ricky con su hijo, debía pensar si era recomendable contratar a alguien para que cuidara de su hijo ya que cada vez que tenía que irse a trabajar lo dejaba con Ricky, aunque el trabajara por la mañana y las tardes las tuviera libres, quizás su amigo quería descansar o tenía otras cosas que hacer. No quería abusar de su amigo aunque sabía que Ricky lo hacía de buen gusto.

Tema que por cierto suponía que tendría que hablar con Agoney, ya que si fuera al revés y Agoney fuera el que tuviera el niño, a él le gustaría que se lo contara, que lo hablaran. Raoul siempre pensaba en los demás y se ponía en su lugar, quizás ese era uno de sus errores o defectos pero no lo podía evitar.

Cuando llegó a su casa, vio que Ricky tenía cara de preocupación, lo conocía bastante y sabia que algo le pasaba a su amigo. Dejó su abrigo en la percha de la entrada y la mochila en el sofá y se acercó a los dos, los cuales estaban sentados en un sillón del salón donde Ricky consolaba a un Alejandro que no paraba de llorar.

-¿Qué le pasa? – le preguntó Raoul al ver que el niño no dejaba de llorar-

-No lo sé, le dí de comer, lo cambié, me levanté y lo paseé pero no deja de llorar, no se qué le pasa, me estoy agobiando porque lleva así un rato y ya no sé qué hacer.... – le contestó Ricky con cara de frustración-

-A ver, pásamelo, a lo mejor me extraña, llevo pocos días yéndome y no se habrá acostumbrado todavía...- dijo cogiendo a Alejandro en brazos- ya, mi vida, no llores –dijo en alto mientras lo mecía-

-A lo mejor no quiere estar en brazos, prueba a tumbarlo – le decía Ricky preocupado-

Raoul le hizo caso y probó a hacer lo que le dijo y parece que cuando lo tumbó dejó de llorar un momento, pero enseguida volvió a llorar y Raoul se empezó a preocupar

-Lo noto incómodo, nervioso, nunca lo había sentido así –lo volvió a coger en brazos- a lo mejor tiene frio o tiene calor, no sé...-dijo un poco desesperado-

-Ey no te pongas nervioso – le acarició el hombro- prueba a taparlo, ven siéntate aquí –se sentó y Ricky le dio una manta que había en uno de los brazos del sofá y se la puso por lo alto- no puede ser –iba dejando de llorar poco a poco- no se me había ocurrido a mí esto antes – soltó una risa para que Raoul se destensara-