—Debo escapar, si, eso are... No quiero una vida junto a alguien que no amo -busque un vestido y me coloque. Me mire al espejo, ese espejo que perteneció a mi padre por muchos años.
Me quedé allí viéndome, algo extraño veía, me acerque lentamente, tome el espejo en mis manos.—¿Qué es esto? -pense, el jardín, veía el jardín el mismo de mi pintura- ¿Estoy loca? -me dije a mi misma.
Todo a mi alrededor cambio de color, el espejo se veía como agua, coloque despacio mi mano, luego mi cabeza y así todo mi cuerpo.
—¡Estoy aquí otra vez! -me dije emocionada. Lo primero que pensé fue en la reina blanca pero como llegar- ¿Alguien puede ayudarme a llegar a mi casa?.
—Es ella -las vocesitas otra ves.
—Tweedledum, Tweedledee -dije bajo.
—Es ella, es ella -los dos salieron al compás y luego vi al conejo correr.
—Quiero ir con la reina blanca -pedi.
—Solo ve por allí -los dos apuntaron a distintos caminos. Opte por seguirlos otra vez y luego de un tiempo allí estábamos.
—¡Haz vuelto! Espero que esta vez preparada -dijo abrazándome.
—No Entiendo preparada para qué...
—Para enfrentar a la reina roja, ya sabes mi hermana.
—No la recuerdo -ella llevo una mano para tapar su boca.
—Ella... Es, mala, tomo mi reino y ya vez como esta esto -miro por todos lados.
—Pero porque debo enfrentarla yo.
—Porque ya lo hicistes una vez -acarisio mi rostro. - estás tan bella Alicia, ni parece que hasta ayer eras tan solo una niña de cinco años... Pero bueno -se alejó un poco- ¿Quieres té?.
Yo asentí. Estuve aquí antes pero ¿Cómo? Y que debo hacer con la reina roja.
—Debes estar preparada Alicia -me sirve un té.
—¿Qué pasó? -pregunte dando un sorbo al té-¡Delicioso!.
—Gracias -se sentó- mi hermana transformó este lugar... Era tan bello cuando yo reinaba, pero ella me robó el trono y lo dejo así, triste, ya nadie sonríe como antes. Nada es como antes -se veía muy triste.
—¿Hace cuánto sucede esto?.
—Diez años -tomo su café y me miró.
—Debe ser muy feo para los que viven aquí.
—¿Encerio no recuerdas nada?.
—No... Aunque quiera, no recuerdo nada -ella puso cara Triste - ¿Y qué se supone que deba recordar?.
—Bien te ayudaré -se levanto y me tomo de la mano, me llevo a su Terraza desde allí se veía todo, era orrible la vista llena de neblinas. -ves allí -apunto.
La mire y dije que no.
—Bueno, olvidé por completo que estaba esa neblina... Allí fue donde te enfrentaste a ella una vez.
—¿Qué fue lo que hice? -la mire quería saber.
—La verdad, tu solo pintaste sus rosas, y tú -miro fijo como si sintiera lástima- tu papá fue... Quien.... La enfrentó -dijo lento yo me sorprendí
—¿Mi papá estuvo aquí?.
—Si y contigo -ella sonrió como si estuviera Feliz por el recuerdo- eras una niña, cinco años tenías eso lo recuerdo muy bien.
—Pero ¿Por qué?
—Es una historia larga.
Mirana conto todo los detalles, de cómo mi padre llegó alli, y eso me recordó a mi, estuvo enamorado de una chica que solo la tenía en su imaginación o quizás no, es muy confuso para mi, la explicación, es que ni yo me entiendo.
—¿Eres tú? La chica... -pregunte.
—Si, Alicia.
—¿Entonces todo esto es solo imaginación mía?, Tu no existes... -quede muy triste, no sé si porque sentía aprecio por ella, o porque quizás yo estaba loca.
—No -dijo con dificultad.
—No entiendo -sali de alli, no sabía que hacer. No entendía nada. - si es un sueño quiero despertar, despierta Alicia, despierta -me decía mientras me daba golpes en la cabeza.
—Te ves... Nerviosa -dijo lento una vos qué provenía de un arbusto.
—¿Quién está ahí? -pregunte.
—Soy yo -vi un humo salir... Por un momento recordé un nombre y lo lanze.
—¿Absolem? -me acerque y lo vi.
—Pues... -solto humo- si, Alicia. -no dije nada, solo lo miraba. Lo abre visto alguna vez pero solo recordaba su nombre - debes elegir.
—¿Elegir qué? -me acerque más.
—Vivir en tu sueño, o vivir esclava en el sueño de alguien más.
—No entiendo.
—Tu boda Alicia, ya falta poco.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque soy sabio
—¿Sabio? -rei.
—Debes enfrentar a la reina roja, solo así sabrás lo que quieres hacer... Si volver para tu boda o vivir en tus sueños.
—Yo...
—No digas nada Alicia, ya falta poco, tienes poco tiempo como para pensar, solo sigue tu corazón. -escuche un ladrido y mire hacia atrás, allí estaba un sabueso, luego mire a absolem pero ya no estaba.
—Ooh aquí estás... Gracias Bayard -lo acarició y el respondió de nada. Yo solamente me deje caer al suelo, ¿Qué me sucedía?.
- ooh Alicia, debes ser fuerte y escuchar tu corazón.
—No es fácil, cuando no sabes que es exactamente lo que tu corazón quiere.
—¿Quieres casarte con aquél chico? -pregunto Mirana.
—No -seque mis lágrimas- mi madre me obliga, yo no estoy de acuerdo, no lo amo... Yo a... -me calle, había visto una sonrisa en mirana pero al yo no decir nombre esa sonrisa desaparecio.
Ella miró a Bayard como diciendo ¡Qué pena!. Pero no logré hablar más.—Debes descansar Alicia. -ella me levanto y me llevo a una habitación, bastante grande, la decoración y pintura era todo color blanco. Sonreí al ver un cuadro de ella montada a caballo. - al parecer aún no recuerda su nombre, eso es una pena
Escuché decir eso a mirana que hablaba con Bayard mientras se alejaban. ¿Qué nombre debía recordar? Y ¿ A quién?. Luego me dormí.
ESTÁS LEYENDO
El Sombrerero y Alicia
Short StoryRecuerdo a la pequeña Alicia como si fue ayer que la vi correr por el gran jardín. allí esta, con su vestido rosa y su sonrisa encantadora. Claro que ahora está más grande ¿17 años tendrá?, de seguro ya no se recuerda de mi... Pero yo aún la recuer...