capítulo 8. 17/10/2019.

685 49 1
                                    

—Debo escapar, si, eso are... No quiero una vida junto a alguien que no amo -busque un vestido y me coloque. Me mire al espejo, ese espejo que perteneció a mi padre por muchos años.
Me quedé allí viéndome, algo extraño veía, me acerque lentamente, tome el espejo en mis manos.

—¿Qué es esto? -pense, el jardín, veía el jardín el mismo de mi pintura- ¿Estoy loca? -me dije a mi misma.

Todo a mi alrededor cambio de color, el espejo se veía como agua, coloque despacio mi mano, luego mi cabeza y así todo mi cuerpo.

—¡Estoy aquí otra vez!  -me dije emocionada. Lo primero que pensé fue en la reina blanca pero como llegar- ¿Alguien puede ayudarme a llegar a mi casa?.

—Es ella -las vocesitas otra ves.

—Tweedledum,  Tweedledee -dije bajo.

—Es ella, es ella -los dos salieron al compás y luego vi al conejo correr.

—Quiero ir con la reina blanca -pedi.

—Solo ve por allí -los dos apuntaron a distintos caminos. Opte por seguirlos otra vez y luego de un tiempo allí estábamos.

—¡Haz vuelto! Espero que esta vez preparada -dijo abrazándome.

—No Entiendo preparada para qué...

—Para enfrentar a la reina roja, ya sabes mi hermana.

—No la recuerdo -ella llevo una mano para tapar su boca.

—Ella... Es, mala, tomo mi reino y ya vez como esta esto -miro por todos lados.

—Pero porque debo enfrentarla yo.

—Porque ya lo hicistes una vez -acarisio mi rostro. - estás tan bella Alicia, ni parece que hasta ayer eras tan solo una niña de cinco años... Pero bueno -se alejó un poco- ¿Quieres té?.

Yo asentí. Estuve aquí antes pero ¿Cómo? Y que debo hacer con la reina roja.

—Debes estar preparada Alicia -me sirve un té.

—¿Qué pasó? -pregunte dando un sorbo al té-¡Delicioso!.

—Gracias -se sentó- mi hermana transformó este lugar... Era tan bello cuando yo reinaba, pero ella me robó el trono y lo dejo así, triste, ya nadie sonríe como antes. Nada es como antes -se veía muy triste.

—¿Hace cuánto sucede esto?.

—Diez años -tomo su café y me miró.

—Debe ser muy feo para los que viven aquí.

—¿Encerio no recuerdas nada?.

—No... Aunque quiera, no recuerdo nada -ella puso cara Triste - ¿Y qué se supone que deba recordar?.

—Bien te ayudaré -se levanto y me tomo de la mano, me llevo a su Terraza desde allí se veía todo, era orrible la vista llena de neblinas. -ves allí -apunto.

La mire y dije que no.

—Bueno, olvidé por completo que estaba esa neblina... Allí fue donde te enfrentaste a ella una vez.

—¿Qué fue lo que hice? -la mire quería saber.

—La verdad, tu solo pintaste sus rosas, y tú -miro fijo como si sintiera lástima- tu papá fue... Quien.... La enfrentó -dijo lento yo me sorprendí

—¿Mi papá estuvo aquí?.

—Si y contigo -ella sonrió como si  estuviera Feliz por el recuerdo- eras una niña, cinco años tenías eso lo recuerdo muy bien.

—Pero ¿Por qué?

—Es una historia larga.

Mirana conto todo los detalles, de cómo mi padre llegó alli, y eso me recordó a mi, estuvo enamorado de una chica que solo la tenía en su imaginación o quizás no, es muy confuso para mi, la explicación, es que ni yo me entiendo.

—¿Eres tú? La chica... -pregunte.

—Si, Alicia.

—¿Entonces todo esto es solo imaginación mía?, Tu no existes... -quede muy triste, no sé si porque sentía aprecio por ella, o porque quizás yo estaba loca.

—No -dijo con dificultad.

—No entiendo -sali de alli, no sabía que hacer. No entendía nada. - si es un sueño quiero despertar, despierta Alicia, despierta -me decía mientras me daba golpes en la cabeza.

—Te ves... Nerviosa -dijo lento una vos qué provenía de un arbusto.

—¿Quién está ahí? -pregunte.

—Soy yo -vi un humo salir... Por un momento recordé un nombre y lo lanze.

—¿Absolem? -me acerque y lo vi.

—Pues... -solto humo- si, Alicia. -no dije nada, solo lo miraba. Lo abre visto alguna vez pero solo recordaba su nombre - debes elegir.

—¿Elegir qué? -me acerque más.

—Vivir en tu sueño, o vivir esclava en el sueño de alguien más.

—No entiendo.

—Tu boda Alicia, ya falta poco.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque soy sabio

—¿Sabio? -rei.

—Debes enfrentar a la reina roja, solo así sabrás lo que quieres hacer... Si volver para tu boda o vivir en tus sueños.

—Yo...

—No digas nada Alicia, ya falta poco, tienes poco tiempo como para pensar, solo sigue tu corazón. -escuche un ladrido y mire hacia atrás, allí estaba un sabueso, luego mire a absolem pero ya no estaba.

—Ooh aquí estás... Gracias Bayard -lo acarició y el respondió de nada. Yo solamente me deje caer al suelo, ¿Qué me sucedía?.

- ooh Alicia, debes ser fuerte y escuchar tu corazón.

—No es fácil, cuando no sabes que es exactamente lo que tu corazón quiere.

—¿Quieres casarte con aquél chico? -pregunto Mirana.

—No -seque mis lágrimas- mi madre me obliga, yo no estoy de acuerdo, no lo amo... Yo a... -me calle, había visto una sonrisa en mirana pero al yo no decir nombre esa sonrisa desaparecio.
Ella miró a Bayard como diciendo ¡Qué pena!. Pero no logré hablar más.

—Debes descansar Alicia. -ella me levanto y me llevo a una habitación, bastante grande, la decoración y pintura era todo color blanco. Sonreí al ver un cuadro de ella montada a caballo. - al parecer aún no recuerda su nombre, eso es una pena

Escuché decir eso a mirana que hablaba con Bayard mientras se alejaban. ¿Qué nombre debía recordar? Y ¿ A quién?. Luego me dormí.

El Sombrerero y AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora