If I kill someone for you. {Astolfoxreader}

24. Más Que Amigos.

Y así fue...

Después de lo ocurrido, tú y Astolfo, nuevamente, empezaron a juntarse más.

Esta vez el pelirosa tenía aún más confianza contigo, más apego hacia a ti que el de antes.

Después de lo ocurrido...

Estabas feliz, te sentías bastante vivo, si, bastante. Como si hubiese aparecido aquello que necesitabas en tu vida.

Por lo de antes, ya no tenías porque preocuparte de nada, todo se sentía tan cálido, todo dejó de ser tan solitario, y tus ojos miraban con otra perspectiva las cosas.

Te dirigias al mismo lugar de siempre, aquella mesa que estaba detrás de la escuela, debajo del árbol, el profesor Waver les había asignado leer un libro, cuyo ya tu padre tenía en la estantería de su casa, ya que él es un hombre que gusta de los libros.

En el camino, te topaste con Sakura, quien al parecer lo te había visto, al parecer.

Desde lo ocurrido, ya no sabias nada de Sakura, ella ni un mensaje te enviaba, eso te hizo creer que Astolfo tenía razón.

Pero ya eso no te importaba.

Te sentaste en el banquillo al llegar, y empezaste a devorar el libro, metiendote en el universo de este, era tal que ni caso le hacías a las cosas de tu alrededor, sólo eran tú y el libro. Podrían pegarte una piedra ahora, y aún así seguirías leyendo.

Alguien tocó tu hombro, miraste hacia la izquierda, no había nadie, miraste a la derecha, y Astolfo beso tus labios.

Astolfo deposito un suave y rápido beso en tus labios.

Eso ocasionó que te pusieras rojo como una fresa, tus mejillas se calentaron tanto que tu tono de piel cambió, eso le hizo gracia a Astolfo, dejando escapara una risilla.

—Idiota.—espetaste.

Astolfo solo se lanzó ante ti y te abrazo.

—¡No seas tan frío, _______!—exclamó.

Chasqueaste tus labios, tratando de mostrar irritación, pero estabas muy nervioso para eso.

—Astolfo, estoy leyendo un libro.

—La única cosa a la que debes prestarle atención, es a mi.—te arrebato el libro, en broma.

Suspiraste, frunciste tus labios.

—Devuélveme el libro, Astolfo.

—Si me das un beso.—inquirió.—Si lo haces, te lo devuelvo.

Al oír eso, frunciste el ceño y le miraste, Astolfo posando su cabeza sobre su mano, esperaba a que lo hicieras, él sonreía mientras divertido mientras que tú sentiste vergüenza de hacer algo como eso.

Miraste a tu alrededor, para asegurarte de que no haya nadie mirando, por casualidad o algo así.

—Esta bien.—suspiraste.

Te acercaste a su rostro para besarlo, cuando sus labios estaban apuntó de juntarse, tú le intentaste arrebatar el libro, aprovechando su distracción, pero Astolfo era más ágil y lo alejo antes de que lo arrebataras.

Puso su dedo índice en medio de tu rostro, dando a entender que te detuvieras.

—El beso primero, _________.

Bufaste.

Te acercaste más y le besaste en los labios, pero el negó con la cabeza.

—Otro, ese no tuvo nada de “chispa”.

Soltaste un quejido al oír eso. Arrugaste tu nariz, ya cansado de los juegos de Astolfo.

Le diste otro.

—No, otro, ese tampoco la tuvo.

—¡Sabes muy bien que no se besar!—explicaste.—Si lo que quieres un beso apasionado, busca a otro. Yo no sé besar...—dijiste.—No tanto como tú.

—Vaya, que problema.—dijo indiferente.—¡Mejor, así te enseñó yo!—dijo.

—¿Qu-?

Antes de que pudieras decir algo más, otra vez él te beso. Los labios rosado de Astolfo se comían los tuyos, devorando el imferior y el superior, y en ese momento supiste lo que es un beso apasionado.

Mientras más Astolfo te besaba, tu respondías de manera torpe. El pelirosa mordido tu labio inferior, un chillido escapó de tu boca.

Astolfo jalo el labio, sin importar cuanto tratases de detenerlo, porque ya te dolía.

En un ágil movimiento, el mayor, introdujo su lengua en tu boca, eso te hizo retroceder hacia atrás.

Nervioso, pasaste la manga de tu camisa sobre tus labios, miraste a Astolfo. Era la primera vez que sentías la lengua de otro dentro de tu boca, eso te hizo tener un escalofrío, no sólo eso, sino que la lasciva sensación te hizo retroceder.

Astolfo lamia sus labios, su expresión mostraba gracia y que le había gustado hacer eso.

—Eso es un beso apasionado; cuando lo haces con la persona que amas.

Al oír eso te sobresaltaste.

—¡Ni siquiera somos novios!

—Somos mas que amigo,—rió por lo bajo.—pero no creas que no terminaras siendo mi novio.

—Que arrogante.

—Solo digo la verdad.—dijo.—Al fin y al cabo, fue idea tuya. Y fue la mejor idea que has tenido.

Astolfo te devolvió el libro, tu, intentando olvidar y ignorar lo ocurrido, lo tomaste y seguiste leyendo. Astolfo te miraba leer, con bastante atención, observando tus características.

—Solo fue un beso...—comentó.—... Pero espera a que pase lo mejor.

Después de lo ocurrido, tú y Astolfo se habían vuelto amigos con derechos.