ELISABETHEl despertador sonaba y realmente me molestaba, eran las seis de la mañana y me estaba muriendo de sueño pero hoy embarcábamos y teníamos que ir al puerto en coche. Me vestí con mucha pereza con ropa cómoda y baje a desayunar.
— Hola nana -dije saludando a nuestra niñera-
Era más niñera de mi madre que mía. Llevaba en casa con nosotros desde que tenía uso de razón y me llevaba muy bien con ella, era prácticamente la madre que siempre quise tener, comprensiva y humilde.
— El desayuno -dijo entregándome la bandeja- Tu madre me dijo que estuviera todo preparado, hoy os vais -dijo mirándome con una sonrisa-
Baje la cabeza, me iba para no volver y para quedarme allí con un hombre que no amaba.
— Si… que bien -dije con una sonrisa forzada-
Una vez que termine de desayunar me encamine a mi habitación para darme una ducha. Mi madre me había dejado en la cama un vestido blanco, informal pero elegante para que lo llevara hoy, y yo que quería ponerme mis tenis para ir cómoda.
Suspire cansada y una vez arreglada me mire en el espejo. ¿Me gustaba lo que veía? Mi pelo castaño claro caía sobre mis hombros y mis pecas se notaban cada vez más. Mi piel blanca siempre estaba roja por cualquier tontería y hacia contraste con mis ojos grises-azulados, era un color raro aunque me dijeran que era hermoso.
¿Pero de que servía ser guapa si no era feliz? Sentía que nadie me prestaba atención y que era aburrida, y eso solo hacía que mi autoestima decayera por días.
Sentí mis ojos aguarse pero rápidamente los limpie y me dispuse a bajar porque mi madre me estaba llamando.
— Tu padre está allí ya y el barco zarpa en tres horas, tenemos que ir ya en camino Elisabeth -dijo como siempre con prisas y saliendo hacia el coche-
BNET
Ahora mismo nos encontrábamos llegando al aeropuerto de Inglaterra. Era una locura lo que estábamos haciendo pero bueno, algo bueno tendría que salir de esto. Estuvimos toda la semana vendiendo cosas y demás para conseguir más dinero y dando algunas batallas también.
Llegamos al aeropuerto a las 8 de la mañana y nos dirigimos al tren para llegar hasta el puerto, creo que había una media hora nada más así que íbamos de tiempo normal. Un poco justos he de decir.
— Tío en verdad estoy nervioso -dijo Zasko- ¿Habeis visto las fotos? Es una pasada, una autentica pasada.
— Va a ser una experiencia extraordinaria -dijo Eude- No os olvidéis que vamos patrocinados por Red Bull principalmente, en cuanto lleguemos allí tenemos que ir a las instalaciones de estas marcas.
Todos asentimos a ello y nos preparamos para bajar del tren, ya estábamos llegando al puerto. Quede maravillado con lo que tenía frente a mis ojos, no era cualquier tipo de barco, parecía un barco ambientado en los años 90 y aun así, me impresiono más que ninguno. Los chicos estaban igual que yo.
Para hacer tiempo fuimos a un bar que había enfrente y nos tomamos unas cervezas. No podía dejar de mirarlo tras la pequeña ventana, veía a tanta gente de distinta clase de un lado a otro y subiendo al barco con sus familias, era impresionante.
— ¿Os creéis que vamos a subirnos ahí? Porque yo todavía no -dijo Blon-
— Como no os deis prisa sí que no vais a subiros –dijo un hombre al lado nuestra con una cerveza en la mano- El Titanic zarpara en cinco minutos.
Nos miramos con caras de disgusto y cogimos nuestras bolsas para salir corriendo y buscar la entrada. Íbamos corriendo como si la vida nos fuera en ello pero me hacía gracia ver a los chicos riéndose mientras tanto.
Alguien se cruzó en mi camino y no me di cuenta porque iba mirando atrás a esta gente. Me tiro todos los papeles y billetes que tenía en la mano.
— Mierda –dije agachándome para recogerlos pero esa persona también se había agachado antes que yo para ayudarme -Mira por dónde vas joder -tenía prisa y me había chocado-
Me había dado cuenta que era un chica por el pelo, cuando se agacho a recoger los papeles. Cuando roce sin querer mi mano con la suya me dio un escalofrió y la aparte, tenía curiosidad por ver quién era pero no tenía tiempo.
— Lo siento de verdad –dijo en voz baja levantando la mirada y clavándola en mis ojos dándome otro escalofrío, era preciosa-
— Putos pijos ¿no que tenéis una pasarela para subir al barco en vez de ir chocando a la gente aquí? –dijo Faty mirándola de arriba abajo- Vamos Javier.
Lo último que vi de ella fueron sus ojos aguarse y no me agrado verla asi, pero creo que era un poco infantil pues no había sido para tanto el comentario y era verdad, eran de primera clase solo un ciego no lo notaria.
ELISABETH
Me quede nerviosa mirando sus ojos, espero que no haya notado eso. Era muy guapo, tenía el pelo castaño y unos ojos marrones penetrantes adornados por largas pestañas y también tenía algunas pecas sobre sus mejillas. Salí de mi trance cuando la chavala que estaba a su lado, supongo que su novia le dijo que debían darse prisa y me soltó ese comentario, comentario que estaba acostumbrada a escuchar y que no me sentía bien, sobre todo cuando venían de personas que no me conocían.
Me dirigí hacia mi madre y hacia mi futuro esposo, se llamaba Andrew y no era feo, pero no me daba buena espina y me miraba comiéndome con su mirada.
Estábamos subiendo por la pasarela de primera clase como había dicho la chica esa sin equivocarse, y veía el barco a mi alrededor.
El buque de los sueños, realmente lo era para todas aquellas personas que veía pero para mí, era un viaje que me llevaba encadenada a América a contraer matrimonio con un hombre que no amaba.
Una mujer hecha y derecha a los ojos de mi madre y por dentro era solo una niña que gritaba en rebeldía.
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El buque de los sueños - Bnet
Teen FictionEl me salvo, me salvo en todas las formas en las que alguien puede ser salvado