8 años más tardeELISABETH
Más de 1500 personas habían perdido la vida esa noche, incluida la suya. Aun puedo recordar sus besos y su piel junto a la mía como si fuera ayer, después de ocho años. Cada día daba gracias por haberlo conocido pero a la vez me lamentaba por haberlo dejado esa noche allí en manos del inmenso y helado Atlántico.
Él se sacrificó por mí y él tenía una vida por delante, una vida llena de experiencias y cosas maravillosas, y yo, solo terminaría atada a una persona que no amaba para complacer la situación económica de mi familia.
Al principio fue muy difícil y no había noche que no llorara por él, pero prometí cambiar porque era una promesa que le hice y yo cumplo mis promesas. Con el paso del tiempo aprendí a vivir con ese dolor y a recordarlo, como lo que era, un bonito recuerdo que había cambiado mi vida.
Apenas tengo una foto suya pero no hace falta porque me dejo algo mucho más valioso y siempre le estaré agradecida por ello.
- Mamiiii mamiii -dijo mi pequeño corriendo con el cubo en la mano- mira he cogido cangrejos -dijo con una sonrisa enorme, una sonrisa con unos cuantos dientes de menos que se le habían caído-
- ¿Si? -dije sorprendida- Ten cuidado no te vayan a morder Javier -dije levantando mi ceja-
- No me van a morder soy el rey del mar -dijo riéndose y corriendo de vuelta al charquito en el que jugaba-
Y ese era el motivo por el cual tenía que luchar y el regalo más valioso que pudo dejarme. Meses después de lo que paso hace ocho años empecé a tener mareos y síntomas de embarazo, claro que con 20 años prácticamente era apenas una cría y no lo vi venir.
Cuando me entere de la noticia caí un poco en depresión, porque estaba sola y todo me recordaba a él pero poco a poco logre salir adelante por mí y por el pequeño que llevaba dentro. Gracias a dios todo fue bien.
Tenía un buen trabajo como directora en una agencia y era feliz con mi pequeño, al cual nombre Javier como su padre. Él sabía toda la verdad acerca de él y estaba orgulloso de su padre, muchas veces me seguía preguntado cómo era y es que realmente él era el vivo recuerdo de él.
Al año logre dar con Nerea y me fui por un tiempo con ella a vivir, nos habíamos vuelto muy buenas amigas y nos seguíamos viendo muchas veces. Ella era la madrina de Javi y también lo paso muy mal, iba a casarse con Sergio pero el perdió la vida esa noche también. Muchos sueños rotos esa noche.
Los dos primeros años ni siquiera miraba a otros hombres y no me encontraba con ganas para hacerlo tampoco, además me sentía arropada con Nerea, mis tíos, los cuales estaban al tanto de todo lo que había pasado y me ayudaron, y mi pequeño. Nos habíamos mudado a España pero también le hablaba a Javier en inglés para que hiciera oídos.
Gracias a Nerea y a algunos amigos de los chicos pude conocer a Valentín Oliva, un joven freestyler que tenía como nombre artístico Wos, de unos bonitos ojos azules y una espléndida sonrisa. Se había mudado a Madrid porque su carrera como músico estaba en auge y en uno de sus conciertos pude conocerlo.
Estuvo mucho tiempo detrás mía pero él también sabía todo lo que había pasado, de hecho era amigo de Javier y habían estado algunas veces juntos. Nunca me presiono y nunca hizo nada que me incomodara. Era un chico que podía tener a cualquier chica pero me espero y no desistió haciendo que poco a poco se ganara una pequeña parte de mi corazón.
Claro que mi corazón pertenecía a Javier Bonet y se rompió la misma noche en la que él murió, pero Valen pudo sanar un poco esa herida que aún estaba cicatrizando y le estoy agradecida por eso aunque no fuese él.
Ahora en este momento de mi vida sabéis que hubo un chico llamado Javier Bonet que me salvo, me salvo en todas las formas en las que alguien puede ser salvado, y siempre le estaré agradecida por eso.
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El buque de los sueños - Bnet
Genç KurguEl me salvo, me salvo en todas las formas en las que alguien puede ser salvado