𝙏𝙁𝘼𝙏𝘽 | Los días normales en el instituto comenzaron a desaparecer cuando las flores se hicieron presentes en la taquilla de Kim Yein.
El club de música, una pelea con su amigo de infancia y el misterio del dueño de los regalos diarios, darían...
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Mi misión de buscar a Wooyoung para hablar con él se vio cancelada luego de que Choi Jongho apareciera de la nada de camino al club de danza. Tuve que dejar a Yeosang e irme con el cenizo, el cual estaba molesto porque no me encontraba por ningún lado, pero eso era su culpa.
Luego de escuchar toda su travesía para encontrarme o a uno de los chicos ---porque como ya había dicho, ninguno estaba en clase---, nos encaminamos al salón de música, y así pasar el resto de rato que aún faltaba para que iniciaran las presentaciones. Al parecer todos habíamos pensado en lo mismo, porque en algún punto estábamos todos reunidos allí, y gracias a las conversaciones aleatorias el tiempo empezó a pasar bastante rápido.
ㅡEstoy pensando seriamente en cambiarte, amiga. ㅡcomento para mí misma pero quizás he hablado demasiado alto. Sunha levantó la cabeza para verme, yo reí ante su confusión y le mostré la guitarra que tenía en las manos haciéndole saber a qué me refería. La castaña soltó un "ah" entendiendo y volvió a lo suyo, que era limpiar las teclas de uno de los pianos.
En medio de las risas y charlas que habían dentro de la clase, la voz de Hongjoong hizo eco en cada esquina. ㅡ¿Debimos habernos preparado para tocar en vivo? ㅡfue lo que soltó al aire. Todos callamos y le miramos fijamente, ahí él se da cuenta que su comentario personal ha sido escuchado por todo el salón. ㅡLo siento, olvídenlo.
Un largo silencio se hizo por todo el lugar, y duró varios segundos incomodos, hasta que la vocecita de Jongho lo rompe. ㅡHongjoong hyung, ¿te hubiera gustado tocar frente a todos?
ㅡBueno... No lo sé. ㅡel pelirrojo duda un segundo mientras pasa con disimulo sus ojos sobre todos nosotros. ㅡSolo siento que nuestra canción va a ser totalmente opacada por la danza. Hubiera dado lo mismo si poníamos una melodía cualquiera descargada de internet.
Nadie pudo contradecirlo, pues tenía toda la razón. Ninguno de los asistentes iba a prestar atención al sonido, solo al baile, así que el esfuerzo y estrés que habíamos sobrellevado este par de días podía haber sido reducido a nada. En ese momento me di cuenta de que Hongjoong no estaba en el club solo para pasar el rato. Él, al igual que yo, anhelaba producir algo que todos apreciaran, algo que se llevara el protagonismo, algo que fuera más allá de simplemente un trabajo de clase. En esta ocasión yo no había querido pensar demasiado en ello, porque la forma en la que nos habían encargado esa petición había sido tan espontánea que mi idea fue solo salir del paso. Y ahora me sentía mal por ello. Pero, lastimosamente, hoy los únicos que se darían cuenta del esfuerzo que nos llevó crear esa canción éramos nosotros.
El ambiente se hizo pesado, las voces de todos que antes hablaban con ánimo se hicieron más bajas y los comentarios de "nos esforzamos bastante para nada" no demoraron en aparecer. Los ánimos de todos habían quedado en el suelo en tan solo unos segundos. Miré el rostro de Hongjoong que ahora mostraba lo arrepentido que estaba de habernos soltado su frustración. Dijo un insulto hacia sí mismo en un susurro, y no tardé en apoyar mi mano en su espalda para hacerle saber que no había hecho nada malo, y que, de hecho, lo entendía.
