Capítulo 5: Desacuerdos

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Habían transcurrido varios minutos desde que todos comenzamos a hablar sobre el plan. Cada uno dio su punto de vista, sus desacuerdos e ideas sobre dicho tema. Por mi lado, de vez en cuando; intentaba —sigilosamente— sacar un poco de información sobre lo que sucedió el día de la misión. Claro está, que todos se percataron de mi intención y optaron por ignorar mi sana curiosidad. Después de varios intentos fallidos, no me quedó mas remedio que darme por vencida y superar lo ocurrido. Seguí escuchando atentamente lo que los guardianes decían. Sus teorías fueron un poco convencedoras, pero algo en mi no terminaba por quedar totalmente satisfecha. Insistía en que había algo que no nos estaban contando, y por un momento mas en mi vida, me sentí como un conejillo de indias.

—¿Una fiesta?, suena tentador, ¿saben que es nuestra oportunidad de pasarla bien un rato? —comentó Dorian.

Quería sonreír ante su mal chiste pero estaba tan pensativa que decidí por no hacer ningún tipo de gesto.

—Me gusta como piensa el chico —lo apoyo Risvan.

Junte mis dos cejas y alce la cabeza a mi lado izquierdo, justo donde se encontraba Risvan, quien mantenía su rostro como si hubiese podido completar todo un rompecabezas. No sabía el por qué, él estaría apoyando un mal chiste que al parecer, solo el lo tomó enserio, o así parecía.

—¿De qué hablas? —preguntó Xenda. Y al parecer, se notaba un tanto irritada ante el comentario de Risvan —, se supone que vamos a culminar una misión de suma importancia ¿Y tú solo piensas en que hay que aprovecharnos de la situación? —Xenda bufo mientras dejaba de verlo, pera clavar su mirada al suelo con fastidio.

Opino que no fue solamente el comentario de Risvan que hizo que Xenda estuviera de mal humor, pues, creo que la mayoría de nosotros no sentimos algo muy agradable hacia el chico, puesto que la impresionante noticia que nos dio Eris causó que estuviéramos en desacuerdo en que el chico perteneciera a uno de nosotros, mas cuando se le otorgaría un título sin ni siquiera mover un jodido dedo. Aquí cada uno de los guerreros han puesto su corazón en cada batalla, su sudor en cada misión, su vida en cada persona para poder obtener un cinturón dorado. Yo también estaría cabreada si estuviera en sus zapatos ¡Y lo estoy!, solo que para mi es algo mas personal, algo en él no encaja.

—Chicos, hay que pensar muy bien —habló Risvan —. Es una supuesta celebración, y solo los que obtengan la invitación podrán asistir. No podemos llegar y luchar de una vez, hay que tomar identidades similares a las de ellos para así poder pasar desapercibidos.

—¿Y cuál es la diferencia?, igual atacaremos. Creo que no cambia nada hacerlo cuando lleguemos o que lo hagamos luego —le contradijo Odiel.

—El punto está, en que tenemos la oportunidad de sacar información. Haciéndonos pasar por ellos nos dará varios puntos a nuestro favor. Por lo tanto, debemos de actuar como si la estuviéramos pasando genial, para no levantar ningún tipo de sospecha y, cuando veamos que ya tenemos lo suficiente, atacamos.

Todos permanecimos en silencio tomando en cuenta el punto de vista de Risvan, que personalmente no me pareció una mala idea. Podríamos conversar con ellos y así como lo dijo él, tendríamos información valiosa que seguramente nos ayudaría para muchas cosas. La idea sonaba tentadora y un poco arriesgada pero valdría la pena puesto que atacariamos y aparte tendríamos información y así, tal vez se nos haría mas fácil conseguir a Nastre.

Observe a Dorian que estaba justo a mi lado derecho, permanecía observando el suelo detenidamente, sus dos piernas estaban abiertas mientras sus codos se estaban apoyando en ellas, mantenía una expresión de concentración. Barrí mi mira a cada uno de los que estaban presentes, observando como cada uno de ellos tenían la misma expresión de concentración y debatiendo internamente si estaban de acuerdo con lo que dijo el chico. Estoy casi segura que todos están en silencio es porque no quieren darle la razón o que simplemente no quieren que sepa que apoyan su idea. Sí, todos son unos orgullosos. Por último, mis ojos se detuvieron en Risvan, quien se encontraba sentado con su espalda recta y una pierna montada encima de la otra. Él era el único que se mostraba con facies tranquila, mas bien, me atrevería a decir que se estaría diciendo «Estos idiotas, ¿cuándo van a admitir que mi plan es perfecto?».

Cristal (entre dioses) Pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora